Si en el plano internacional hay problemas, en el plano doméstico seguimos en mismo guión. El PSOE se relame de las heridas del 20-N. El PSC sigue buscan una brújula para buscar “su” norte. Candidatos que hablan pero no dicen nada nuevo. Chacón se va a Madrid para oír a ZP entonar el “mea culpa”. Chacón quiere liderar al PSOE, al menos es lo que dicen los tertulianos de turno y los expertos en detectar la fisionomía de los posibles candidatos. El tactismo de la peor especie acompaña a los candidatos. Nadie quiere salir en la foto antes de tiempo. Lo que hay es simplemente “voluntad de poder”. Es lícito en política, pero los políticos deberían contar lo que quieren sin ese juego que desconcierta a los ciudadanos
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Mientras en las filas de la derecha mediática se desatan las pasiones. Todos están convencidos que ellos han ayudado a ese triunfo histórico. Las cifras de electores del PP han subido, pero sobre todo ha sido el hundimiento del PSOE quien explica la victoria del PP. Lo dicho, los de la “caverna mediática” deben estar con los nervios a flor de piel. Todos ellos, digo, deben esperar la llamada telefónica para comunicar su salto a los cargos que según ellos se merecen. Los ultraliberales querrán su lugar al sol institucional. No sé cuantos quedarán fuera, pero éstos serán implacables contra Rajoy.
Rajoy debe estar planeando cómo encarar su mandato. Los clásicos cien días de margen, supondrán un festival de recortes. No he estudiado en Harvard para decir que habrá recortes en lo todos los ámbitos sociales. Además hay un alumnos aventajado que ya está haciendo los deberes, se llama Artur Mas y es el President de la Generalitat de Cataluña. Pero Rajoy sabe que de momento lo que conviene es seguir mudo. Los mercados ya saben lo que quiere, el problema de Rajoy es saber cómo gestionar la que se avecina. No serán cien días de cortesía. La sociedad española y sus millones de parados esperan algo más de su nuevo presidente. No habla, pero se le entiendo todo.