Día 6
El móvil ha hecho de
despertador. Ducha y desayuno. El
desayuno ha sido excelente. Había dulce y salado. Mi tendencia me lleva al
dulce. Nadie es perfecto.
Hemos salido del Parador sobre
las 9.15h. Hemos vuelto hacer nuestra última visita por Zamora y su monumental.
Nuestros primeros pasos se han encaminado hacia la Catedral y el
Castillo-fortaleza. Hemos comprobado que las cigüeñas seguían allí instaladas y
se estaban acicalándose. Nos ha dado de tiempo de hacer fotos de la Catedral
con los “okupas volátiles” en sus torres. Desandamos nuestros pasos y nos
dirigimos a la Plaza Mayor para acabar de fotografiar nuevos perfiles a la luz de la mañana.
Recoger, pagar y dirigirse
hacia León. Más allá del casco antiguo –parque temático para turistas- existe
la Zamora real, con su Mercadona, concesionarios de coches y el inevitable
Decatlón.
La autovía hasta León, nos ha conducido hasta el desvío para Portugal y
Galicia, por un lado y León y Oviedo por el otro. La autovía en su carril
derecho estaba muy bacheada y era muy incómodo ir por ese carril. Campos
cultivados, ahora sin trigo, nos advertía que las cosechas han terminado. Mi
desconocimiento de este tema, no me permite decir qué uso darán a la tierra.
Hemos salido en León (sur).
Rotondas y zona industrial nos ha llevado hasta un polideportivo, un campo de
fútbol y una línea lleva de coches aparcados a la derecha, junto al cauce del
río Bernesga. La primera impresión era que no debe ser fácil aparcar por la
ciudad, y esa impresión se fue confirmando. Paseo Ingeniero Sáenz de Miera, y
Paseo Salamanca, nos ha llevado el puente que hemos girado por la Avda. Quevedo
para ir al Parador Nacional. Hemos
pasado por la Plaza San Marcos, Avda. de los Peregrinos hasta llegar al parking
del Parador. En el parking había muchas bicicletas y un grupo de coches de
época de matrícula inglesa. Había uno de esos coches que lo estaban reparando.
Hemos ido a recepción, trámite
de reserva, llaves y recoger equipaje y subir a la habitación. ¡Estamos en un 5
estrellas! Pero no lo parece. Supongo que el Parador se mide por el abolengo
histórico y éste desde luego lo tiene. Pero en la habitación, el cuarto de baño
no estaba a la altura. ¡Faltaba limpieza y mantenimiento! En cambio, en la
fachada del Parador se hacen obras de restauración.
La recepción y sus estancias
comunes son lo que se supone en un monumento. Espectacular. Pero desentona con
la habitación que daba a un jardín
interior. Muchas habitaciones y poco glamour en ellas.
Hemos salido hacia la Catedral.
No estaba cerca. Hemos cogido la Gran Vía
de San Marcos, Plaza de la Inmaculada, hasta llegar a la Plaza Santo
Domingo. Tránsito, coches, calor, gente que iba y venía. La cotidianidad en
estado puro. Desde la Plaza Sto. Domingo estábamos en el corazón de León. La
Diputación y el edificio Botines, obra de Gaudí. Hemos cogido el “tren
turístico”, era una buena manera de descansar y tener una idea del recorrido
tópico. El tren lleno de turistas nos ha conducido hacia la Catedral, los muros
y posteriormente nos hemos dirigido hacia la Plaza San Marcos, Paseo de Condesa
de Sagasta hasta el inicio de donde empezamos el recorrido. Comparado con el de
León y Zamora, su recorrido era más modesto, las joyas se habían quedado en las
otras ciudades.
Cuando hemos salido de nuestro
particular carrusel, era hora de comer. Hemos comido en la calle Ancha, en
Ezequiel. Todo muy bueno, pero excesivo. Un camarero agobiado por la clientela,
ha hecho que la hora de la comida se alargara en exceso. Le faltaba orden y
método. Simplemente con otro camarero hubiera ayudado a acortar el tiempo de
espera. El precio permitía pagarle a otra persona.
La ventaja de comer en la
terraza, es que te permite contemplar a la gente que pasa por esa calle tan
concurrida. Ellos también te miran. Después hemos ido a la atracción estrella, la Catedral. Hemos pagado la entrada, ya
habíamos estado, pero siempre impresiona volver a verla. Los vitrales y su luz
son espectaculares. He tirado un montón de fotografías. La ventaja de la fotografía
digital es que no hay negativo, y te permite eliminarlas sin mala conciencia.
Habrá que hacer una selección. Después el Claustro. Más fotografías. Hemos
salido de la Catedral y nos hemos propuesto callejear.
Callejear se nos da bien, ayuda
un buen calzado, zapatillas. Nos hemos recorrido la Avda. Independencia, Las
Cercas, Plaza del Grano, Plaza Mayor, había algún evento que hacía que la
estuviera medio ocupada por escenarios y camiones. Bares, terrazas llenas de
gente, hacía una temperatura tropical. Nuestros pies nos han vuelto a dejar al
lado de la Catedral. Una especie de atracción de feria ocupaba buena parte de
la entrada de la Catedral. Desde ahí hasta el Parador por las mismas calles y
avenidas que hemos andado por la mañana.
Hemos descansado un rato en el
hotel. He podido escribir parte de lo escrito anteriormente desde la terraza de
nuestra habitación. Después hemos bajado y hemos caminado por el Puente de San
Marcos. En medio del puente, un artista espontáneo –es un decir- cantaba
incluso para los sordos. La noche se había adueñado de las calles. Era hora de
ir a cenar al Parador.
El comedor era muy regio, había
casi todas las mesas ocupadas. El menú y la elección no han sido las más
acertadas. Pasta fresca y Pescados asados y de postre peras al cava. Hemos
tomado una copa de vino blanco.
Después hemos vuelto a la
habitación. Por hoy ha sido suficiente. Mañana acaba nuestra ruta de la plata.
Son las 23.27h