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dimarts, 22 de desembre del 2020

Pobreza y pandemia

 Avui hi ha loteria nacional, no he mirat res, de moment.  Més tard comprovaré que no m’ha tocat res. Sóc afortunat per no tindré angoixes per si en toca o no. Malament, quan tot depèn de l’atzar. En temps on la precarietat es cada vegada més profunda, s’escolta una lletania que no m’ha agrada, i és la pobresa infantil. No se suposa que són els pares els pobres? Per què volem estendrà aquet epítet, “pobresa infantil”? Quan era petit, nosaltres no tenien cap sentiment de pobresa, malgrat que objectivament, ho érem. Vivim en temps que no hi ha garantit ni un plat a taula. No és això, la constatació d’un fracàs estrepitosos de la nostra societat i del nostre sistema econòmic? Aquest sistema és diu, capitalisme. El què està en crisi és precisament, aquest sistema. Es capaç de crear riquesa, però malauradament, la distribució de la riquesa que es produeix, es concentra en molt poques mans. 

[Hoy hay lotería nacional, no  he  mirado nada, de momento. Más tarde comprobaré que no me ha tocado nada. Soy afortunado por no tener angustias por si toca o no. Mal, cuando todo depende del azar. En tiempos donde la precariedad es cada vez más profunda, se escucha una letanía que no me gusta, y es la pobreza infantil. ¿No se supone que son los padres los pobres? ¿Por qué queremos extenderá aqueste epíteto, "pobreza infantil"? Cuando era pequeño, nosotros no tenían ningún sentimiento de pobreza, a pesar de que objetivamente, lo éramos. Vivimos en tiempos que no hay garantizado ni un plato en la mesa. ¿No es eso, la constatación de un fracaso estrepitosos de nuestra sociedad y de nuestro sistema económico? Este sistema se llama, capitalismo. Lo que está en crisis es precisamente, este sistema. Es capaz de crear riqueza, pero desgraciadamente, la distribución de la riqueza que se produce, se concentra en muy pocas manos.]



Les classes mitjanes estan quedant laminades per aquest capitalisme financer i global. Cada vegada hi ha més gent que queda fora de joc del sistema. Sort en tenim, de viure a la UE, on encara hi ha un cert estat del benestar –prestacions social, sanitat, educació-, cada vegada més minse, però, que amb les crisis del 2008 i ara la pandemia, està deixant massa gent sense recursos. Pobresa infantil, és individualitzar encara més aquesta atomització de la societat. El capitalisme global, no vol societats, sinó individus que són empresaris de la seva vida. Res de solidaritats ni xarxes socials. Noticies com la Marató de TV3, son residuals. No hi ha rés pitjor que esperar que la Loteria et pugui arreglar la (teva) vida, perquè això vol dir, que l’Estat, ha dimitit de les seves funcions, de redistribució del benestar. La pandemia, ha fet posar en estat d’alarma al sistema econòmic, però qui surt més malparat son les persones que és queden sense feina, què ja no poden rebre ajuts del Estat, sense un sistema impositiu –UE- més just, les estats es converteixen , en allò que deia Marx, “El govern del Estat modern no és més que una junta que administra els negocis comuns de tota la classe burgesa”. ( El Manifest comunista). Cal substituir burgesa, per l'elit hipermil·lionaries que són aquest 1% que posseeix bona part de la riquesa del món.

[Las clases medias están quedando laminadas por este capitalismo financiero y global. Cada vez hay más gente que queda fuera de juego del sistema. Suerte tenemos, de vivir en la UE, donde todavía hay un cierto estado del bienestar -prestaciones social, sanidad, educación-, cada vez más escasas, sin embargo, que con las crisis de 2008 y ahora la pandemia, está dejando demasiada gente sin recursos. Pobreza infantil, es individualizar aún más esta atomización de la sociedad. El capitalismo global, no quiere sociedades, sino individuos que sean empresarios de su vida. Nada de solidaridades ni redes sociales. Noticias como la Maratón de TV3, son residuales. No hay nada peor que esperar a que la Lotería te pueda arreglar la (tu) vida, porque esto quiere decir, que el Estado, ha dimitido de sus funciones, de redistribución del bienestar. La pandemia, ha hecho poner en estado de alarma al sistema económico, pero quien sale peor parado son las personas que se quedan sin trabajo, que ya no pueden recibir ayudas del Estado, sin un sistema impositivo -UE- más justo, las estados se convierten, en lo que decía Marx, "El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa". (El Manifiesto comunista). Sustituir burguesa, por la élite hipermillonarias que son ese 1% que posee buena parte de la riqueza del mundo.]


diumenge, 20 de novembre del 2011

Credibilidad del sistema

Las agencias de noticias nos dicen que a las 18h había un 3% menos de votantes que en los últimos comicios del 2008, un 57,65%. Es seguro que los militantes de la derecha como los partidos herederos de HB habrán ido a votar como exige el guión. En Cataluña, EQUO no tenía representación. Es curioso que en buena parte de Comunidades Autónomas haya representación. Catalonia is diferent.

Mañana será otro día. Algunos perderán el trabajo de político profesional. Es seguro que buena parte de todos ellos se colocarán de forma decente. Algunos se reincorporarán a sus antiguos puestos de trabajo y otros buscarán acomodo en otros ámbitos. En cambio, otros adquirirán la condición de Diputados y Senadores. Los mercados tal vez dejen un guiño a la derecha si gana de forma abrumadora. Si su victoria fuera pírrica mañana mismo habría “tensiones”. La incertidumbre es total es todo caso. Claro que ésta es sobre todo porque los mercados quieren mayores intereses. Los Estados se han colocado de manera insensato en el disparadero de los mercados. La deuda del Estado ha entrado a formar parte de otra mercancía más.



Los intereses de la deuda que se eleva de manera artificial, supone hundir más aún a las economías que luchan por su credibilidad, cuando fue el sistema financiero que, a causa de las desregulaciones, acabaron en la espiral que nos ha llevado a las economías occidentales a esta situación. Ahora el sistema financiero quiere cobrarse “sus” intereses. Y lo peor es que los gobiernos de la UE se han puesto manos a la obra para conseguirlo. Mientras se siga en esta senda autodestructiva poca cosa parece que podamos hacer los ciudadanos. Los intereses que hay que pagar por la deuda son los servicios que disminuyen del Estado del bienestar.

Sólo unos políticos pusilánimes –la UE- nos están llevando a la bancarrota del Estado. Es como si el tiempo de Margaret Thatcher se hubiese detenido para devorarnos a todos y su “no hay alternativa” se hubiese convertido en el axioma de los mercados y por ende de la política.