dissabte, 17 de juny del 2017

Diari de Mallorca (IV)

Domingo 14

Hoy era el día que tenía que celebrarse la I Marató de les Vies Verdes (Manacor-Cap de Pera), pero que desgraciadamente se suspendió, según el lacónico comunicado de la organización “por motivos ajenos a la organización”.
El día anterior se celebraba un Triatló en Alcudia. Puede ser que esta competición eclipsará la posibilidad de la Marató. No lo sé. El caso, es que tampoco habría podido hacerla, porque una pequeña lesión en la pierna izquierda, me impedía participar. Pero, se cierra una opción u se abre otra, en este caso hacer turismo por Mallorca. Esta es la opción que nos permite comentar nuestra estancia en la isla.






Así, que hoy hemos elegido la zona costera de la Serra Tramuntana. El trayecto nos ha permitido volver a reseguir una ruta parcialmente conocida, por esa desde Canyamel, Son Servera, Sant Llorençs des Cardassar, Manacor, Vilafranca de Bonany, Sant Joan. En este pueblo había muchos ciclistas. Después hemos continuado por Sineu, las carreteras son estrechas, per la Ma-3240 hemos pasado por Costitx, donde hay un observatorio astronómico, y hemos desembocado en Inca. Rotonda, y desde allí hacia Benissalem,  Santa Mª del Camí, Bunyola, carretera estrechas y muchos ciclistas para variar. Nunca había visto tantos ciclistas como aquí. Un desvío nos ha conducido hasta sa Font Seca, Palmanyola y s’Esgleieta, hasta conectar con la Ma-1110 hacia Valldemosa, carretera sinuosa y estrecha, llena de coches y autocares y los inevitables ciclistas.







Sobre las 10h estábamos en Valldemosa. El lugar está preparado para acoger turistas. El lugar se preparaba para engullir a todos los turistas en un día festivo y en un lugar clásico del romanticismo. Las tiendas y comercios se preparaban para la avalancha que les esperaba. No hemos entrado en ningún de los recintos turísticos, La Cartuja. Chopin y George Sand (Amantine-Aurore-Lucile Dupin)  estuvieron en ella a finales de 1838-1939, fueron los ilustres visitantes de esta Cartuja. Me puedo hacer una ligera idea de cómo debía de ser estos parajes en pleno siglo XIX, por caminos estrechos, sin turistas, ni caravanas de automóviles, en un entorno agreste y solitario. En pleno siglo XXI, estos lugares se han transformado en centros de atracción para turistas ávidos de mirar con sus propios ojos lo que nos queda de esos legendarios tiempos. ¿Podemos saborear los museos y monumentos vía telemática? ¿Podemos saborear espacios abarrotados de gente y poco tiempo? De acuerdo, siempre puedes decir que estuviste ahí. Las cámaras digitales fotográficas, permiten inmortalizar la visita.




Hemos visitado el pueblo, sus vistas, el día era calichoso y no había buena visibilidad, y hemos huido del parking que en ese momento estaba casi lleno de autocares y automóviles. Hemos seguido la carretera estrecha y revirada que nos ha conducido hasta Deià. Desgraciadamente, la casa museo de Robert Graves, está cerrada precisamente los domingos. Hemos seguido por la carretera lleva de curvas y cercana al mar, hasta llegar a Soller.

Hemos continuado hasta el Port de Soller. Había un parking que por ser ese día era gratuito, justo al lado de la vía de tren de Palma- Port de Soller. Una atracción turística de primer orden.






El Port de Soller, con sus dos faros, la pequeña bahía y las pequeñas playas, llenas de luz, componía una estampa pintoresca y turística. En pleno verano no me puedo imaginar cómo debe de estar lleno de gente. A las 13h hemos cogido un barco para ir a sa Calobra. El barco turístico, costaba 30€ por persona y duraba entre ida y vuelta casi dos horas. Las vistas desde el barco eran espectaculares. Los barrancos, formidables, unas costas salvajes y agrestes. A la vuelta había mucha más gente que hace rutas con bicicleta desde LLuc o Escorça i vuelve a Port de Soller. El sol nos ha castigado la cabeza sin cubrir.






Hemos desembarcado a las 15h y hemos ido a comer, en sa’Olives. La cocina correcta. La paella bastante buena y el vino, muy bueno, era del celler de Santa Mª del Cami, es decir, de la tierra. El camarero que nos servía, era de la zona, nos explicaba que en verano había un gentío inmenso. La gente hace colas larguísimas para comer.




Hemos caminado por el paseo en paralelo a las vías del tren y hemos ido al coche, y nos hemos dirigido a Palma. En Soller había una cantidad enorme de coches, imposible aparcar, no sé cuál era la razón, ¿tal vez porque ya estaba lleno? Hemos ido por los túneles de peaje hasta Palma, pasando por la Ma-11, Son Sardina, Palma y coger la Ma-15 hacia Manacor, y Canyamel.


Mañana tenemos intención de ir hacia Felanitx, Campos, Cap Blanc, Cales de Mallorca, Porto Cristo.

divendres, 16 de juny del 2017

Diari de Mallorca (III)

Sábado

Hoy hemos ido a Palma. Desayuno y carretera. Artà, Manacor y después la autovía Ma-15 hacia Palma. En este trayecto la autovía tiene la particularidad de las diferentes rotondas que permiten los desvíos a los diferentes pueblos y ciudades de Mallorca. Hemos llegado a Palma y hemos aparcado bastante cerca del centro. Zona azul, hemos pagado una hora. Pensábamos pagar la multa, pero no ha sido necesario. ¡Extraordinario!





Desde la calle que hemos dejado el coche, calle Joan Maragall, hemos ido hacia el centro. Plaza de Sant Jeroni, Torres de Gumara, Plaça Major, Plaça d’Alexandre Jaume,Plaça d’Espanya y el  monumento a Jaume I, y después hemos recorrido el carrer dels Oms, hacia la Rambla, rumbo a la Catedral. Todo el recorrido estaba lleno de gente y turistas. La Rambla no es exactamente igual a la de Barcelona.






Para conocer una ciudad, hay que pasearse por ella, no vale un mapa, excepto si quieres ir a algún lugar determinado.  Cuando la ciudad es desconocida, lo mejor es perderse en ella. Entonces, encuentras lugares inesperados y llenos de encanto. Caminar entre la gente de la ciudad, oír lo que dicen, sentir los olores, el tráfico. Caminando se puede hacer una idea de lo que quiere decir ser de allí.




Caminando por las calles del centro, hemos llegado al carrer Sant Joan, y hemos comido en el Forn de Sant Joan. Hemos cogido el menú. Puede ser un poco pretencioso el local y los platos, pero en su conjunto era correcto. Una copa de vino de la tierra –un rosado-, bastante bueno. Los platos un poco justos de contenido- la comida estaba bien- y unos camareros con tendencia a la sobreactuación. Al menos a mi me lo ha aparecido. Supongo que no estoy acostumbrado.





Salir del local, el calor en ese momento era contundente, y hemos ido por la Avenida de Gabriel Roca, delante de la Bahía de Palma, muy espectacular las vistas a la catedral. Por cierto, en la Catedral los coches de caballos para turistas cuya parada está delante, parecía que todos los conductores eran gitanos. No sé si eso es un clásico en Palma, en todo caso, es pintoresco y muy cañí.







Todas las carreteras llevan a todos los lugares de la geografía mallorquina. Así que después de volver a buscar el coche y encontrarse con la agradable sorpresa que no teníamos ninguna multa, nos hemos encaminado hacia Manacor. Hay que reconocer que no hemos hecho nada de provecho en dicha ciudad. Hemos llegado a una hora poco hábil, demasiada calor y todo cerrado a esa hora. Como en todas la partes, unos trabajadores chinos regentando un bar. Hemos tomado un café con hielo. La iglesia de la Parroquia de la Mare de Déu dels Dolors, ha sido el momento cultural y cumbre en Manacor.La torre es espectacular, pero necesita urgentemente reparaciones. Visto el panorama, no hemos tenido ánimos para recorrer la ciudad. Así que hemos decidido ir al hotel en Canyamel. A la salida de Manacor hemos visto el hipódromo, hemos visto fugazmente a un trotón – típico de Mallorca-, corriendo por el hipódromo.






Hemos llegado al hotel. Nos hemos cambiado para ir a la playa, muy descuidada. No sé cuándo piensa el Ayuntamiento en arreglar la playa, estábamos a finales de mayo, tal vez en junio lo arreglen. He tomado el primer baño de la temporada, el agua está fría, pero no era el único que se bañaba. Había seis o siete personas en el agua. Todos con una cierta edad. Hemos tomado el sol, que a las 18.45h todavía era potente.


Después de la ducha, me he puesto a escribir estas notas. La memoria es floja y hay que anotar lo que se ha hecho durante el día. Hemos cenado en el hotel. Muy discreto. Mañana será otro día.




dimecres, 7 de juny del 2017

Reseña: Don Delilo

El libro de Don Delillo, Los nombres, col. Austral, nos deja con la sensación que Delillo es un escritor soberbio, pero no se deja domar. Cuesta seguir sus andanzas, los personajes, sus historias entrecruzadas, sus obsesiones, en este caso, una misteriosa secta, si se les puede llamar así, que juegan a ser dios, y por ello, se ven en la obligación de sacrificar, a un chivo expiatorio. La obsesión por esa secta, se hunde en la obsesión por los nombres, las palabras, el lenguaje. “Esto es lo que traemos al templo. No se trata de oraciones, ni cánticos, ni carneros sacrificados. Nuestra ofrenda es el lenguaje” (pág.433).



Delillo no es complaciente con la sociedad. Sus novelas le permiten hacer un diagnóstico de esta sociedad global. En la novela el epicentro es Atenas. Desde ahí, el personaje central James Axton, se traslada al Próximo Oriente. Axton es analista de riesgos. Los bancos quieren saber donde invierten el dinero. Por eso dice:"(...). En Oriente Medio, atacan a los norteamericanos. ¿Qué significa eso? Quería saber si el analista de riesgos tenía una opinión al respecto. - Los préstamos bancarios, los créditos armamentísticos, las mercancías, la tecnología. Los técnicos son infiltradores de antiguas sociedades. Hablan un lenguaje secreto. Traen consigo nuevas formas de muerte. Todas las finanzas, la tecnología, el dinero del petróleo, crean una corriente inquietante a lo largo de toda la región, una compleja estructura de dependencias y temores. Está todo ahí. Pero los otros carecen de cierta calidad mística que los terroristas encuentran atractiva.
- Norteamérica es el mito vivo de este mundo. No existe sentido alguno de culpa cuando matas a un norteamericano o cuando echas la culpa a Norteamérica de quién sabe qué calamidad local. En esto consiste nuestra función, en ser tipos característicos, en encarnar cuestiones recurrentes que la gente pueda utilizar para reconfortarse a sí misma, para justificarse,etcétera. Estamos aquí para complacer. Sea lo que sea lo que la gente necesite, nosotros se lo suministramos. (...) La gente espera de nosotros que absorbamos el impacto de sus propios agravios.  (pág.155-6)





Delillo es barroco en sus descripciones, sean interiores, como sus personajes, cargados con todos los tics de nuestra sociedad global, y exteriores, sus descripciones detalladas de todo lo que les rodea. Los detalles son importantes, dice uno de sus personajes.