Fatiga es la palabra que domina el escenario social y político. Unas cifras record de paro esconden una problemática humana de difícil solución. Un estado del bienestar que se tambalea. Unos políticos hundidos en sus propias contradicciones que reflejan a su veces el desconcierto de los ciudadanos que no asisten a las manifestaciones del 1 de mayo. Muchos pensarán ¿para qué?
ZP ha fracasado. Es triste decirlo. Seguramente la actual nómina de políticos tampoco hubiera podido hacer muchas cosas, pero sí una: decir a los españoles que ha pasado y por qué estamos dónde estamos. ZP no se presenta, pero el PSOE sí, y ese es un problema. No hay muchos candidatos que quieran ir al desastre. El único consuelo es que siempre se puede ir a Bruselas. Cerca de cinco millones de parados es una cifra devastadora. No se genera empleo, ¿cómo se va a hacer? No hay reactivación, porque no hay crédito. Los bancos –ya no dijo cajas de ahorro porque están es fase terminal para reconvertirse en bancos-, no tienen liquidez. Y la única manera es drenando desde el BC ese dinero que se inyecta al sistema pero que después no se canaliza a las empresas y particulares.
Nuestro tejido productivo está bajo mínimos. Como náufragos desesperados nos aferramos al turismo como tabla de salvación. Nuestra primera industria espera recoger a turistas que no quieren ir a países del norte del Mediterráneo que están en plena ebullición. Triste consuelo. Una industria que sigue está condenada a los vaivenes geopolíticos. Una industria que proporciona mano de obra con muy poca cualificación. Los sectores estratégicos –telecomunicaciones, investigación, energía-, siguen sin poder despegar por falta de valentía política, mientras que nuestras autoridades otean el horizonte para ver venir a los simpáticos turistas.
Mientras la crisis sigue trastocándolo todo, la maquinaria política empezará la campaña electoral para las municipales. ¿Qué nos van a prometer? El ladrillo que nos lanzo elroto –viñeta demoledora- no deja margen, excepto, para aquellos que quieren soñar. Desgraciadamente, no podemos permitirnos seguir con esa deriva de la impotencia. Las alternativas políticas no ayudan en nada para generar ilusión. Ahora mismo el TS está debatiendo sobre las listas de “Bildu”. Veremos qué resolución toma. Si ilegalizan a Bildu el PP hará suyo la resolución, si legalizan las listas culparán al PSOE. La decisión que tomen debería ceñirse exclusivamente al ámbito jurídico. Una obviedad como esas cada vez resulta más extraña en una judicatura politizada.
Siempre quedará la Champions y la Liga para paliar los sinsabores de una realidad poco amable. Además, Mourinho podrá seguir preguntando: ¿por qué? ¿Por qué los mercados hunden a las personas? ¿Por qué los políticos se pliegan mansamente a los mercados? ¿Por qué lo políticos se emplean a fondo con los sectores más débiles? ¿Por qué los que trabajan ven recortados sus derechos? ¿Por qué.......?