"Hace veinticuatro siglos, Zenón de Elea demostró que para que una distancia fuera infinita, bastaba subdividirla hasta lo infinito. Las velocidades, ahora propenden a ser infinita; el mundo, infinitesimal. Las técnicas para lograr la velocidad son admirables como medios; empobrecedoras como fines. Hay quienes creen haber circunnavegado el planeta; en verdad, no ha hecho otra cosa que pasar de un hotel a otro hotel idéntico. Hay quienes creen hablar por teléfono; en verdad, no hacen otra cosa que decir ¡hola! por teléfono. (...). Viajar, ahora, es una de las formas más costosas de la inmovilidad" (J.L.Borges, texto de 1945. Miscelánea, )
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dimecres, 28 de juny del 2017
dilluns, 26 de juny del 2017
diumenge, 25 de juny del 2017
Playas y michelines
El titular no se ajusta a la realidad. Ayer, sin ir más lejos, estuve en la playa de Coma-ruga. Había oleaje, pero la bandera era verde. Debe de ser que no soy buen nadador, pero....¡Verde!.
En la playa, había mucha gente, pero no me parecieron muy angustiados por el peso. Había de todo, pero eran mayoría la gente con sobrepeso. Cuando tu vecino de la toalla de al lado tiene más michelines que tú, debes pensar que no estás tan mal, que hay otros que si deberían hacer algo de ejercicio o comer menos, o tal vez ya se gustan así.
divendres, 23 de juny del 2017
Reseñas: Don Delillo, Mao II
Reseña: Don Delillo, Mao II, col.Austral, Barcelona,2013.
La literatura de Don Delillo, no es fácil. Lo hemos
comentado en otras ocasiones, y en esta novela (1991), tampoco es la excepción.
Si uno mira la contraportada del libro, dan una sinopsis breve, pero eficaz.
Sin embargo, se pierde lo esencial. Los detalles. La novela traza diferentes
líneas donde el autor desarrolla a sus personajes, el escritor maldito y
obsesionado por su labor creativa, dos personajes que viven a la sombra
del escritor (Bill Gray), Scott, interesado, en sí mismo y Karen una chica con una vida errática, en busca de un camino que parece no encontrar.
En la novela aparecen el ojo de Brita Nilsson, fotógrafa que
se dedica a fotografiar escritores. El
ojo de Brita, penetra en el santuario que se ha convertido la casa de Gray.
¿Qué hace que una novela se pueda dar por finalizada? En la
novela aparece este dilema de manera obsesiva por parte del protagonista. Bill
Gray parece que no quiere darla por finalizada. Lleva años puliendola,
reescribiéndola, en una espiral interminable. El propio Bill es incapaz de dar
por terminada su obra. Ello le obligaría a replantearse su propia actividad
como escritor y persona.
El mundo de Bill Gray empieza a desmoronarse cuando después de
Brita, le llama su editor Charle Everson, le habla de ese libro que no se acaba
nunca, pero también de un secuestro en Beirut. Quiere que Bill se involucre, su
nombre tiene peso, para su liberación.
Bill, acepta hablar con Charle, y sale sin decir nada a sus
ayudantes. New York, Londres. Su desaparición deja a la intemperie a Scott y
Karen. Buscarán a Bill infructuosamente. Karen va en busca de Brita, no se le
ocurre otro sitio a dónde ir. Brita no tiene ni idea de dónde haya podido ir
Bill. Karen se sumerge en otro mundo, muy cercano a Submundo.
Entre los secuestradores y Charle Everson, aparece como
intermediario George Haddad. Vive en Atenas. Conoce la zona. Beirut. Un
hervidero de grupos y grupúsculos cada uno haciéndose la guerra por su cuenta.
Haddad le dice a Bill:
“-No. El terrorista
como proscrito solitario constituye puramente un mito. Todos estos grupos se
encuentran apoyados por gobiernos represivos.(…) Conservan la vieja perspectiva
delirante de la destrucción total y el orden total.”. (pág.214)
Bill Gray se embarca a un destino desconocido. Bill
desubicado en un mundo enloquecido. Dejo para el lector que descubra el final.
Brita y Bill aparecerán en Beirut. Mientras tanto Scott y Karen, se sienten en la obligación moral de esperar, a Bill, aunque sea hasta el fin de los tiempos.
dijous, 22 de juny del 2017
Reseñas: Montserrat Roig, L'Agulla Daurada
La siguiente reseña trata del libro de Montserrat Roig, L’Agulla Daurada, ed.62,Barcelona, 1985.
El libro de Montserrat
Roig, es un libro de viajes. Nos habla de San Petersburgo (Leningrado), y su
resistencia numantina en la Segunda Guerra Mundial. Nos habla de la Rusia soviética
de los 80. De sus impresiones y vivencias.
El libro combina presente y pasado. Aparecen las glorias de
la antigua ciudad, el poeta Pushkin, y escritor F.Dostoiesvki, junto a esas
glorias inmortales, aparece su geografía, con sus calles y sus ríos que
atraviesan la ciudad, el Neva, el Fontanka y el Moika, sus afluentes. Al lado
de su geografía también cobra vida sus monumentos, el título de la obra hace referencia a uno de sus edificios más emblemáticos y sus historias.
La ciudad resistió desde septiembre de 1941 hasta enero de
1944. Casi novecientos días de sufrimiento y muerte, el recuento sigue siendo
difícil de evaluar, pero probablemente se acerca al millón y medio. Junto a los
muertos, los vivos que tuvieron que vivir el infierno.
El libro relata historia de vivos y muertos. La memoria de
los vivos da vida a los caídos en ese terrible sitio al que fue sometida por el
ejército nazi. Sólo un relato como ejemplo del infierno que aparece en el libro
de Alexander Adamovich y Daniil Granin,“El llibre del bloqueig” (El libro del bloqueo)
El relato lo explica una maestra, Maria Vasilievn Markova:
-Ya habían formado el grupo de niños que había de irse a la
Gran Tierra. Había uno que tenía un aspecto lamentable y que estaba en un rincón
sin decir nada.
-Igor, ¿qué te pasa alguna cosa?, le pregunté,
-No, es que mamá me ha echado de casa, me ha dicho que no
piensa darme más pan.
- Vamos a verla, dije.
- Pero el niño se negaba. Tuve que remolcarlo hasta la calle
de Chejov y subimos hasta un quinto piso. El niño se escondía detrás mío. En la
habitación había mucha porquería. Encima de un catre, había un esperpento. Al
ver a su hijo, el ser extraño se asió a la manta como su fuesen garras y empezó
a gritar con ojos de loca:
-¡Igor! Ya te he dicho que no te daré ni un trozo de pan. ¡Vete
de aquí, Fuera!
“La habitación olía. Había montañas de basura. El aire era
enrarecido. Intente convencer a la mujer, le dije que tuviera paciencia, que
Igor se iría al cabo de unos días, pero ella gritaba:
-¡Que se vaya ahora mismo! ¡No le daré nada! Usted aún puede
andar, pero yo no me puedo levantar. Estoy en la cama, tengo hambre!
“Di una ración de pan a Igor, pero no lo pude convencer de
que dejara a su madre y que viniese conmigo. Me acompañó hasta la puerta y me
dijo:
-Jo tengo la culpa, que este así. Perdí la cartilla de
racionamiento. No la juzgue, por favor”.
“ Igor se quedo al lado de su madre. Al cabo de unos días
supe que el niño había muerto. En aquella época, hasta una madre con buenos
sentimientos podía convertirse en una fiera. Me la encontré al cabo de unos años.
Había cambiado tanto que apenas si la pude reconocer. Tenía todo el aspecto de
una persona llena de salud. Pero se me acercó y me dijo:
-¿Qué hice, Dios míos?
-A santo de qué recordarlos ahora?”, es todo lo que supe
decir.
“Pasaron unas semanas y alguno me hizo saber que la mujer no
pudo soportar los recuerdos: se había suicidado” (traducción es mía, pàg.196-7)
Así que esta narración habla de nosotros, por eso, L’agulla
Daurada (La Aguja Dorada), es una tamiz donde se entrecruzan la experiencias de la autora, y de los personajes que aparecen en este libro de viajes, un
libro donde el destino es nuestra conciencia.
dilluns, 19 de juny del 2017
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