Reseña: Don Delillo, Mao II, col.Austral, Barcelona,2013.
La literatura de Don Delillo, no es fácil. Lo hemos
comentado en otras ocasiones, y en esta novela (1991), tampoco es la excepción.
Si uno mira la contraportada del libro, dan una sinopsis breve, pero eficaz.
Sin embargo, se pierde lo esencial. Los detalles. La novela traza diferentes
líneas donde el autor desarrolla a sus personajes, el escritor maldito y
obsesionado por su labor creativa, dos personajes que viven a la sombra
del escritor (Bill Gray), Scott, interesado, en sí mismo y Karen una chica con una vida errática, en busca de un camino que parece no encontrar.
En la novela aparecen el ojo de Brita Nilsson, fotógrafa que
se dedica a fotografiar escritores. El
ojo de Brita, penetra en el santuario que se ha convertido la casa de Gray.
¿Qué hace que una novela se pueda dar por finalizada? En la
novela aparece este dilema de manera obsesiva por parte del protagonista. Bill
Gray parece que no quiere darla por finalizada. Lleva años puliendola,
reescribiéndola, en una espiral interminable. El propio Bill es incapaz de dar
por terminada su obra. Ello le obligaría a replantearse su propia actividad
como escritor y persona.
El mundo de Bill Gray empieza a desmoronarse cuando después de
Brita, le llama su editor Charle Everson, le habla de ese libro que no se acaba
nunca, pero también de un secuestro en Beirut. Quiere que Bill se involucre, su
nombre tiene peso, para su liberación.
Bill, acepta hablar con Charle, y sale sin decir nada a sus
ayudantes. New York, Londres. Su desaparición deja a la intemperie a Scott y
Karen. Buscarán a Bill infructuosamente. Karen va en busca de Brita, no se le
ocurre otro sitio a dónde ir. Brita no tiene ni idea de dónde haya podido ir
Bill. Karen se sumerge en otro mundo, muy cercano a Submundo.
Entre los secuestradores y Charle Everson, aparece como
intermediario George Haddad. Vive en Atenas. Conoce la zona. Beirut. Un
hervidero de grupos y grupúsculos cada uno haciéndose la guerra por su cuenta.
Haddad le dice a Bill:
“-No. El terrorista
como proscrito solitario constituye puramente un mito. Todos estos grupos se
encuentran apoyados por gobiernos represivos.(…) Conservan la vieja perspectiva
delirante de la destrucción total y el orden total.”. (pág.214)
Bill Gray se embarca a un destino desconocido. Bill
desubicado en un mundo enloquecido. Dejo para el lector que descubra el final.
Brita y Bill aparecerán en Beirut. Mientras tanto Scott y Karen, se sienten en la obligación moral de esperar, a Bill, aunque sea hasta el fin de los tiempos.
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