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dissabte, 15 de juny del 2019

Inicios fulgurantes (XII)

“NICK DUNNE

El día de

Cuando pienso en mi esposa siempre pienso en su cabeza. Para empezar, en su forma. Lo primero que vi de ella, la primera vez que la vi, fue la parte trasera de su cráneo. Sus ángulos tenían algo de adorable. Como un duro y brillante grano de maíz o un fósil en el lecho de un río. Tenía lo que los victorianos habrían descrito como «una cabeza elegantemente torneada». Resultaba bastante fácil imaginar su calavera.

Reconocería su cabeza en cualquier parte.

Y lo que hay en su interior. También pienso en eso: su mente. Su cerebro, con todos sus recovecos, y sus pensamientos yendo y viniendo por dichos recovecos como rápidos y frenéticos ciempiés. Como un niño, me imagino abriéndole el cráneo, desenrollando su cerebro y examinándolo cuidadosamente, intentando apresar e inmovilizar sus ocurrencias. «¿En qué estás pensando, Amy?» La pregunta que más a menudo he repetido durante nuestro matrimonio, si bien nunca en voz alta, nunca a la única persona que habría podido responderla. Supongo que son preguntas que se ciernen como nubes de tormenta sobre todos los matrimonios: «¿Qué estás pensando? ¿Qué es lo que sientes? ¿Quién eres? ¿Qué nos hemos hecho el uno al otro? ¿Qué nos haremos?».

Gillian Flynn, Perdida, Best Seller, Debolsillo, Barcelona, 2015.




dissabte, 1 de juny del 2019

Inicios fulgurantes (VI)

I
Bueno, ¿Qué te parece?

Mi padre había perdido casi por completo la visión del ojo derecho cuando cumplió los ochenta y seis, pero, por lo demás, su estado de salud podía considerarse fenomenal para una persona de su edad, hasta que contrajo lo que un médico de Florida diagnosticó, equivocadamente, como parálisis de Bell, una infección vírica que, por lo común, paraliza, con carácter temporal, un lado de la cara.


Philip Roth, Patrimonio. Una historia verdadera. Trad. Ramón Buenaventura. Contemporánea, Debolsillo, Barcelona, 2011.



divendres, 23 de juny del 2017

Reseñas: Don Delillo, Mao II

Reseña: Don Delillo, Mao II, col.Austral, Barcelona,2013.

La literatura de Don Delillo, no es fácil. Lo hemos comentado en otras ocasiones, y en esta novela (1991), tampoco es la excepción. Si uno mira la contraportada del libro, dan una sinopsis breve, pero eficaz. Sin embargo, se pierde lo esencial. Los detalles. La novela traza diferentes líneas donde el autor desarrolla a sus personajes, el escritor maldito y obsesionado por su labor creativa, dos personajes que viven a la sombra del escritor (Bill Gray), Scott, interesado, en sí mismo y Karen una chica con una vida errática, en busca de un camino que parece no encontrar.

En la novela aparecen el ojo de Brita Nilsson, fotógrafa que se dedica a fotografiar escritores.  El ojo de Brita, penetra en el santuario que se ha convertido la casa de  Gray.

¿Qué hace que una novela se pueda dar por finalizada? En la novela aparece este dilema de manera obsesiva por parte del protagonista. Bill Gray parece que no quiere darla por finalizada. Lleva años puliendola, reescribiéndola, en una espiral interminable. El propio Bill es incapaz de dar por terminada su obra. Ello le obligaría a replantearse su propia actividad como escritor y persona.

El mundo de Bill Gray empieza a desmoronarse cuando después de Brita, le llama su editor Charle Everson, le habla de ese libro que no se acaba nunca, pero también de un secuestro en Beirut. Quiere que Bill se involucre, su nombre tiene peso, para su liberación.



Bill, acepta hablar con Charle, y sale sin decir nada a sus ayudantes. New York, Londres. Su desaparición deja a la intemperie a Scott y Karen. Buscarán a Bill infructuosamente. Karen va en busca de Brita, no se le ocurre otro sitio a dónde ir. Brita no tiene ni idea de dónde haya podido ir Bill. Karen se sumerge en otro mundo, muy cercano a Submundo.

Entre los secuestradores y Charle Everson, aparece como intermediario George Haddad. Vive en Atenas. Conoce la zona. Beirut. Un hervidero de grupos y grupúsculos cada uno haciéndose la guerra por su cuenta. Haddad le dice a Bill:

“-No. El terrorista como proscrito solitario constituye puramente un mito. Todos estos grupos se encuentran apoyados por gobiernos represivos.(…) Conservan la vieja perspectiva delirante de la destrucción total y el orden total.”. (pág.214)


Bill Gray se embarca a un destino desconocido. Bill desubicado en un mundo enloquecido. Dejo para el lector que descubra el final. Brita y Bill aparecerán en Beirut. Mientras tanto Scott y Karen, se sienten en la obligación moral de esperar, a Bill, aunque sea hasta el fin de los tiempos.



dimarts, 5 de juliol del 2016

Recomendaciones veraniegas: Melville y las Blacanblus

La reseña se centra en el cuento de Herman Melville, Bartleby, l’escrivent, trad.Mique Desclot, labutxaca. Hay traducción en castellano.

La historia es narrada por el abogado que en su despacho de NY transcurre la historia. El subtítulo de la obra es “Una historia de Wall Street”. La historia se sitúa en 1856, año de su publicación.  Walt Street no es lo que era. Sin embargo, está plantada la semilla del capitalismo triunfante. Un abogado, unos trabajadores, entre ellos, Bartleby. Trabaja a destajo. Sin pausa. Copia contratos y toda clase de documentos. No habla, no se levanta, no pierde el tiempo. Sin embargo, la catástrofe aparece cuando ante la petición de su jefe de verificar unos documentos, pronuncia la frase que lo cambia todo:” - Preferiria no fer-ho” [Preferiría no hacerlo] (pàg.19). A partir de aquí, cualquier sugerencia del propietario, será un bíblico: “Preferiria no fer-ho”. Bartleby, parece como si se hubiera quitado un peso de encima. A partir de esta sentencia, todas las sugerencias, amenazas, gritos, todo parece resbalarle. Es inmune a todo. El abogado, simpatiza con Bartleby. No acaba de entender lo que sucede, ni lo que quiere. Bartleby, no quiere un sueldo mejor, unas vistas mejores, desde el despacho, parece no querer nada de nada. No tiene miedo ni a las amenazas ni halagos ¿Qué se hace ante estas situaciones? Acaba en prisión. No quiere nada de nadie. Ni ayuda ni consuelo. Por cierto, en prisión el abogado pronuncia las palabras que aparecen en Job 3,14. El texto acaba con las enigmáticas palabras: Ah, Bartleby! Ah, humanitat! (pàg.63)

He intentado una reseña plana, sin ánimo de análisis, no me siento competente. Sin embargo, el caso Bartleby, le sirve al filósofo Byun-Chul Han, para dedicarle un capítulo en su obra “La societat del cansament”, ed. Herder.

En el caso Bartleby, Han dialoga con Deleuze y Agambe. Al primero, contrapone hacer una lectura metafísica, frente a la interpretación de carácter patológico. Bartleby es elevado a categoría de “animal laborans”. Han viene a decirnos que si reducimos a Bartleby a esa categoría, no lograremos entender nada.

El caso Bartelby se expresa en una sentencia que pronuncia: “I would prefer not to” (“preferiría no hacerlo”). Han contrapone el “NO” –potencia negativa- a una apatía que se extenderá a lo largo de toda la obra.

Según Han, el mundo de Bartleby, es la sociedad disciplinaria, no hay lugar, pues, a la depresión y la falta de autoestima. No hay un “yo” amenazado.

Si la interpretación de Deleuze, no satisface a Han, otro tanto sucede con la de Agamben. A éste le recrimina que su interpretación “ontoteológica” se desentienda del aspecto patológico y no resista los propios hechos de la narración. Redondea la crítica su falta de perspectiva en el “gir estructural psiquic de l’actualitat” [giro estructural psíquico de la actualidad](pàg.56). Al decir de Agamben, “Bartleby personifica, per tant, l’esperit, l’esser de pura potencia” [Bartleby personifica, por tanto, el espíritu, el ser de pura potencia](G.Agamben). Al decir de Han, “Agamben fa de Bartleby missatger angelical, un àngel d’anunciació, el qual, tanmateix, “no afirma res de res”[Agabem hace de Bartleby mensajero angelical, un angel de anunciación, el cual, así mismo,’no afirma nada de nada] (pàg.57). En contra de esta descripción, en la obra, Bartleby es quien rechaza cualquier encargo para ir a la oficina de correo (H.Melville, Bartleby, pàg.27).

Finalizo con las notas que sobre esta obra nos dice J.L.Borges, traductor de la obra de Melville. En su Miscenánea, nos da algunas claves literarias para comprender la obra de Melville. Allí nos enteramos –me entero-, que “[Bartleby] pertenece al volumen titulado The Piazza Tales (1856, Nueva York y Londres). Bartleby define ya un género que hacia 1919 reinventaría y profundizaría Frank Kafka: el de las fantasías de la conducta y del sentimiento o, como ahora malamente se dice, psicológicas. Por lo demás, las páginas finales de Bartleby, no presienten a Kafka; más bien aluden o repiten a Dickens (…)” (J.L. Borges. Miscelánea, ed.Deblsillo, pág.129)


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dissabte, 4 de juny del 2011

Philip Roth, Nèmesi


Voy a comentar el último libro de Philip Roth “Nèmesi” (ed. La Magrana. Traducció de Xavier Pàmies, Les ales esteses, 305. Barcelona, 2011). Lo primero que hay que decir es que estamos delante de un libro que impresiona. Su historia es una auténtica tragedia. Nos habla de la condición humana, de su vulnerabilidad, de los golpes del destino que tuercen vidas de manera irreparable. Nos habla también de una época que ya no es la nuestra, pero que marcó a toda una generación y por extensión a las generaciones posteriores. Realidad y ficción se dan la mano en una radiografía particular de la América de los años 40.


La novela comienza de forma aparentemente casual: “El primer cas de pòlio d’aquell estiu va ser a primers de juny (...)”. Nuestro héroe se llama Bucky Cantor. Es profesor de educación física a la escuela primaria de Chancellor Avenue. El escenario del drama es el barrio judío de Weequahic en Newark. Bucky es el responsable de las actividades del barrio. Se cuida que los niñas y niños del barrio tengan un lugar a donde ir. Allí juegan y se divierten bajo la atenta mirada de Cantor. A él le gustaría estar con sus amigos en la Guerra que se está produciendo en Francia. Pero su vista ha frustrado sus intentos de alistarse.


El calor de este mes parece más intenso de lo debido. Es un horno, pero Cantor trata de dosificar los esfuerzos de los chicos y chicas que parecen no tener nunca suficiente para seguir jugando. Hay un momento que marca el inicio del drama. Unos jóvenes que aparecen en el parque donde juegan los niños atrae inmediatamente la atención de Bucky Cantor que se dirige con paso firme hacia los jóvenes que han invadido su territorio. “-Què feu aquí, nois?-va dir en Bucky Cantor. –Venim a portar la pòlio (...) (pàg.19).

En su grupo de “esplai” (grupo recreativo) han aparecido dos casos de polio Herbie y Alan. La novela desarrolla la aparición del miedo. Una enfermedad que en esa época no tenía cura. Los niños irán desapareciendo del esplai, muchos padres prefieren que se queden en casa. Bucky Cantor trata de animarlos para que sigan en el esplai. El antídoto para combatir el desánimo es jugar. Bucky tiene a su novia (Marcia) en otro lugar Indian Hill donde también ejerce de monitora.



Cantor vive con su abuela, pues, su madre murió de sobreparto y fue cuidado por sus abuelos. Bucky es un persona que se desvive por sus muchachos/as. Es responsable de su seguridad, pero incluso él, empieza a tener dudas acerca de lo que debería hacerse. Desde el Ayuntamiento no dan indicaciones sobre lo que hay que hacer. Bucky Cantor llama a su novia Marcia en Indian Hill y Marcia le ruega que vaya a las montañas de Pocono donde se encuentra Indian Hill, un lugar alejado de cualquier peligro. Pero Cantor afirma que su lugar es en Weequahic. Siguen apareciendo nuevos casos entre sus pupilos.


Cantor se obliga a ir a casa de los padres que acaban de perder a sus hijos. Es su deber. En la sinagoga hay llantos y alabanzas a Dios, pero Bucky Cantor empieza a pensar que esas aleluyas a Dios no tiene ningún sentido. Se pregunta “ ¿Com podía haver-hi perdó, i encara menys cap al•leluia?” (pàg.59) La tragedia sigue su curso ahora que le ha tocado el turno a los Kopferman. La madre acusa a Bucky de ser el responsable de la desgracia de sus hijos. En medio de un ambiente opresivo Marcia llama presa de excitación a Bucky para decirle que en Indian Hill acaba de quedar una plaza libre para un monitor como él. Bucky Cantor trata de alejar sus pensamientos caminando sin rumbo fijo, pero acaba frente a la casa de Marcia, los Steinberg. El padre de ella es médico. Cantor quiere preguntarle sobre la enfermedad. La enfermedad sigue contagiando a los muchachos del esplai, ahora eran, Leo, Paul y Arnie Mesnikoff. Éste es el narrador de esta historia. Volveremos a verlo al final de la historia.


Marcia volvió a llamarlo y milagrosamente Bucky Cantor dice que sí. ¡Error!Marcia es atravesada por la felicidad, su Bucky saldrá de Newart y se alejará de la polio. Pero desgraciadamente la polio vuela como una flecha al paradisíaco lugar de Indian Hill. De Indian Hill al hospital de allí a una silla de ruedas. Bucky también es atrapado por la polio. La última parte de la novela es el diálogo entre Bucky Cantor y Arnie Mesnikoff. En ella hay cabida para un análisis de la condición humana en todas sus vicisitudes, es la parte más sugestiva del libro. Cantor ha sido como el ángel caído que ha caído fulminado por un dios colérico por haberse atrevido a poner en duda la bondad divina.


En las 199 páginas de esta novela de Roth hay un auténtico tratado sobre la condición humana. Vulnerabilidad es una palabra que expresa mejor que cualquier otra lo que somos. Bucky Cantor enseñando a sus discípulos como se tira la jabalina. En la retina de esos niños y niñas estará siempre la imagen de un dios.

divendres, 14 de gener del 2011

Ficción y realidad: Indignación

Tranquilos no va de filosofía, ¡ No salten a otros bloggers ! El título quiere hacer referencia a la novela de Philip Roth "Indignación"(1). La presente novela trata de las reflexiones de nuestro joven protagonista Marcus Messner. No voy a indicar desde donde realiza sus reflexiones, porque entonces perdería su gracia. Marcus es el hijo de un carnicero kosher que huye de un padre cada vez posesivo y obsesivo.

Busca horizontes lejanos, en medio de la la Guerra de Corea (1950-1953), y lo encuentra en Winesburg. Una pequeña Universidad alejada de su casa. La Universidad era uno de los pocos lugares donde uno podía escapar del reclutamiento para la Guerra. Marcus es listo e inteligente, pero también impulsivo. En Winesburg la tradición pesa como una losa. Por eso a Marcus le va a costar adaptarse. Quiere ser abogado, pero sobre todo quiere estar lejos de los problemas familiares, quiere estudiar y construirse un radiante porvenir y quieren que no le recluten para la Guerra de Corea y Winesburg le parece un lugar como otro cualquiera para conseguirlo. Pero las dificultades de la vida van hacer difícil su estancia.


Conoce a Olivia Hutton, una chica moderna que le rompe el esquema de lo que debe ser un chica decente. Unos compañeros que no son de fiar. Cuantos actos realiza Marcus para pasar desapercibido son interpretados en clave de desafío. Al final tiene que hablar con el decano Caudwell, que le interroga sobre sus dificultades de convivencia con sus compañeros. Marcus le intenta explicar que sus compañeros de habitación o son ruidosos y no le dejan estudiar o bien son insoportables y por esa razón ha decidido buscar otra habitación sin las molestias que suponían sus antiguos compañeros. Caudwell lo ve como síntomas de orgullo y superioridad. Discuten sobre una de las normas sagradas de la Universidad, la necesidad de asistir al servicio religioso.

Marcus es intervenido de apendicitis, ocasión que la madre de Marcus aprovecha para visitarlo. Le explica que está decidida a dejar a su marido porque se ha vuelto loco. Olivia también acompaña a Marcus en su convalecencia. La madre de Marcus le hace prometer que dejará a Olivia Hutton porque a nadie le conviene una muchacha que ha intentado cortarse las venas. Marcus la contenta diciendo que sí la dejará. La madre le confiesa a Marcus que no puede dejar a su marido en esas condiciones. Así que todo parece volver a la normalidad.



En sus oídos aún resuena la conversación entre su madre y él en el hospital: " (...). Tienes conciencia y eres compasivo, y también dulce...así que dime, ¿sabes cómo hacer con esa chica lo que tal vez debas hacer? Porque la debilidad del prójimo puede destruirte tanto como su fuerza. Los débiles no son inofensivos. Su debilidad puede ser su fuerza.(...)" (pag.126). Marcus recuerda esa conversación pero también sabe que no puede resistirse a los encantos de Olivia Hutton.  Pero Olivia ha desaparecido. Nadie es capaz de decir por qué se ha marchado.  Incluso es su desesperación por saber noticias de Olivia, Marcus llama a la puerta del decano Caudwell. La discusión entre ellos se encamina por derroteros inesperados. Sale de allí indignado. Los acontecimientos se precipitan. Mientras cae la nieve en noviembre se desata un estallido de algarabía y resentimiento que se conocerá con el nombre de "el Gran Saqueo de Bragas Blancas de la Universidad de Winesburg" (pág.144). Estos hechos tendrán consecuencias en la suerte de Marcus Messner.

Hay palabras que cambian nuestras vidas: "Váyase a la mierda" (pág.164) Y hay una lección que hay que saber: "la terrible, la incomprensible manera en que las elecciones más triviales, fortuitas e incluso cómicas obtienen el resultado más desproporcionado" (pág.164). La novela está escrita de manera ligera pero que  conduce de forma inexorable a Marcus a su destino. Una América orgullosa después de la victoria de la Segunda Guerra Mundial y un desarrollo extraordinario de los niveles de bienestar que iban a darse de bruces con una Guerra que aún no ha acabado en términos estrictos. Winesburg es como esa América orgullosa de ser provinciana y a la vez el centro del mundo, porque no hay más mundo que ese. Esta novela nos habla de las debilidades de la sociedad americana, de sus contradicciones, de sus obsesiones, de como combinar individualidad con solidaridad, una sociedad que tiene pendiente por resolver muchos problemas que se dibujan en la novela y que la realidad ha hecho más difíciles de solventar.

(1) Philip Roth. Indignación. Traducción Jordi Fibla. Contemporánea. Debolsillo, Barcelona 2010.