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diumenge, 30 de juny del 2013
dissabte, 29 de juny del 2013
divendres, 28 de juny del 2013
Clásicos (actuales)
Hay textos clásicos que
parecen escritos ahora mismo. Su actualidad no deja de asombrarnos por su
capacidad de decir lo esencial. El texto que quiero compartir es de J.G.Herder:
“¿Qué es una nación? Un
gran jardín descuidado, lleno de hierbajos y maleza. ¿Quién aceptará indiscriminadamente
este punto de reunión de necedades y defectos, de exquisiteces y virtudes, y
(...) romperá una lanza contra otras naciones? Dejadnos contribuir al honor de
la nación en la medida de lo posible; y también hemos de defenderla cuando se
le inflige injusticia. Pero ensalzarla ex profeso me parece un acto de
vanagloria (...). Sin duda la naturaleza ha dispuesto que un hombre, y también
un linaje y un pueblo, aprenda de otro y junto con otro (...), hasta que finalmente
todos hayan comprendido la difícil lección: no hay ningún pueblo que sea el
pueblo escogido por Dios en exclusiva; todos han de buscar la verdad, el jardín
de la mejor comunidad ha de ser cultivado por todos (...). Ningún pueblo de
Europa puede cerrarse frente a los otros y decir neciamente: en mí y sólo en mi
mora toda la sabiduría” (J.G.Herder)
dilluns, 24 de juny del 2013
55%
El
55% de los catalanes votaría a favor de la independencia. (La Vanguardia, 20-6-2013).
El CEO, entidad que según el gobierno central debería disolverse, ha entregado
una encuesta sobre intención de voto. El
gobierno del PP reclama a los demás lo que él no tiene intención de hacer. Pide
alegremente que las CCAA reduzcan sus servicios y prestaciones en nombre de la
austeridad, mientras que desde el gobierno no hacen nada semejante. Además
anuncian que las recomendaciones se tendrán en cuenta a la hora de los déficits
de las CCAA.
Rafael
Ribó es el Síndic de Greuges
(Defensor del Pueblo), en unas recientes declaraciones, hablaba de la extrañeza
de esas medidas que van contra el sentir de las instituciones internacionales
que señala la importancia de la cercanía en las relaciones entre la
Administración -¡cuándo el gobierno del PP se dará cuenta que la Generalitat
también es Administración!-, y sus ciudadanos. Expuso el coste real que supone
la institución del Síndic, cuya ratio es muchísimo más barata que el Defensor
del Pueblo. Ello a pesar, de los datos
que según Ribó no entendía de donde habían calculado las cifras, muy
superiores, a las por él defendidas. Mostro desconcierto porque una medida de
tal calibre no fuese puesta en conocimiento de los distintos Defensores de las
CCAA.
El
ejemplo del ninguneo a las CCAA, léase Cataluña –y a las demás que se toman en
serio su papel-, hace posible lo que dice el sondeo del CEO. El 55% de los
ciudadanos de Cataluña votarían por la independencia. Cada vez que el gobierno
central se descuelga con alguna nueva ocurrencia, la cifra de independentistas
aumenta. Al gobierno central con mayoría absoluta –antes se habla de rodillo;
ahora, debería hablarse de apisonadora- debe importarle un bledo lo que pasa en
Cataluña. Sin embargo, se equivoca. La técnica del avestruz de Rajoy no hará bajar
ese %. ¿Cómo debería encararlo? No se puede lanzar la Constitución como arma
arrojadiza. Cuando hay voluntad política se podría buscar soluciones que
encajen en ella. Herrero de Miñón, padre de la Constitución lo ve posible.
Seguramente, el nuevo TC no lo verá tan claro. No es hora de que hable el TC,
sino los gobierno central y catalán. Pero mucho me temo que la cifra del %
seguirá aumentando, mientras que Rajoy deje pasar el tiempo. Los problemas
tienen solución, pero para ello se requiere voluntad política. Cataluña empieza
a pensar en serio que salir de España puede beneficiarle, mientras que el
gobierno de España hace oídos sordos. Un 65% de la población sería suficiente
para adquirir legitimidad delante de la Comunidad internacional, ¿ a eso espera
Rajoy?
Reseña: Maya
La cotidianidad es tan
fea y desagradable que podemos volar con la imaginación al mundo de Isabel
Allende y su obra “El cuaderno de Maya” ed. Debolsillo. Barcelona 2012.
Maya nos relata su
particular infierno, en medio de un paraíso muy terrenal. Chiloé se convierte
primero en una prisión que le aleja del infierno de la sociedad de la que huye
para ir descubriendo que también hay otras formas de vivir, otras formas de
relacionarse con los demás. Chiloé se
encuentra en medio de la Región de los Lagos. Es una isla en la que Maya aterriza
por orden de su abuela Nini. La recibe Manuel Arias que vive allí como un
ermitaño. El contraste entre ambos personajes es abismal. Sin embargo, la
convivencia hará que poco a poco vayamos descubriendo las experiencias que cada
uno esconde.
Una infancia sin padres –un
padre que nunca está y una madre que nunca ejerció como tal-, pero con unos
abuelos que Maya los llama cariñosamente, Nini y Popo. Después de la muerte de
Popo Maya entra en crisis. Drogas, huida de casa, y descenso a los infiernos de
la mano del camionero Roy Fedgewick, Brandon Leeman, de su ángel salvador Freddy,
y de las salvadoras las Viudas por Jesús de la mano de Olympia Pettiford.
Lejos de todos ellos,
Maya intenta rehacer su vida. Manuel y Blanca Schnake son los nuevos ejes de su
vida. Aprenderá de ellos todo lo que había olvidado y aprenderá nuevas
vivencias. Incluso el amor aparecerá de manera inesperada de la mano de Daniel.
No explico como acaba
todo, para no estropear la novela. Cuando tantos libros se publican, y muchos de ellos merecerán el olvido, este
libro si vale la pena leerlo. Se lee como crónica de realidades desagradables
que todos quisiéramos olvidar, como recordatorio que la vida son elecciones que
nos conducen por caminos insospechados, por la necesidad de encontrarnos con
gente que nos ayuda en el camino. Arriesgarnos a pedir ayuda, porque no siempre
podemos nosotros mismos salir de los atolladeros en los que nos metemos. La
felicidad podemos encontrarla en los lugares más humildes porque también depende
de nosotros mismo. ¡Por favor, léanla!
diumenge, 23 de juny del 2013
Auto de fe (3)
En el tercer capítulo se titula “Confucio el
casamentero”.
Tratar de resumir el libro es imposible, porque
la belleza del texto, su manera de expresarse, hacen de ella una tarea
prohibitiva. Y sin embargo, ahí va el resumen:
Como cada día Kein sale a dar su paseo matutino,
como es domingo, las calles se encuentran felizmente vacías. A él este días le
incomoda, pues, no sabe cómo gastar un días que los demás gastan inútilmente.
El niño de la escalera ha ido a casa de Kein para poder contemplar los libros
que le había vagamente dicho que vería. Teresa lo ha echado, pues, el señor no
estaba en casa.
Habla de la educación o mejor, de la mala
educación que todo lo invade.Teresa utiliza sus palabras para lanzar una
diatriba contra los malos modos de los jóvenes y por extensión de todo el
mundo. ¡Nadie está dónde debería!
Mientras Teresa sigue hablando, Kein que no escucha con facilidad acaba
por prestar oídos a lo que dice Teresa.
Al escuchar esas palabras Kein va en busca de un
libro Ari Hakuseki y lee lo que dijo el erudito japonés. Hablado de la forma de
trabajar, del esfuerzo y la concentración necesaria para acabar el trabajo.
Kein se fija en que Teresa está concentrada en la lectura. Kein siente la
tentación de ser Pigmalión, enseñar a la que no sabe.
El niño vuelve a llamar a la puerta, pero Teresa
lo despacha con cajas destempladas para admiración de Kein. Kein empieza a
pensar en la posibilidad de ayudar a Teresa en la aventura del saber: “viejas
estudiantes tardía”. Kein se debate ante la posibilidad que Teresa pueda
interesarse por los libros, pero “Los libros están totalmente indefensos ante
la gente inculta” (pág.42).
Kein tiene un largo sueño donde las pesadillas
se dan la mano. Aztecas, fuego, libros ardiendo, demonios, espantosas imágenes
de los condenados y Kein intentando salvar a los libros que arden con suma
facilidad.
Después del sueño, empieza a cavilar sobre la
posibilidad horrorosa que su biblioteca pudiera ser pasto de las llamas.
¡Veinticinco mil volúmenes! Kein es previsor, la biblioteca está asegurada...
Kein empieza a recomponer su sueño en un
ejercicio de introspección:
“ (...). Dos días antes, Kein había mirado unos
códices miniados mexicanos, uno de los cuales representaba el sacrificio de un
cautivo por dos sacerdotes disfrazados de jaguares. El encuentro casual con un
ciego, ocurrido pocos días antes, le había hecho pensar en Eratóstenes, el
anciano bibliotecario de Alejandría. El nombre de Alejandría evoca en
cualquiera el incendio de la famosa biblioteca. En una xilografía medieval,
cuya ingenuidad le hacía reír siempre, se veían unos treinta judíos que, entre
las llamas de una hoguera, seguían salmodiando tenazmente sus plegarias.
Admiraba a Miguel Ángel, cuyo Juicio Final ponía por encima de todo. En él, los
pecadores eran brutalmente arrastrados al infierno por demonios despiadados.
Uno de los réprobos, quintaesencia de la angustia y la desolación, se cubría
con la mano su cobarde cabezota, mientras unos demonios tiraban con fuerza de
sus piernas: nunca había querido ver la desgracia ajena ni tampoco la
propia, que ahora lo abrumaba. En lo alto, un Cristo nada cristiano
condenaba con brazo firme y poderoso. Con todos estos elementos se había
elaborado aquel sueño” (pág.46)
Es evidente que Kein había de haber leído, con
mucho provecho, sin duda, la Interpretación de los sueños de S.Freud. Su
pesadilla no era más que una mala pasada de sus temores y ansiedades, pero ¿qué
es lo que provocaba semejante estado?
En la vida de Kein, empezaba siempre con la
frase “¿Ya levantado?” que Teresa pronunciaba cada mañana. Kein recordaba que
le había dicho que le prestaría un libro. Concluye que lo que debe leer es una
novela. Pero ve peligros: “acaban por erosionar el carácter más firme” (pág.46).
“Las novelas son cuñas que el escritor, ese histrión de la pluma, va clavando
en la hermética personalidad de sus lectores” (pág.47).
Kein de manera brusca, le entrega un libro Los
calzones del señor Von Bredow. El libro era de su época escolar, cuando aún
deja los libros a otros. ¡Estaba desgastado y sucio!
Teresa cogió el libro y lo cubrió como su fuese
un bebé. Forró el libro, Kein no daba crédito a lo que veía. ¡Teresa trata los
libros mejor que yo!. Ante semejante muestra de cariño por parte de Teresa para
con los libros, Kein la pone a prueba. Le pregunta que haría en caso de
incendio, y la respuesta de Teresa es ¡Salvar la biblioteca! (pág.48). Kein
estaba desconcertado ante las muestras de inteligencia de Teresa. Tenía dudas
acerca de la sinceridad de Teresa. Con
la excusa de beber agua entró en la cocina, Kein observó como el libro estaba
abierto por la página 20, y Teresa llevaba unos guantes para no dañar al libro.
Teresa le dice a Kein que “-Releo doce veces cada página, si no, una no disfruta”
(pág.50)
Kein pide consejo ante esta nueva situación, y
se la pide a Confucio. Kein tenía la manía de hablar con sus sabios
enclaustrados en su biblioteca. Teresa lleva ocho años a su servicio, pero
hasta ahora no se había dado cuenta que existía. Confucio le da el siguiente
consejo:
“ Observa el comportamiento de la gente,
considera los móviles de sus acciones, examina aquello que los satisface. ¿Cómo
podría alguien ocultarse? ¿Cómo podría alguien ocultarse” (pág.52)
Kein se pregunta que hasta ahora nunca se había
fijado en nadie, pero Teresa le ha despertado. Ocho años ciego, ¿para qué sirve
el saber? Confucio: “Errar sin enmendarse es lo que se llama errar. Si cometes
una falta, no te avergüences de enmendarla” (pág.53)
Kein parece resulto a deshacer esos ocho años
ciego, entra en la cocina como un
elefante en una cacharrería y le espeta: “¡Quiero que sea mi esposa!” Teresa no
había esperado una decisión tan rápida. Inclinó, conmovida, su cabeza al otro
lado y replicó con orgullo, luchando contra el tartamudeo: “¡Servidora!”
(pág.54)
dissabte, 15 de juny del 2013
Auto de fe (2)
En segundo capítulo lleva por título El
misterio (2). En este capítulo aparece otro de los personajes centrales Teresa
Krumbholz. Ésta aparece en escena como ama de llaves. Kein necesita de ayuda en
las tareas domésticas. Teresa no es joven, 48 años, y el anuncio de Kein
pidiendo ama de llaves le atrae. Acostumbrada en su antigua casa a los
requerimientos de una familia vulgar la posibilidad de una casa con un único
patrono no le parecía mala cosa. ¿Ganaría más dinero? Lo cierto es que Kein
acepta a Teresa para el puesto. Teresa pragmática quiere saber cuánto ganará,
la respuesta de Kein es olímpica, “-Lo que usted quiera –dijo él con
indiferencia y dio un portazo” (pág.29).
Teresa entró en un nuevo territorio inexplorado,
una biblioteca. Las costumbres de su patrón empezaban a las 6 de la mañana. El
mobiliario de Kein era espartano. Los muebles eran un cáncer para su
biblioteca. Lo que ocupaban los muebles se lo quitaban a sus preciosas
estanterías. Así que no había muebles, excepto su mesa de trabajo. De las 6 a
las 7 de la mañana Kein anda envuelto en misterio. Teresa quiso saber que hacía
su patrono. ¿Escondería secretos inconfesables en su biblioteca? A partir de su
paseo se ponía en su mesa trabajando todo el día. Después de las 6,15h hasta
las 7 ¿qué hacía Kein? Teresa quería saberlo.
Cuando Kein se iba a su paseo matutino, Teresa
empezó a repasar las estanterías una por una y libro por libro para saber que
se escondía detrás de esa biblioteca. La mesa de estudio tenía un dispositivo
que al abrir alguno de sus cajones emitía un pitido, era su sistema de
seguridad. Teresa fue avanzando y descartando ideas absurdas a medida que no
encontraba nada en su búsqueda. Finalmente, pudo saciar su curiosidad. Lo que
sucedía era que Kein buscaba cinco o seis libros seleccionados de su biblioteca
para llevárselos en su cartera para su paseo matinal. ¡Nunca salía de casa sin
su pequeño tesoro! Teresa decepcionada, pensó que semejante extravagancia
merecía ser tenida en cuenta, ¡nunca se sabe!
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