Hay textos clásicos que
parecen escritos ahora mismo. Su actualidad no deja de asombrarnos por su
capacidad de decir lo esencial. El texto que quiero compartir es de J.G.Herder:
“¿Qué es una nación? Un
gran jardín descuidado, lleno de hierbajos y maleza. ¿Quién aceptará indiscriminadamente
este punto de reunión de necedades y defectos, de exquisiteces y virtudes, y
(...) romperá una lanza contra otras naciones? Dejadnos contribuir al honor de
la nación en la medida de lo posible; y también hemos de defenderla cuando se
le inflige injusticia. Pero ensalzarla ex profeso me parece un acto de
vanagloria (...). Sin duda la naturaleza ha dispuesto que un hombre, y también
un linaje y un pueblo, aprenda de otro y junto con otro (...), hasta que finalmente
todos hayan comprendido la difícil lección: no hay ningún pueblo que sea el
pueblo escogido por Dios en exclusiva; todos han de buscar la verdad, el jardín
de la mejor comunidad ha de ser cultivado por todos (...). Ningún pueblo de
Europa puede cerrarse frente a los otros y decir neciamente: en mí y sólo en mi
mora toda la sabiduría” (J.G.Herder)