dilluns, 24 de juny del 2013

55%


El 55% de los catalanes votaría a favor de la independencia. (La Vanguardia, 20-6-2013). El CEO, entidad que según el gobierno central debería disolverse, ha entregado una encuesta sobre intención de voto.  El gobierno del PP reclama a los demás lo que él no tiene intención de hacer. Pide alegremente que las CCAA reduzcan sus servicios y prestaciones en nombre de la austeridad, mientras que desde el gobierno no hacen nada semejante. Además anuncian que las recomendaciones se tendrán en cuenta a la hora de los déficits de las CCAA.

Rafael Ribó es el Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo), en unas recientes declaraciones, hablaba de la extrañeza de esas medidas que van contra el sentir de las instituciones internacionales que señala la importancia de la cercanía en las relaciones entre la Administración -¡cuándo el gobierno del PP se dará cuenta que la Generalitat también es Administración!-, y sus ciudadanos. Expuso el coste real que supone la institución del Síndic, cuya ratio es muchísimo más barata que el Defensor del Pueblo.  Ello a pesar, de los datos que según Ribó no entendía de donde habían calculado las cifras, muy superiores, a las por él defendidas. Mostro desconcierto porque una medida de tal calibre no fuese puesta en conocimiento de los distintos Defensores de las CCAA.

 

 
El ejemplo del ninguneo a las CCAA, léase Cataluña –y a las demás que se toman en serio su papel-, hace posible lo que dice el sondeo del CEO. El 55% de los ciudadanos de Cataluña votarían por la independencia. Cada vez que el gobierno central se descuelga con alguna nueva ocurrencia, la cifra de independentistas aumenta. Al gobierno central con mayoría absoluta –antes se habla de rodillo; ahora, debería hablarse de apisonadora- debe importarle un bledo lo que pasa en Cataluña. Sin embargo, se equivoca. La técnica del avestruz de Rajoy no hará bajar ese %. ¿Cómo debería encararlo? No se puede lanzar la Constitución como arma arrojadiza. Cuando hay voluntad política se podría buscar soluciones que encajen en ella. Herrero de Miñón, padre de la Constitución lo ve posible. Seguramente, el nuevo TC no lo verá tan claro. No es hora de que hable el TC, sino los gobierno central y catalán. Pero mucho me temo que la cifra del % seguirá aumentando, mientras que Rajoy deje pasar el tiempo. Los problemas tienen solución, pero para ello se requiere voluntad política. Cataluña empieza a pensar en serio que salir de España puede beneficiarle, mientras que el gobierno de España hace oídos sordos. Un 65% de la población sería suficiente para adquirir legitimidad delante de la Comunidad internacional, ¿ a eso espera Rajoy?

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