He acabado de leer:
C.Wright Mills, La imaginació sociològica, ed. Herder, Barcelona, 1987.
La obra es una estupenda introducción a la sociología. Especialmente, atractiva es el “Apèndix: Sobre l’ofici artesanal de l’intel•lectual”[Apéndice: Sobre el oficio artesanal del intelectual], dónde nos da una clase teórico-práctica sobre el oficio de sociólogo.
Una obra que quiere explicar y tiene vocación de hacerse entender y comprender, ante excesos del quehacer sociológico. Por ejemplo, el capítulo 2. La Suprema Teoría. Analiza el fetichismo del concepto en la obra de Talcott Parsons –El Sistema Social-. La combinación demoledora de conceptualización y abstracción no ayuda a dilucidar lo que se pretende explicar. Lo particular, lo concreto, la persona de carne y huesos, se evapora. Su lenguaje pretende ser “científico” pero no es más que una jerga ininteligible. ¿Se puede decir las cosas de otra manera? La respuesta de Wright Mills es que si se puede y se debe.
"(…) la suprema teoría és pura verborrea incoherent, o bé hi ha alguna cosa al darrera? La meva resposta fóra que sí que hi ha alguna cosa; enterrada a molta profunditat, sens dubte: però alguna cosa sí que la diu. I aleshores la pregunta es transforma en aquesta altra: si traiem a la suprema teoría tots els impediments que dificulten la comprensión, i si fem cas d’allò que esdevé així intel•ligible, quès és el que diu? (pàg.35)
[(...) la suprema teoría es pura verborrea incoherente, o bien hay alguna cosa detrás de ella? Mi respuesta es que sí hay alguna cosa; enterrada a mucha profundidad, sin duda: pero alguna cosa sí que dice. Y entonces la pregunta se transforma en esta otra: si suprimimos a la suprema teoría todos los impedimentos que dificultan la comprensión, y sí hacemos caso de aquello que convierte así inteligible, ¿qué es lo que dice? (pág.35)]
En la página 31 de la edición en castellano, los tres primeros párrafos –llenos de un lenguaje técnico-, son traducidos por Wright Mills del siguiente modo:
“Sovint la gent comparteix uns mateixos criteris, i espera que tothom en faci cas. Si realment en fan cas, es pot dir que en aquella sociedad hi ha ordre” [ "A menudo la gente comparte unos mismos criterios, y espera que todas hagan lo mismo. Si realmente hacen caso, se puede decir, que en aquella sociedad hay orden"]. Dice fin. No hay nada más, a pesar que en los tres párrafos suman 398 palabras frente a las 29 que ofrece como resumen.
Si despojamos este exhaustivo cultivo de conceptos y abstracciones, resulta que: “Bé és veritat que moltes de les idees dels “teorics suprems”, un cop traduïdes, són molt normaletes: de les que hom troba a la majoria de manuals de sociología (pàg.38) [Bien es verdad que muchas de las ideas de los "teóricos supremos", una vez traducidas, son muy normales: de las que todos encontramos en la mayoría de manuales de sociología].
Nos encontramos con un texto “clásico” que ni se obsesiona con la teoría, ni pretende excluirla. De lo que se trata es de comprender la dinámica social. Para alcanzar este objetivo es lícito utilizar todas las herramientas, sean cuantitativas como cualitativas. De entre este arsenal, la imaginación - En el Apéndice, hay ejemplos de la “imaginación sociológica” y su concreción práctica-, es una poderosa arma al servicio de la sociología.
"La “imaginación sociológica” permite “de qui n’és posseïdor una persona capaç d’entendre “el gran teatre del món” en termes d’allò que representa tant per la vida privada com per a la vida pública d’una pluralitat d’individus. (…) Es tracta de cercar, enmig d’aquest enrenou, l’estructura de la societat moderna; i, en el si d’aquesta estructura, la manifestació de la psicología dels individus. Sols d’aquesta manera el malestar personal queda fixat en uns problemas explícits; sols així la indiferencia col•lectiva es transforma en compromís polític.” (pàg.9-10)
["La 'imaginación sociológica' permite de quien es poseedor una persona capaz de entender 'el gran teatro del mundo' en términos de aquello que representa tanto para la vida privada como para la vida pública de una pluralidad de individuos. (...) Se trata de buscar, en medio de este enredo, la estructura de la sociedad moderna; y, en el seno de esta estructura, la manifestación de la psicología de los individuos. Solo de está manera el malestar personal queda fijado en unos problemas explícitos; sólo así la indiferencia colectiva se transforma en compromiso político ]
“La imaginación sociológica en fa capaços de copsar la historia i la biografia, i llurs interrelacions en el si de la societat.” (pàg.10) [ "La imaginación sociológica nos hace capaces de captar la historia y la biografía. y sus interrelaciones en el seno de la sociedad".]
La obra se lee con interés, pues, combina el análisis social con reflexiones personales sobre el papel del sociólogo y su papel en la sociedad. Rechaza el papel del sociólogo como órgano de la objetividad, pues, este papel es ideológico. La investigación sociológica, nunca es neutra. Cualquier análisis de la sociedad, supone que el investigador también está incluido en ese análisis. La honestidad intelectual supone que el sociólogo es consciente de ese papel ambivalente que tiene, y trata por todos los medios de investigar “objetivamente” el objeto de su investigación.