Después del terremoto que supuso la paralización del tráfico aéreo por parte de los controladores del USCA, y la posterior puesta en marcha del estado de alarma, lo que ha sucedido desde esas fechas, se constata la insubtancialidad de la Generalitat de Catalunya. Es verdad que existe un traspaso de poderes entre el tripartito y la nueva mayoría parlamentaria de CiU.
En estas semanas del 3 de diciembre hasta el nombramiento de Núria de Gispert como presidenta del Parlament para la nueva legislatura, desaparecido el aún President de la Generalitat José Montilla, el papel de extra en todo lo sucedido debería hacer pensar sobre el significado de las Autonomías en el nuevo marco de la globalización. La política económica que fabrican -a nuestra costa-, el BCE y Alemania y la partipación de los movimientos de capital en la era global. En el ámbito político las decisiones que se toman van encaminadas a remover los obstáculos para que la política económica triunfe sobre cualquier otra consideración. Así que ¿cuál es el papel de la Generalitat?.
Algunos dirán tranquilamente que la única opción es la independencia. ¡ Cómo si eso fuera viable ! . Un gobierno saliente inexistente, donde se han prodigado descalificaciones de todo tipo, sobre todo del PSC, un Montilla que se retirará a algún puesto de lujo,en fin, desde la ciudadanía inmersa en una crisis económica de profundo calado, que afecta a unas determinadas capas sociales más que a otras, donde los dramas cotidianos son pródigos en sucesos, como por ejemplo, los deshaucios, que adquieren niveles escandalosos, y donde en declaraciones de la subdirectora general de la vivienda, explicaba que hay todas las medidas posibles para evitar lo que las estadísticas desmienten. ¡Y todo ello gracias a un gobierno que se declara socialista!