Wikileaks (Wikifugas) se ha convertido en la bestia negra de las cancillerías de medio mundo. La razón es muy simple, poner al descubierto las prácticas de las diplomacias. Se quiere atacar al mensajero para dejar intacto las prácticas de los gobiernos y sus estrategias geopolíticas. Naturalmente, como en las novela de John Le Carre, han aparecido denuncias: "La Policía Internacional (Interpol) ha emitido hoy una orden de detención de categoría roja (de máxima prioridad) contra el fundador de Wikileaks, Julian Assange, ante la petición cursada por la Justicia sueca que le acusa de los delitos de violación, abusos sexuales y coacción. La orden permite que Assange pueda ser detenido en cualquiera de los 188 países miembros de Interpol y aceleraría su extradición a Suecia" (El País, Domingo, 5/12/2010, 12:57 h).
Seguramente en la novela de Le Carre podría haber sido acusado de pederastia que siempre es más llamativo. No sé si tiene fundamento o no lo tiene. El propio denunciado y alma de Wikileaks, Julian Assange tendrá que aclararlo. Lo que parece evidente es que hay un movimiento gubernamental para silenciar las filtraciones que ponen al desnudo las prácticas de nuestro gobiernos. Desde amenazas hasta el intento de silenciarlos por la vía de cerrar los servidores, por ejemplo, de Amazon y Paypal recientísimamente.
Un coro de voces también clama por el "desaguisado" de Wikileaks. Unos afirman que lo que han sacado a la luz "Cablegate" era algo que ya se sabía de forma implícita y que por tanto, nada aporta a la comprensión de la política exterior de los estados afectados. Otros, denuncian la parcialidad de las "supuestas" revelaciones. Si las revelaciones no fuera verosímiles, no se hubieran empleado a fondo como lo están intentando silenciar. Se nos dicen que son "notas" de los diplomáticos y que no tienen valor "jurídico", sino que son impresiones o sugerencias que se hacen en el calor de las entrevistas que realizan. Otros, aseguran que mientras no aparezcan informes sobre el mundo financiero, no tendrán credibilidad. Vivimos una etapa postmoderna. Si esto hubiera sucedido en la etapa de la guerra fría, un coro de voces angelicales nos anunciarían que son filtraciones del enemigo. Pero la guerra fría ha acabado, ahora hay otras cosas, por ejemplo, sigue la guerra contra el terrorismo.
La propia organización de Wikileks ha anunciado la próxima filtraciones hará referencia a un importante banco estadounidense. Debe haber histeria en los bancos ante la posibilidad de una filtración sobre un terreno donde el secretismo y la opacidad han sido una de las señas de identidad del sistema financiero global. No hay más que referirse a ese "ente" denominado "movimientos especulativos", donde no se permite visualizar quien hay detrás de esos movimientos. Los ataques a Grecia, Irlanda, Portugal y España tienen que ver con esos grupos.
En sociedades democráticas, nuestros gobiernos juegan juegos que no siempre son muy claros. El cuarto poder, la prensa, los medios de comunicación, tienen como función denunciar los abusos y tropelías de los gobiernos. Otra cosa es como se consiguen esos "informes". Hay leyes para depurar responsabilidades. Que El País publique esos informes es que tienen cierto grado de veracidad y ayudan a respaldar a Wikileaks. Si fuesen documentos sin interés ni versímiles no se publicarían. Si no existiese este tipo de organizaciones como Wikileaks debería inventarse.
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