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dilluns, 20 d’octubre del 2025
No Kings!
dimarts, 4 de juliol del 2023
Reseña: La tiranía del mérito (II)
Reseña*:
1
Ganadores y perdedores
"Corren tiempos peligrosos para la democracia. Puede apreciarse dicha amenaza en el crecimiento de la xenofobia y del apoyo popular a figuras autocráticas que ponen a prueba los límites de las normas democráticas" (pág.27) Así empieza dicho capítulo Sandel. Éste se pregunta por la falta de cintura de los partidos tradicionales que no son capaces de comprender lo que está sucediendo. Las clásicas respuestas a estos fenómenos sea política o económica, falta una dimensión que se ha perdido y es la falta de empatía de las clases desfavorecidas por la globalización, y que se expresa en una “sensación de desamparo” (pág.27).
La victoria electoral de Donald Trump cogió a buena parte de los analistas políticos con el pie cambiado. Se supieron ver ni leer lo que significa dicha victoria. Trump “supo explotar un abundante manantial de ansiedades, frustraciones y agravios legítimos a los que los partidos tradicionales no han sabido dar una respuesta convincente. Parecida dificultad afronta las democracias europeas.” (pág.28)
Diagnosis del descontento populista
Según el establishment el desasosiego de las clases populares, tiene dos ejes principales: El rechazo a la diversidad, sea racial, de género, se sustenta en la falsa idea que esas clases populares están perdiendo su posición en la escala social. Se sienten discriminados y apelan al nativismo, la misoginia y el racismo (pág.29).
El segundo eje, de desconcierto social se debe a la globalización y la tecnología (pág.29), que deja fuera de juego a una parte significativa de la sociedad. Los esquemas tradicionales se han vuelto obsoletos antes los cambios vertiginosos de los últimos treinta años.
Sandel afirma que “cada uno de estos diagnósticos contiene una parte de verdad, pero ninguno de ellos hace verdadera justicia al populismo” (pág.29). En el fondo, dice Sandel los reproches de las clases dirigentes a la población que sufre estos procesos no son más que una manera de externalizar su responsabilidad trasladándola a la sociedad. Dice Sendel: “No ve que las turbulencias que ahora estamos presenciando son una respuesta política a un fracaso igualmente político de proporciones históricas.” (pág.30)
Durante estas últimas décadas las clases dirigentes, ha enfatizado hasta la saciedad que el mercado era la respuesta para todos los retos, silenciando que esta afirmación no era más que una opción política. La crisis del 2007 demostró que los mercados no son capaces de auto regularse y fue el Estado –vía presupuestos- que tuvo que salvar a las entidades financieras que olvidaron la existencia de límites y que fue la propia sociedad que se hizo cargo de la deuda de esas entidades. Los beneficios siempre fueron a las elites, mientras que cuando todo se vino abajo, las pérdidas fueron a parar a la sociedad.
dissabte, 1 de juliol del 2023
Reseña: La tiranía del mérito (I)
Reseña:
Michael J.Sandel. La tiranía del mérito. ¿Qué ha sido del bien común? Trad. Albino Santos Mosquera. Ensayo Actualidad. Debolsillo. Barcelona, 2023.
Este libro intenta aportar claves para entender lo que sucede en el mundo de las fake news, donde triunfan los populismos, especialmente, los de derechas. Según nuestro autor, la meritocracia ha socavado a las democracias, al desentenderse de la suerte de los que han perdido con la globalización.
Durante la etapa de las sociedades sólidas, la meritocracia fue el ascensor social. La educación era el factor diferencial que permitía ascender en la escala social. Sin embargo, con el auge del neocapitalismo iniciado por Reagan y Thatcher, el aumento de las desigualdades sociales, ha sido constante en nuestras sociedades.
El libro se centra especialmente en EEUU. La meritocracia se veía como un regalo de Dios. Una providencia permitía ascender por derecho propio hasta la cima social. Los nuevos ricos eran bendecidos, mientras que los que se hundían eran vistos como culpables de su propio infortunio. El subtítulo del texto deja claro la consecuencia de este proceso. La desaparición de la “sociedad”, y el ascenso del individuo como “empresario de nuestra propia vida” (Byung-Chul Han) ha eclipsado la idea de bien común. Un neodarwinismo social se ha vuelto a instalar entre las élites que se consideran a sí mismas protagonistas y hacedores de su propio ascenso social.
El Estado tiene como misión, favorecer la igualdad de oportunidades. Y, dejar hacer al mercado el resto. La consecuencia ha sido que las elites han sido las grandes beneficiadas de la globalización. El lado oscuro como denomina Sandel a la meritocracia ha generado un resentimiento sordo contra esas elites. Los perdedores quieren una parte del pastel. Es en está situación donde los populismos de derechas, han sabido captar el descontento de las clases perdedoras. La retórica del trabajo duro y su recompensa ha dejado de funcionar. No hay ascenso social. Está falta de perspectiva de futuro es la que crea el caldo de cultivo ideal para que personaje del calibre de Donald Trump puedan ascender hasta la Casa Blanca.
dijous, 29 de juny del 2023
La veu de Jürgen Habermas
"El fenomen inquietant de la combinació del tradicional populisme de dretes -'Nosaltres som el poble'- amb l'egocentrisme llibertari de teòrics de la conspiració embogits que defensen les seves llibertats subjectives contra una opressió imaginària per part d'un estat de dret suposadament pseudodemocràtic és ja motiu suficient per girar full. En les creixents societats capitalistes de les nostres democràcies -no particularment estables-, sorgeix aquest sorprenent potencial de resistència que fa que el sistema polític s'esmicoli des de dins si la desintegració de l'esfera pública política -com a resultat de les creixents desigualtats socials-, està prou avançada*" (pàg.124)
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Aquestes paraules del pensador alemany Jürgen Habermas (93 anys), fa pensar que no anem bé. Què les nostres elits, s'hagin entregat al mercat, sense cap xarxa per pal·liar els perills que ja van veure amb la crisis del 2008, deixant a les democràcies en mans d'aquests populismes que criden contra aquestes elits, per generar por i inseguretat. Si la democracia vol ser alguna cosa més que la renovació cada quatre anys d'aquests elits, caldrà que la ciutadania sigui més bel·ligerant, més activa i participativa, però malauradament, els mitjans de comunicació, també s'han posat al costat d'aquests populismes que poden arrasar tota la feina feta durant quatre dècades- l'estat del benestar-. No tot és el PIB, també cal donar sortida a aquesta desigualtat que creix i mina les arrels de les nostres societats. El 23 de juliol tenim una bona prova de foc per saber per on volem anar.
dijous, 6 d’abril del 2023
Reseña: La sociedad del desconocimiento (II)
Daniel Innerarity, La sociedad del desconocimiento, Galaxia Gutenberg. 2ª ed. Barcelona, 2022.
6
Epistemocracia: arrogantes y crédulos
Si en el orden político la distinción derecha e izquierda se sigue utilizando, a pesar de la indistinción de las políticas económicas, en el orden del conocimiento Innerarity contrapone a “arrogantes contra crédulos, a quienes confían demasiado en el saber frente a quienes confían demasiado poco en él y se creen cualquier cosa” (pág.87). Toda una constelación de discursos “mágicos” –negacionismos, teorías conspiratorias, escepticismo- se enfrentan a un modelo de saber que está en crisis. Innerarity ve su origen en la “epistemologización de lo político” (pág.87).
La sociedad del conocimiento utiliza se basa en el saber, que aplica a la tecnología, al crecimiento económico, y ahora a la política (pág.87). Los gobiernos utilizan el prestigio de la ciencia para diseñar sus políticas, los cantos de sirena de los expertos, datos y certezas pretenden legitimar la acción de los gobiernos. ¿Quién puede oponerse a la avalancha de cifras y datos? En el horizonte se pretende difuminar el debate político, la deliberación o confrontación dialéctica, por el dictamen experto, inapelable por ser exacto y neutro. Sin embargo, es precisamente este enfoque el que nuestro autor pone en cuestión.
Según Innerarity, “la epistemocracia estaría guiada por la creencia de que muchos problemas sociales y políticos sólo se pueden resolver cuando se entienden como problemas de conocimiento” (pág.88).
La epistemocracia pretende disolver la política que en democracia, supone participación, diálogo, debate, mayorías y minorías, responsabilidad, valores. Como bien dice nuestro autor, “detrás de todo ello está la suposición de que hay un camino directo que va de la evidencia a la política correcta. Curiosamente, hay reminiscencias platónicas, cuando se apela al saber de los que saben, pues, sólo ellos, son capaces de saber lo que mejor nos conviene.
En el modelo epistemocrático, los ejes centrales no son la justicia o la igualdad, sino lo verdadero y lo falso. Se puede tener conocimientos, pero eso, no supone implementar buenas políticas. La existencia de los expertos, no ha resuelto, los problemas que suscitó la crisis del 2008 o las disputas entre experto a causa de la pandemia. Por momentos, en el caso de la pandemia, muchos expertos se arrogasen el papel de gobernantes ante la docilidad de nuestros gobernantes. Como afirma Innerarity, “la democracia no tiene por objetivo alcanzar la verdad (aunque muchos ciudadanos así lo piensen y muchos políticos así lo digan), sino decidir con la contribución de toda la ciudadanía sobre la base de que nadie –mayoría triunfante, élite privilegiada o pueblo incontaminado- tiene un acceso privilegiado a la objetividad que nos ahorre el largo camino de la discusión pública” (pág.90-1).
En democracia, el conocimiento experto, no determina de manera inequívoca el plan de acción a desarrollar. Si así fuera, ¿qué sentido tendría la política? La política no puede ignorar el conocimiento, pero debe conjugarse con una multiplicidad de intereses en juego, y la acción política debe llevarla a cabo teniendo en cuenta el interés de la sociedad.
El conocimiento científico, ha posibilitado la vacuna del Covid-19 en tiempo record. Pero, también ha generado controversias en la comunidad científica. Estas controversias, son producto, de lo que Innerarity denomina “sociedad del desconocimiento”. Cada avance implica abrir brechas de ignorancia, que hay que saber gestionar. Sabemos muchas cosas, pero, también somos más conscientes de la amplitud de nuestra ignorancia. Criticar a los expertos, no supone inmediatamente entrar en el terreno de lo irracional. Como dice el autor: “Tan absurdo sería no tomar en consideración el saber científico disponible como dejar de explorar las opciones que ese saber permite” (pág.93).
Las explicaciones alternativas, son producto de la desconfianza que produce la alianza entre el poder político y la ciencia, pues, “la política que se entiende sin alternativa provoca hechos alternativos” (pág.93). Innerarity sostiene que frente al negacionismo, sea del cambio climático, o lo sucedido en la pandemia, no es tanto, apelar a la verdad, sino en “repolitizar los conflictos y permitir una articulación entre los hechos y las decisiones que no sea vista como una imposición, sino como un ejercicio de libertad” (pág.93). La política no puede ser el brazo ejecutor de los designios de los científicos. Precisamente, porque la comunidad científica también está llena de controversias y opiniones dispares.
La solución a este negacionismo pasa por más conocimiento, debate social y político, supone la participación de la sociedad de los “tertulianos”, que no son expertos en determinadas cuestiones, pero que pueden opinar como ciudadanos. Nadie puede ser experto en todo, la división del conocimiento es de tal calibre que todos somos “crédulos” en el terreno del saber experto. Innerarity reivindica lo que las sociedades democráticas puede hacer en este debate, pues, “cuando está bien diseñada –las instituciones- y es viva su cultura política, puede permitirse el lujo del ensayo y el error, llegando incluso a sobrevivir a la incompetencia de los representantes y a la irracionalidad de la gente” (pág.95).
Sería deseable no poner a prueba esa combinación -incompetencia e irracionalidad-, entre otras cosas, porque las instituciones, también son afectadas por dicha combinación. Las derivadas del “autoritarismo posdemocrático” (Josep Ramoneda), podrían poner en tela de juicio a la misma idea de democracia.
dilluns, 20 de març del 2023
Ressenya: La sociedad del desconocimiento (I)
Estic llegint el llibre de Daniel Innerarity, La sociedad del desconocimiento, Galaxia Gutenberg. 2ª ed. Barcelona, 2022.
3
Falsas opiniones: la desinformación en la sociedad del desconocimiento
“Los procesos de desintermediación característicos del mundo en el que vivimos ha favorecido tanto la comunicación como la desinformación.”(pág.37) ¿Cómo hacer frente a la desinformación? Esta es la pregunta que permite a Innerarity intentar una respuesta a la cuestión planteada.
Como vivimos en una sociedad democrática, la libertad de expresión, puede convivir con la desinformación, con las new fakes?
Una de las derivadas de la era de las redes sociales, es que todos podemos comunicar nuestras ideas a todo el mundo. Los nuevos medios de comunicación, internet, redes sociales, habilitan para que cada uno de nosotros sea portavoz de sí mismo o de cualquier grupo. No hay intermediarios como lo son los medios de comunicación –periódicos, radios, tv-, no se requiere título, tampoco conocimientos, simplemente, lanzarse a escribir o decir lo primero que se le pase a uno por la mente. No hay necesidad de contrastar las opiniones, las fuentes, los testigos, todo esto es ahora superfluo, innecesario, lo que vale es la inmediatez de lo dicho.
El problema de esta nueva revolución es que se trata de “un fenómeno en el que se mezclan oportunidades de democratizar la información con gangas para el desinformador” (pág.38)
Innerarity utiliza un lenguaje preciso, analítico, se aleja de retóricas innecesarias, y así puede establecer los parámetros en los que estamos insertos en esta nueva “sociedad de la desinformación”. Conceptos como desjerarquización (pág. 37), suponen una alteración de las funciones que anteriormente se daban por supuestas: profesional-amateur, se ha borrado, al menos para el amateur. Internet volatiliza la anterior jerarquía de los medios como emisores. Ahora cualquiera puede emitir desde cualquier ordenador para una comunidad inimaginable hace pocas décadas.
El “espacio público se horizontaliza” (pág.38), eso significa, que la crítica se convierte en la nueva autoridad. No hay instancias para determinar lo verdadero, simplemente, la verdad se transforma en afirmaciones según las cuales, cualquiera está en posición de la verdad. Así, por ejemplo, la tierra es plana, o que las vacunas son instrumentos de dominación, etc. El nuevo espacio público se convierte en una especie de jungla donde la verdad se transforma. No hay silencio posible, hay espectáculo ventrílocuo, donde todas las voces pretenden tener la misma validez. Como dice Innerarity “la actual fascinación por las redes sociales, la participación o la proximidad ponen de manifiesto que la única utopía que sigue viva es la de la desintermediación (Innerarity/Colomina 2020)” (pág.39).
Innerarity sospecha que detrás de esta idea de la desintermediación –instancias intermedias entre la sociedad y el ciudadano-, “hay una lógica de fondo que conecta el desinterés hacia el periodismo, la preferencia por los mercados escasamente regulados –afirmación que podríamos poner en cuestión- y el desprecio hacia la política (…). Late la idea de que el mundo, es decir, la verdad, la justicia y la democracia, están inmediatamente a nuestro alcance y que los procedimientos e instituciones –instancias intermedias- pata la configuración de estos valores son los culpables de su desfiguración” (pág.39). Esta idea de la simplicidad está en el fondo asociado a nuestra profunda ignorancia de los mecanismos en la que nos movemos. En sintética expresión de Lash (2002) la “desinformada sociedad de la información” (pág.40).
Una de las cuestiones que plantea es que la mentira siempre ha existido. ¿Por qué las fake news deberían preocuparnos? Innerarity apunta dos factores contradictorios “que explican que nuestra época se haya vuelto tan locamente mentirosa y crédula” (pág.41). La avalancha de información, la falta de criterio, han generado un “cortocircuito que internet ha producido en las instituciones del saber” (pág.41)
Si la sociedad sólida – desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta el derrumbe del muro de Berlín- suponía que había una jerarquización y un saber que permitía ver el futuro con optimismo, hoy “no vivimos en un mundo de evidencias, sino en medio del desconocimiento, el sabe provisional, las decisiones arriesgadas y las apuestas. La verdad no es lo mismo que la objetividad y la exactitud” (pág.41/2)
La verdad es siempre la excepción, porque vivimos en un mundo de complejidad creciente, donde esa complejidad implica límites a nuestros propios conocimientos. No deberíamos obsesionarnos con la verdad (en mayúsculas), debemos enfrentarnos a lo que no sabemos. La fake news es un subproducto de este mundo acelerado. En sociedades democráticas ¿cuánta mentira puede soportar? ¿qué límites debe imponer? Dice bien innerarity cuando afirma que “la democracia es un conflicto de interpretaciones y no una lucha para que se imponga una “descripción correcta” de la realidad” (pág.43). Richard Rorty dejó escrito que “el valor de la democracia era superior al de la verdad” (pág.44).
Las fakes news plantean dos cuestiones de ordenes diferentes: por un lado, el problema epistemológico, es decir, ¿cómo establecer qué es una mentira? y por otro lado, el problema de la legitimidad, es decir, cuando intervenir para evitar daños a la sociedad.
La tesis de Innerarity es que una sociedad democrática, debe ser capaz de aceptar las fakes news, pues, la propia realidad puede desmentir las noticias falsas. Para nuestro autor “lo que caracteriza en sentido propio a las fake news es que quien las propaga es consciente de su falsedad o, dicha de otra manera, las comunica desde una indiferencia hacia la verdad (Mukerji 2018)” (pág.45-6)
Un régimen que determine que es la verdad, entraría en la senda del totalitarismo, por eso la democracia puede soportar sin mucho desgaste esas noticias que aparecen en medios serios como amateurs. Ahora que se cumplen veinte años de la invasión de Irak, y las famosas “armas de destrucción masivas”, fueron sin duda las primeras fake news. El problema era que el propio Estado fue quien llevo a terminó las mentiras para sus propios objetivos. Como dice Innerarity “una democracia soporta bastante bien las noticias falsas pero no tanto las falsas noticias” (pág.47). Son las “falsas noticias” las que deben ser objeto de deslegitimación y censura pública.
divendres, 27 de gener del 2023
Reseña: El naufragio de las civilizaciones (X)
2
Un poeta de Denia escribía:
“Si es mi origen el polvo, cada país
Es el mío, y los mundos, mis parientes” (pág.91)
El poeta lo escribió en el siglo XI, se llamaba Abu l-Salt ibn Umayya. Resulta sospechosa la falta de memoria de nuestro pasado musulmán, si durante ochocientos años vivieron en la península ibérica, nuestras señas de identidad deben estar asociadas a esa civilización que prospero para convertirse en una de las civilizaciones más refinadas del mundo Occidental. Sería un buen momento para bucear en lo que escribió Juan Vernet en su libro “Lo que Europa debe al Islam de España*”. Sin embargo, España ha dado la espalda a esa herencia que trajo luz a la neblina de la Edad Media en Europa. El ascenso y declive del mundo musulmán supone que la historia no lleva en sí, su propia providencia. No hay teleología escrita en los cielos. Lo que sucede en la actualidad no es una herencia inexorable del pasado. Al contrario.
“La abominación que prolifera ahora ante nosotros es más reciente de lo que parece. Yo mismo he conocido una realidad muy diferente. Pero cuando se me ocurre mencionarlo en la actualidad, noto que a mi alrededor surgen la irritación, la impaciencia y la incredulidad” (pág.91).
“(…). El discutible beneficio de mi generación es precisamente que hemos sido testigos de la lenta metamorfosis del doctor Jekyll en Mr.Hyde; me refiero a la transformación de un amplio conjunto de pueblos, que no se apartaban mucho de las normas de su época y compartían todos los sueños, todas las ambiciones y todas las ilusiones de sus contemporáneos, en muchedumbres ariscas, rabiosas, amenazadoras, desesperadas.” (pág.92)
“(…). No está de más por lo tanto recordarles, por ejemplo, que la línea de fractura ideológica que existió en la humanidad en el siglo XX entre el marxismo y sus adversarios cruzaba también por el mundo musulmán igual que por el resto del planeta.”
“”Países como Sudán, Yemen, Irak o Siria albergaban importantes formaciones políticas de obediencia comunista. Y la franja de Gaza, antes de convertirse en bastión de Hamás, emanación palestina de los Hermanos Musulmanes, fue hasta la década de 1980 el feudo de una organización que reivindicaban para sí el marxismo-leninismo.”. (pág.92)
“Más elocuente aún es el ejemplo de Indonesia. (…) En mi adolescencia, se la conocía también por otra peculiaridad: la de albergar el partido comunista más nutrido del planeta tras los de China y la Unión Soviética, (…).” (pág.92/3)
“No pretendo entonar aquí las alabanzas del movimiento comunista. Trajo consigo inmensas esperanzas para toda la humanidad y luego las traicionó. Movilizó a personas valiosas, a portadores de los ideales más generosos, y luego los condujo a un callejón sin salida. Su quiebra fue un cataclismo, de no menor entidad que sus extravíos, y facilitó que el mundo cayera en el deterioro global al que estamos asistiendo hoy.” (pág.93)
Amin quiere poner énfasis que en las sociedades árabes desde 1920 hasta 1980 no eran tan diferentes a las sociedades occidentales, pues, la ideología dominante era una “ideología resueltamente laica, como el marxismo” (pág.93), hecho que el autor resalta y también deplora, no por la propia ideología, sino que su derrumbe fue sustituido por una mezcla de teocracias y dictaduras.
Amin se pregunta: “Habría evolucionado mejor los países árabes o musulmanes si los partidos comunistas hubiesen desempeñado un papel mayor? No lo creo y estoy incluso convencido de lo contrario. (…9, e sensato suponer que habríamos asistido a revidas monstruosas –purgas, matanzas y la aparición de un sinfín de Stalins en miniatura-más que a milagros. (pág.99)
“Lo que sí estamos en cambio autorizados a lamentar es la desaparición del único espacio políticos que permitía a todos y cada uno de los ciudadanos, fueren cuales fueren sus pertenencias étnicas, religiosas u otras, desempeñar un papel de primera fila en el seno de su nación” (pág.99).
“(…). A lo largo de toda la historia humana, la suerte de los minoritarios fue un indicio revelador de un problema más extenso que afecta a todos los ciudadanos de un país y a todos los aspectos de su vida social y política. (…) En una sociedad en que los minoritarios padecen discriminación y persecución todo se corrompe y se pervierte. Los conceptos pierden su sentido. Seguir hablando de elecciones, de debates, de libertades académicas o de Estado de derecho se convierte en algo abusivo y engañoso”. (pág.100)
“Cuando deja de ser posible ejercer las propias prerrogativas de ciudadano sin remitirse a la pertenencia étnica o religiosa, es que la nación entera se ha internado por la vía de la barbarie. (…) Esto es cierto en la actualidad entodas las comarcas de Levante sin excepción alguna. Y es cada vez más cierto, en diversos grados, en otras partes del mundo” (pág.100)
Amin Maalouf hace referencia a William James, cuando hablaba de la necesidad de “una buena guerra” (pág.101). “La respuesta fue que había que inventar, en el seno de nuestras sociedades, “un equivalente ético de la guerra”, es decir, combates pacíficos que echasen mano de las mismas virtudes, que movilizasen las mismas energías –camaradería, ayuda mutua, fervor, entrega a uno mismo-, pero sin tener que pasar por las atrocidades que traen consigo las guerras. (…) ¿No sería deseable, efectivamente, ver aflorar, frente a todas las atrocidades identitarias, un anchuroso movimiento capaz de llevar a cabo una movilización masiva de nuestros contemporáneos en torno a valores universales y más allá de todas las fronteras políticas, religiosas, étnicas o culturales? “(pág.101)
Habría que decir que esas “buenas guerras” ya se libran –derechos humanos, los asociados a los –ismos, sea ecología o feminismo, cambio climático-, pero esta lucha es muy desigual, pues, en la actualidad, quienes tiene el poder político son los Estados, y desde Maquiavelo, sabemos que los Estados tienen su propia lógica que no va sincronizada con los intereses de sus ciudadanos. Existe una mayor concienciación a escala global sobre estos problemas que acucian a la humanidad, pero falta como dice Esquirol, estamos a “medio paso**” de acceder a esa nueva realidad donde el ser humano sea por fin un fin en sí mismo y no un medio (I.Kant) para fines inhumanos.
dijous, 12 de gener del 2023
Reseña: El naufragio de las civilizaciones (VI)
“Cuando, en la década de 1960, abrí los ojos para mirar el mundo que me rodeaba, Beirut había empezado a suplantar a El Cairo como capital intelectual del Oriente árabe. (…) Por ello, -el poder absoluto de Nasser había silenciado las voces disidentes en Egipto-, el “ágora” de los debates árabes se había desplazado a un terreno neutral donde no causaba estragos ninguna autoridad represora”. (pág.57)
“Pocos recuerdan la época en que ese país –Siria- contaba aún con prensa independiente, elecciones libres y un amplio abanico de partidos políticos”. Pero, en 1949, “tuvo lugar en Damasco el primer golpe de Estado”. (…) Pero en agosto lo derrocó otro golpe de Estado y lo ejecutaron sumarísimamente. Luego, en diciembre, derrocaron también a su derrocador y murió asesinado a continuación, pocos meses después…” (pág.58)
“Tras 1949, el año de los tres golpes de Estado, la democracia no volvió nunca a imponerse en Siria. El país no ha tenido ya más que una triste y frustrante alternancia de períodos de inestabilidad y períodos de dictadura. Y, con cada convulsión, los perdedores iban a desterrarse al Líbano (…).” (pág.58)
“Hubo durante décadas entre Damasco y Beirut un flujo continuo de refugiados, algunos de los cuales, que pertenecían de entrada a la elite siria, pudieron integrarse sin dificultad en la elite del país de acogida. A nadie escandalizaba enterarse de que tal poeta, tal actriz, tal compositor, tal ministro o tal presidente libanés había nacido en Damasco, en Alepo o en Latakia y no en Beirut o en Tiro”. (pág.59)
“(…) El Líbano desempeñó durante mucho tiempo el papel de tierra de asilo para los “malqueridos” de oriente Próximo. De forma parecida, hasta cierto punto, a lo que hizo Egipto hasta la década de 1940.” (pág.59)
“El cosmopolitismo a lo egipcio tenía que ver con la larga tradición de las “escalas”, esos emporios donde los súbditos europeos gozaban de la protección de los cónsules de las potencias en virtud de tratados desiguales que se le habían impuesto antaño al “hombre enfermo” otomano”. Explica el caso del asesinato de Salomon Cicurel en 1927.
“El caso tuvo gran repercusión. Algunos intelectuales egipcios conocidos tomaron la pluma para denunciar una situación aberrante que situaba a los súbditos extranjeros por encima de las leyes y les daba a todos y cada uno algo así como una inmunidad diplomática, por no decir una garantía de impunidad.” (pág.60) En el caso comentado, de los cuatro acusados, dos eran italiano y otro griego, fueron entregados a las autoridades italianas y griegas, el cuarto, un “tal Dario Jacoel a quien los documentos de la época señalan como “judío apátrida”, lo juzgaron y lo condenaron -a la horca-“ (pág.60).
De esta práctica “colonialista”, tuvo efectos en Irán. “La ruptura entre el ayatolá Jomeini y el régimen del shah se consumó el día en que el monarca aceptó, en 1964, a petición de Washington, que a los militares estadounidenses que estaban en Irán no pudiesen juzgarlos nunca los tribunales locales. (…) pero la rabia por la extraterritorialidad de que gozaban los occidentales fue, indudablemente, un factor determinante. No fue, por lo demás, una casualidad que una de las primeras cosas que hicieron los militantes revolucionarios iraníes fuera hacer caso omiso de la inmunidad de la embajada estadounidense y convertir a los diplomáticos en rehenes” (pág.61).
Dice Maalouf, “se trataba ante todo de un acto de rebeldía con un ‘orden mundial’ que llevaba siglos imponiéndose y que instauraba de forma a veces explícita y a veces implícita una jerarquía entre los pueblos y entre las culturas, con los occidentales entronizados en el peldaño más alto” (pág.61).
“El destino del Egipto de mi familia materna era venirse abajo. No era ya sino una supervivencia, el testigo agonizante de una época ya concluida. Nasser le disparó el tiro de gracia y no volvió a levantarse.” (pág.62).
Maalouf, explica el caso del Líbano. Dice: “El objetivo de los fundadores del país fue organizar la convivencia y mantener el equilibrio entre las comunidades religiosas locales: maronitas, drusos, sunitas, chiitas, griegos ortodoxos o griegos católicos; y también armenios, sirios, judíos, alauitas o ismailíes” (pág.63).
Uno de los males del Líbano y que acabaría costándole caro fue la costumbre de “buscarse protectores fuera del país para reforzar su posición interior” (pág.63). Así, “los maronitas se vincularon a Francia, y sus rivales, los drusos, entraron en contacto con Inglaterra. Los sunitas contaban con los turcos; los ortodoxos con los rusos; y así sucesivamente” (pág.64).
“Cuando, recién terminada la Primera Guerra Mundial empezó a desintegrarse el impero de los sultanes, los dirigentes de la Iglesia maronita hicieron cuanto pudieron para que la potencia mandataria en su territorio fuera Francia y para que trazase las fronteras de un nuevo Estado donde pudieran sentirse en casa. Así nació el Líbano con sus actuales límites” (pág.64).
dimarts, 24 d’abril del 2018
Fragmentos inteligentes
dijous, 8 de març del 2018
Frase del día
dissabte, 30 de setembre del 2017
dimecres, 28 de juny del 2017
diumenge, 4 de juny del 2017
diumenge, 19 de març del 2017
Platón (y II)
dissabte, 21 de gener del 2017
dimarts, 22 de novembre del 2016
Profecías autocumplidas (I)
dilluns, 16 de maig del 2016
diumenge, 8 de juny del 2014
dissabte, 16 de juny del 2012
¡ A por ellos !
"El FMI pide a España que suba ya el IVA y baje sueldos a los funcionarios" (El País, 15-6-2012). ¿Por qué debe bajarse el sueldo de los funcionarios? Si este colectivo ha ido perdiendo poder adquisitivo desde el inicio de la crisis, un 27% de bajada, ¿qué quieren? Desde el inicio de la crisis que fue financiera, debido a la codicia de los gestores de estas entidades -Lehman Brothers y cía.- se pide ahora, el sacrificio de la población, y nada mejor que empezar por los funcionarios, ese grupo de superprivilegiados. Una de las cosas que se ha aprendido de la crisis, es que siempre se puede bajar los salarios a los funcionarios, ya seas doctor por Harvard o ESADE o cualquier político, todos, tienen como receta mágica el recorte salarial para los funcionarios.
Si los funcionarios -hay funcionarios y funcionarios, desde la escala A hasta la antigua escala D. Los salarios varían en función de estas escalas:
Lo que parece que más peso tiene en esta crisis, no es el sector real –producción, transformación, distribución, servicios-, no, lo único que cuenta es el sector especulativo. Se habla de mercados como si fuese una entidad con nombres y apellidos. Pero lo cierto, es que si tienen nombres y apellidos. Se sacrifica a los ciudadanos en aras de los mercados.
El próximo domingo Grecia se enfrenta a los mercados. Éstos y sus gestores políticos amenazan su democracia. Si yo fuese griego, ¿a quién votaría, a los mercados o al futuro de mi democracia? La respuesta parece clara, pero habrá que esperar hasta el domingo para resolver la incógnita.


















