Viatges, Llibres, Reflexions, Imatges, Musica, Filosofia, Literatura, Política, Miscel·lània, Blog de Viatges
diumenge, 30 de novembre del 2014
dissabte, 29 de novembre del 2014
dissabte, 22 de novembre del 2014
divendres, 21 de novembre del 2014
dimecres, 19 de novembre del 2014
dimarts, 18 de novembre del 2014
diumenge, 16 de novembre del 2014
dissabte, 15 de novembre del 2014
dimecres, 12 de novembre del 2014
dimarts, 11 de novembre del 2014
diumenge, 9 de novembre del 2014
9-N
La convocatoria del 9-N me ha servido para salir de casa e ir a participar en la fiesta ciudadana del 9-N. El centro donde he ido estaba lleno de gente. Todo bien organizado. Caras risueñas y muchas ganas de participar en un acto eminentemente político. Nadie confunde esta fiesta participativa con elecciones. Después del Estatut de Catalunya, con un referéndum de ratificación por parte de la ciudadanía catalana y su posterior "repaso" del TC por encima de los millones de personas que participaron, ahora los que promovieron su inconstitucionalidad, también advierten que esta participación es una farsa. La fiscalía busca culpables. Mañana cada cual leerá la participación como le convenga.
Si la participación es baja, teniendo en cuenta que no hay censo electoral, el baile de cifras será aterrador. Sin embargo, si la participación es baja los agoreros que veían el 9-N como el fin de los tiempos, podrán aullar de satisfacción. Si la participación es alta -cifras parecidas a la convocatoria del 11-S-, los partidos proconsulta se sentirán respaldados. Mientras los partidos que no han querido que la ciudadanía se exprese, seguirán proclamando la ilegalidad de todo y de todos.
¿Qué hará Mas? Es una incógnita que debería empezar a despegarse cuanto antes mejor. Si la cifras de participación son altas, debería convocar elecciones anticipadas. Desde la lógica política este adelanto será contraproducente desde la perspectiva partidista, los sondeos electorales vaticinan que CiU perdería las elecciones. Sin embargo, la convocatoria permitiría seguir el proceso iniciado con el anuncio del 9-N. El gobierno central está encerrado en su propio mundo lleno de corrupción y fantasías de mejora que solo los empresarios aplauden.
Si Mas deja pasar el tiempo, es decir, esperar a noviembre del próximo año para las elecciones generales, puede que el empuje actual de la ciudadanía se enfrié y que la deriva independentista se corte. Eso podría permitirle entablar conversaciones con el PSOE y Podemos para un nuevo pacto. Sin embargo, todo es demasiado vago e impreciso. La ciudadanía tiene paciencia, mucha más que sus políticos. Así que habrá que ir viendo como se suceden los próximos acontecimientos.
dissabte, 8 de novembre del 2014
dimarts, 4 de novembre del 2014
El futuro de las sociedades democráticas (5.3)
La responsabilidad del porvenir
Innerarity cita a Birnbacher
para esbozar ese nuevo concepto de responsabilidad que “apunte a promover
una situación mejor –disposición positiva- y, anticipe las consecuencias de las
acciones”. Como se puede leer la concreción de las propuestas son vaporosas
en el mejor de los casos, porque al decir de Innerarity “el dilema de la
política consiste en cómo gobernar procesos que no son directamente gobernables”.
Se trata de reducir riesgos incontrolables que la dinámicas sociales llevan a
cabo debido a la lógica de la complejidad.
Procesos que deberían canalizarse a través de “la producción de
capital social, bajo la forma de saber compartido, estructuras de cooperación,
mediación e informalidad (...)”.
La realidad está lejos de estos
intentos de llevar a cabo una nueva responsabilidad en el marco de la
globalización. Hemos de pasar de una responsabilidad “ejecutiva” –etapa
sólida- a una “garantizadora o infraestructural”.
Innerarity parece empeñado en
hablar de la política pero no del Estado, pues, para él, “la retirada del
Estado de determinados ámbitos únicamente se justifica en orden al mejor
cumplimiento de sus responsabilidades de configuración”. No se trata de
evadir responsabilidades, que es lo que parece cuando el Estado se hace mínimo.
Llama la atención el liberalismo de Innerarity contraponiéndolo a Toni Judt en
su última obra “El món no se’n surt” (Algo va mal), donde plantea la
reivindicación de la socialdemocracia y su papel en el estado actual de puesta
en cuestión de sus logros.
dilluns, 3 de novembre del 2014
El futuro de las sociedades democráticas (5.2)
Responsabilidad y complejidad
En nuestro modelo de
responsabilidad de etapa sólida la responsabilidad se atiene a una dimensión
jurídica –penal, civil- y una dimensión moral que no pasa de ser un brindis al
sol. Si estos es así, Innerarity recomienda evitar “el reduccionismo causal
de la responsabilidad que se agota en la regulación de los daños directos como
la expansión ilimitada del principio de responsabilidad (...)”. ¿Cómo
crear, pues, este nuevo concepto de responsabilidad?
Innerarity de vale de N.Luhmann
– éste es otro de los referentes de Innerarity- y su concepto de “lógica de
la complejidad”. Una sociedad compleja supone “una realidad llena de
constricciones e interdependencias producidas por la diferenciación y el
encadenamiento de efectos sinergéticos”. Para que se entienda, si
contemplamos un estanque de agua y lanzamos una piedra, el resultado ya no
depende de nosotros, pues, se movilizan fuerzas que escapan a nuestro control,
sin embargo, somos responsables de nuestra acción y de los posibles resultados
no queridos por nosotros.
Para Innerarity no hay acciones
sino procesos sociales que escapan a nuestra voluntad e intención, pero que por
esa lógica de la complejidad, adquieren autonomía propia. Característica de
estos sistemas es “la incertidumbre cognitiva y la inseguridad normativa se
han convertidos por ello en propiedades de las sociedades contemporáneas”.
Esta incertidumbre cognitiva explica la necesidad de construir conceptos que
permitan entender dichos procesos para poder incidir en ellos. La inseguridad
normativa expresa la deficiente construcción de nuestros conceptos actuales
para hacer frente a esta “lógica de la complejidad”.
Innerarity utiliza un concepto
de rabiosa actualidad, imputación que se conecta a la idea de causalidad, para
indicarle una nueva dimensión que “no parta de las intenciones de los
autores sino de las consecuencias condicionadas por sus acciones”. Innerarity trata de conjugar liberalismo con
responsabilidad por eso puede afirmar que la “obligación de rendir cuentas
no se refiera únicamente a las consecuencias intencionales, previsibles y
cognoscibles sino también a los efectos no pretendidos, imprevisibles y
desconocidos (...), pero de los que cabe esperar asuman la responsabilidad de esas
consecuencias si median buenas razones”.
Así, pues, la responsabilidad
no puede quedarse en el ámbito individual, se requiere que incluya la dimensión
colectiva. ¿Cómo trasladar esa responsabilidad de lo individual a lo público?
Innerarity no se olvida, como hacen los neoliberales del papel del Estado. Éste
tiene que asumir un papel activo en la “puesta a disposición de
infraestructuras, en la gestión de riesgos colectivos, la disminución de la
incertidumbre y la generación de confianza colectiva mediante procedimientos de
supervisión y en posibilitar la construcción cooperativa del bien común.
¿Cómo se puede llevar a cabo semejante obra? Llevando a cabo “regulaciones,
acuerdos e intercambio de saberes”. En resumidas cuentas, la cuestión que
se plantea es ¿cómo construir desde la política una nueva responsabilidad
adecuada a los nuevos tiempos?
diumenge, 2 de novembre del 2014
El futuro de las sociedades democráticas (5.1)
¿Quién se hace cargo del
futuro? Una teoría de la responsabilidad
Si la realidad es proteica y no
se deja gobernar como en la etapa sólida (Z.Bauman), es necesario “un
nuevo concepto de responsabilidad”.
¿Un mundo fuera de control?
Seguimos anclados en la etapa
sólida, y por ello, exigimos responsables de todo cuanto acontece en nuestra
sociedad. Pero nuestros responsables, no parecen capaces de hacer frente a los
nuevos tiempos. Por eso, su incapacidad nos resulta tan irritante. Hay una
desincronización entre los nuevos tiempos líquidos (Z.Bauman) y las viejas
rutinas de la etapa sólida que la identificamos con el estado de bienestar.
Dice Innerarity que “la interconexión significa, por una parte, equilibrio y contención mutua, pero también alude al contagio, los efectos de cascada y la amplificación de los desastres” –por ejemplo, la crisis financiera-. A.Giddens –citado por Innerarity- utiliza la metáfora de un “mundo desbocado” para referirse a la globalización.
¿Por qué reaccionamos tarde a
las catástrofes? La respuesta que ofrece Innerarity es múltiple: antropológica,
nadie quiere jeremías que vaticinan el fin de los buenos tiempos; ideológica,
que en el plano del neoliberalismo afirma el dogma que los mercados no se equivocan
nunca. El resultado de esta mala combinación es la reluctancia de los gobiernos
a regular los mercados.
Si en el ámbito financiero, existe un aparato matemático para calcular lo incalculable –mercados de futuros, por ejemplo-, en cambio “no sabemos todavía detectar, gestionar y comunicar los riesgos globales” al decir de Innerarity.
La crisis financiera demuestra que la ingeniería financiera al servicio de la especulación es “más frágil que la globalización comercial” y pone de manifestó a su vez, la “dejación de responsabilidad por parte de los Estados, de los bancos centrales y las instituciones financieras mundiales”. La crisis exige algo más que buenos propósitos de aquellos que deberían haber velado por control de esos mercados. ¿Cómo exigir responsabilidades a los responsables? Innerarity apunta a dificultades de carácter sistémico para la responsabilidad, pues, existe una “mezcla de debilidad institucional y fatalismo que caracteriza a nuestros compromisos democráticos”.
dissabte, 1 de novembre del 2014
Semana corrupta
La realidad cotidiana se despliega sin conexión aparente con la realidad política. El PP sigue encharcado en casos de corrupción. Antiguos dioses del PP de Madrid están imputados y encarcelados provisionalmente por presuntos delitos de índole mercantil. Ética y política se han desconectado en la vida de cientos de cargos públicos.
En Cataluña, se sigue apostando por el 9N. Ahora el
gobierno central, después de hacer broma, se lo toma en serio y llama al Consejo de
Estado para derivarlo al TC. O el gobierno no acaba de ver claro lo que sucede
en Cataluña, o bien asistimos a un ejercicio de despropósitos descomunal.
Mientras las encuestas vaticinan –últimamente no
acaban de acertar- descalabros para los partidos mayoritarios en beneficios de
nuevos opciones como Podemos. Los expertos nos avisan que los ciudadanos
cabreados, sean del PP y del PSOE acabarán votando a estas nuevas opciones. La
verdad me sorprende esa facilidad de trasvase de voto. No me creo que un 30% de
votantes que eligió al PP en las últimas elecciones, se vaya ahora a Podemos.
La fidelidad de los votantes del PP es casi religiosa, y en el PP lo saben. En
cambio, el PSOE si tiene motivos para estar preocupados. Después de los aparentes
cambios cosméticos, una nueva cara, el mensaje que ofrece el PSOE es
irrelevante. Les falta credibilidad.
La realidad cotidiana nos dice que las familias
españolas se empobrecen, que la diferencia entre ricos y pobres se agudiza, y
que el panorama, lejos de mejorar parece ir a más, a pesar de los mensajes
triunfalistas del gobierno. El gobierno confunde interesadamente los datos
macroeconómicos, que sólo benefician a los grandes, y los datos microeconómicos,
que dejan a la intemperie a una buena parte de la sociedad. Es esta parte de la
población que irá a buscar opciones que le digan lo que quiere oír. Las
opciones demagógicas tienen un terreno fértil y abonado, gracias a la
corrupción y a una clase política que se autoperpetúa en nombre del bien común.
Subscriure's a:
Missatges (Atom)