diumenge, 6 de desembre del 2015

Kundera y la insignificancia



Reseña: Milan Kundera. “La festa de la insignificança”, ed. Labutxaca, 2015.

El texto, tiene un aire, a lo Mendoza, es decir, liviano, sin trascentalismos, con toques astracanados, a ratos, grotesco, divertidos, tiernos, dolorosos, profundos. Es decir, como la vida misma.

Amigos, que se soportan, y se cuentan cuentos para entretenerse, historias repetidas que aburren, actos cotidianos que guardan rencores y esperanzas truncadas. Alain, Ramón, D’Ardelo,Charles, Quaquelique y Calibán,  son los personajes de estas historias que Kundera explica como si lo que explicará a nuestra vecina, mientras subes en el ascensor.

¿Qué historias cuentan? En estas historias no hay épica, ni ética, ni estética. Hay un hilo histórico, que Charles, cuenta, de la época estalinista, una historia  que lleva el título de “Les vint-i-quatre perdius” (pág.29) (las veinticuatro perdices). La historia expresa la lógica del régimen estalinista que fascino a nuestros intelectuales de postguerra. Esa lógica dice que si el líder afirma cualquier cosa, por extravagante que sea, siempre será verdadera.



En ese hilo histórico, verdadero acierto de la obra, aparece otra historia que tiene que ver que la substitución del nombre de una ciudad, en la que nació uno de los filósofos más influyentes de la historia de la filosofía, Königsberg, por Kaliningrado. Kant (1724-1804) nació en esa ciudad prusiana , y los avatares históricos, acabó en manos rusas, por obra y gracia de la Segunda Guerra Mundial. ¿Quién era ese Kalinin? ¿Qué figura egregia de la época estalinista fue? La historia nos la cuenta en la página 36 y siguientes.

Sin ningún género de duda, el apartado más estremecedor es el que lleva por título “Ella mata” (pág.51). Este apartado justifica la novela. Del intento de suicidio al asesinato, es la tenue línea que separa nuestros actos

La última parte, de la obra, surgen cuestiones existenciales. Así, por ejemplo: -“Tothom xerroteja sobre els drets de l’home. ¡Quina broma! La teva existencia no està fundada en cap dret. No tan sols no et permeten de posar fi a la teva vida per la teva propia voluntad, aquests cavallers dels drets de l’home”(pàg.122) [- Todos charlotean sobre los derechos del hombre. ¿Vaya broma! Tu existencia no está fundada en ningún derecho. Ni tan siquiera te permiten poner fin a tu vida por tu propia voluntad, estos caballeros de los derechos del hombre. ]

En las últimas páginas de la obra aparece la vena filosófica de Kundera: “ La insignificança, amic meu, és l’essència de la l’existència” (pàg.135)[ Lo insigni-ficante (mediocre), amigo mío, es la esencia de la existencia”]. Kundera está en una época postheroica, que nada tiene que ver con la frase que parafrasea de J.P. Sartre.


divendres, 27 de novembre del 2015

Psicopolítica (VII)


7.- Shock

Byung-Chul Han, dialoga con el texto de Naomi Klein, “La estrategia del shock”. Afirma que estamos ante un texto en el que desarrolla una “teoría conspirativa”. En ella, aparecen dos protagonistas: El psiquiatra Ewen Cameron, alias “doctor Shock”, por su terapia, en la que se utilizaba de manera masiva e indiscriminada “fuertes electrochoques eléctricos”. La idea era, literalmente, borrar los malos pensamientos y “reescribirlos”. El contexto donde se desarrollo dicha terapia estaba inscrito en el contexto de la guerra fría. La idea que parece apuntar Klein, sería, que dicho tratamiento, podía extenderse a todos aquellos que no comulgarán con las ruedas de molino del poder establecido. 



El segundo protagonista, del libro del Klein, es Milton Friedman, el “teólogo del mercado liberal”. Klein desarrolla un paralelismo entre ambos personajes. La tesis de Klein, sería que el régimen liberal somete a la sociedad a una terapia de aceptación pasiva del modelo capitalista.

Según Han, Klein no vislumbra la nueva etapa en la que estamos instalados, la psicopolítica”. Para Han, la terapia de shock, no es propia de la psicopolítica, sino de un régimen disciplinario, propio de la etapa sólida (Z.Bauman). Lo propio del régimen disciplinario es la negatividad, mientras que la actual era, “domina la positividad”. La nota esencial del régimen actual no es dominar, sino agradar, seducir. Adiós al palo y bienvenidos a la zanahoria del “me gusta”.