La resaca postelectoral sigue su curso. Hay cosas que quedan claras: debacle del PSOE y ascenso irresistible del PP. Y en el plano catalán CiU acapara triunfos y poder. Incluso se permiten afirmar que su victoria avala los recortes sociales que ha puesto en marcha el gobierno de Mas.
El PSOE debe hacer urgentemente examen de conciencia. La crisis económica es profunda pero no explica este desplome electoral. No todos han ido al PP. Algunos habrán ido a IU, pero tampoco es suficiente. Hay una parte importante que se ha limitado a quedarse en casa. Las manifestaciones que desde el 15 de mayo habían acaparado titulares sobre los desencantos de la democracia no han trasladado el voto a los partidos y si a la abstención. Y en este terreno la derecha del PP es imbatible. Su fidelidad es realmente digna de mención. No importa los casos de corrupción. Con un discurso voluntarista echando las culpas al gobierno de Zapatero han logrado la victoria en casi todas las comunidades que hay elecciones. La sociedad quiere cambio.
El gobierno tiene ahora la posibilidad de ganar tiempo y reducir la catastrófica perspectiva que le auguran las encuestas. Deben pensar en el PSOE que el tiempo puede curar esa sangría. Además, las comunidades autónomas gobernadas por el PP se van haber en vuelto en recortes de todo tipo, y teniendo en cuenta a quien quiere gustar serán las clases más desfavorecidas quienes paguen las consecuencias.
Mientras el PSOE busca un líder, la derecha busca la Moncloa. Pensar que Rajoy nos dejo dicho que tenía dificultades en llegar a final de mes, no sé que habrá que pensar sobre las medidas que tomaran si llegan al poder en las elecciones generales del próximo año. Esa baza –la del miedo- puede ser un triste consuelo para unos gobernantes que no han sabido estar a la altura de las circunstancias. Desgraciadamente, si la lucha por el pedestal está entre Rubalcaba y Chacón, apaga y vamos.
En el plano catalán la desvergüenza del gobierno Mas se hace patente en los recortes a la educación. Una de las sugerencias que se hacen desde el Departament de Ensenyament -a los directores de institutos- es literalmente cobrar a los usurarios de la enseñanza pública. Te dicen cínicamente que si no tienes dinero -previamente te han reducido el presupuesto en un 30%- te los buscas. Que es un problema en recorte presupuestario. ¡Las concertadas deben estar en el paraíso con unos gestores que priorizan lo privado en detrimento de lo público! ¡Qué no cuenten conmigo!