El conflicto pierde fuelle, pues, ¿qué les queda a los israelíes por destruir? Se habla de conflicto militar, pero lo cierto es que no mueren soldados,sino la población civil palestina. También mueren inocentes israelíes,cuatro. Mientras que las víctimas palestinas llegan a 380 y 1700 heridos. No se trata solamente de una cuestión estadística, pero los hechos son los que son. Los datos que llegan desde la Franja de Gaza son demoledores. Muerte, destrucción, humillación. He ahí la triada que deja el gobierno israelí a la población de Gaza por haber escogido a HAMÁS en las últimas elecciones.
Hamá dispone de cohetes capaces de llegar a sólo 20 kilometros de Tel Aviv. (El País, edición digital del 31-12-08). He ahí un titular.¿Quién ha filtrado esa noticia de carácter militar? ¿Los de HAMAS, el ejército israelí?. Después de décadas de ocupación militar, los jóvenes israelíes, pueden disfrutar contando sus hazañas bélicas humillando a todos los palestinos que se les hayan cruzado por el camino. La brutalidad de sus acciones y su inhumanidad son ya moneda corriente. En la mentalidad de generaciones de israelíes que han servido en el obligatorio servicio militar ha creado una conciencia de desprecio a los palestinos que debería ser tenido en cuenta por sus consecuencias perversas.
La violencia de HAMAS alimenta la violencia institucional del Estado israelí. Debe ser un caso único donde el gigante quiere hacer ver que es la víctima. Pero no es así. La crítica a las desalmadas acciones del gobierno israelí no son parte de un complot antisemita, como les gusta hacer creer. Los palestinos no se marcharán de donde están, porque esa es su tierra. También es la tierra de los judíos. La violencia podrá seguir, pero no habrá victoria honorable en la destrucción de los palestinos. Serán humillados y despreciados, pero tendrán que convivir con ellos. No hay más opciones. Compartir juntos un Estado. La ilusión de dos Estados es lo que quiere el gobierno de Israel, que crean los desalmados gobernantes de los palestinos.
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