El domingo se celebran
elecciones en Cataluña. Si hemos de creer al Presidente de Gobierno M.Rajoy,
estas elecciones son las más importantes que se han celebrado jamás en España.
¿Por qué son tan importantes? La razón de ser de estas elecciones, si también
hemos de creer al President de la Generalitat, Arthur Mas, es la manifestación
que se celebro en 11S en Barcelona. Los acontecimientos que se han
desencadenado desde esa manifestación ha sido extraordinaria.
Posteriores acusaciones
entre ambos Presidentes y puesta en marcha de las elecciones de 25N. Los
partidos catalanes desde diferentes posiciones han asumido el reto: indepen-dentismo,
federalismo y la vía constitucional defendida por el PP.
La propuesta de CiU es
la creación de “estructuras de estado”. Esta nueva figura sociopolítica es una
novedad en la politología. CiU ha sido durante la transición e iba a decir
hasta anteayer, el comodín de la política nacional. Tanto daba si era el PSOE
como el PP, siempre había una amigo fiel para dar apoyo a los presupuestos del estado. Siempre había
que pagar un peaje, pero los partidos mayoritarios les parecía aceptable.
Cuando los gobiernos centrales
tenían mayorías absolutas, su papel CiU quedaba en la sombra. El PP de Aznar llamó a
J.Pujol “enano habla castellano”. Nadie el PP dijo que eso era un insulto ni nada inconveniente. Se
le tenía ganas.
CiU después de Pacto Fiscal
ha dado por acabado el proceso autonomista. Curiosamente, el ala más extremista
del PP también querría su eliminación y una nueva recentralización. La crisis
además ha agudizado las contradicciones en la financiación entre el estado
central y Cataluña. Desde Cataluña los recortes (retalladles) del gobierno de
CiU encabezado por A.Mas han agudizado
el sentimiento que en Cataluña se nos ningunea desde el resto de España que
vive de la subvención que proporciona la cuota de solidaridad de Cataluña con
el resto de España. Las restantes Comunidades se permiten decir barbaridades
sobre Cataluña. El sentimiento que pagas más que nadie es un hecho. Se tiene la
convicción que lo que aportamos al resto de España debería quedarse en Cataluña
para cubrir las necesidades de la Sanidad y la Educación en vez de subvencionar
eternamente a las Comunidades que viven de la redistribución.
La política catalana se
le calificaba como el oasis. Era una forma despectiva que en Cataluña no había
un cainismo que aparece en la prensa de Madrid, afín a la derecha política y económica.
Ahora el socio preferente CiU se sale de madre. Pues, caña al mono. El
acreditado panfleto “El Mundo” publicó unos supuestos “documentos” donde se
vertían acusaciones gravísimas en plena campaña electoral. La Junta Electoral
Central no ha dicha ni una palabra. El objetivo ha sido desestabilizar la
campaña. Desacreditar al enemigo y su causa con la esperanza de que tal vez,
las tesis independentistas no alcancen la mayoría absoluta. El domingo a partir
de las 20h veremos si esos ataques han calado o no.
Los partidos nacionalistas
y CiU han pedido que el “pueblo catalán” puede elegir entre seguir en España o
bien formar un Estado propio. El “derecho a decidir” era una canción que se oía
en el País Vasco. Pero la violencia de ETA hacía imposible esa demanda. Ahora,
ha sucedido lo impensable, que en Cataluña el partido de referencia CiU ha
solicitado esa misma reivindicación. ¿Por qué habría que negárselo a la
sociedad catalana? ¿Acaso, piensan los nacionalistas, es una obligación estar
en un Estado donde se miran a los catalanes como si fueran unos bichos raros?
El próximo domingo las
mayorías que salgan tienen que gestionar la crisis –sin margen de maniobra- y
por el otro, establecer las condiciones de posibilidad para hacer viable un referéndum
para que los catalanes puedan decidir si quieren seguir unidos a España, o
eligen la vía independentista que llevaría a la secesión.