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dissabte, 10 de desembre del 2011
divendres, 9 de desembre del 2011
¡ Mentirosos !
Europa no tiene proyecto político en común. Así de claro. Lo único que anuncian es más reestructuración para salvar a la economía financiera. El BCE rebaja el precio del dinero hasta el 1%. A estas alturas de la crisis este gesto es simplemente cosmético. No ayuda para nada a la economía real. Europa se desintegra a manos de aquellos que debieran defenderla. Solo se habla de reformas en los ámbitos sociales y laborales.
Nuestros políticos se convierten en gestores para intermediar con los mercados. La sociedad es dejada a su suerte. El liberalismo triunfante debe estar satisfecho. La conexión entre sociedad y los mercados se regulaba a través del Estado, pero éste se diluye en beneficio de los mercados globales, dejando a los ciudadanos inermes ante la lógica de los mercados.
Nuestros políticos se convierten en gestores para intermediar con los mercados. La sociedad es dejada a su suerte. El liberalismo triunfante debe estar satisfecho. La conexión entre sociedad y los mercados se regulaba a través del Estado, pero éste se diluye en beneficio de los mercados globales, dejando a los ciudadanos inermes ante la lógica de los mercados.
¿Qué lógica es esa? Beneficios, claro. El capitalismo global aspira al crecimiento especulativo. Europa ha dejado de ser un valor inversor. Resulta demasiado caro. Como hay alternativas, los nuevos ricos en Rusia, China, India –inconcebible hace unas décadas-, son ahora el objetivo del nuevo capitalismo global. Europa sólo interesa si los Estados se subastan a través de los bonos y letras del Estado. Si el tipo de interés es elevado, entonces, podremos apostar. Como queremos que sean altos, presionamos para que así sea.
En democracia, nuestros representantes son el reflejo de nuestra sociedad. Al ritmo que llevamos desmantelarán el Estado del bienestar a través de la técnica de la privatización. Lo público se diluye en beneficio de lo privado. El problema de lo privado no es que lo que sea. El problema es que pase como si el interés particular se convierta en interés de todos. Ese es el secreto que la nueva globalización está llevando a cabo con éxito.
El papel de nuestros políticos es simplemente decepcionante. Cada cual mira a sus propios intereses. Como no hay amplitud de miras, no puede hacer proyecto colectivo –europeo-, dejando que la política se convierta en una caricatura de lo que debería ser. La gestión de lo público y los mecanismos de diálogo entre los diferentes intereses encontrados –sociedad y mercado global- están volando y lo peor es que nuestros políticos pretenden hacernos creer que aún controlan la dirección de los asuntos público. ¡Mentirosos!
El papel de nuestros políticos es simplemente decepcionante. Cada cual mira a sus propios intereses. Como no hay amplitud de miras, no puede hacer proyecto colectivo –europeo-, dejando que la política se convierta en una caricatura de lo que debería ser. La gestión de lo público y los mecanismos de diálogo entre los diferentes intereses encontrados –sociedad y mercado global- están volando y lo peor es que nuestros políticos pretenden hacernos creer que aún controlan la dirección de los asuntos público. ¡Mentirosos!
¡Mentirosos!
Europa no tiene proyecto político en común. Así de claro. Lo único que anuncian es más reestructuración para salvar a la economía financiera. El BCE rebaja el precio del dinero hasta el 1%. A estas alturas de la crisis este gesto es simplemente cosmético. No ayuda para nada a la economía real. Europa se desintegra a manos de aquellos que debieran defenderla. Solo se habla de reformas en los ámbitos sociales y laborales.
Nuestros políticos se convierten en gestores para intermediar con los mercados. La sociedad es dejada a su suerte. El liberalismo triunfante debe estar satisfecho. La conexión entre sociedad y los mercados se regulaba a través del Estado, pero éste se diluye en beneficio de los mercados globales, dejando a los ciudadanos inermes ante la lógica de los mercados.
¿Qué lógica es esa? Beneficios, claro. El capitalismo global aspira al crecimiento especulativo. Europa ha dejado de ser un valor inversor. Resulta demasiado caro. Como hay alternativas, los nuevos ricos en Rusia, China, India –inconcebible hace unas décadas-, son ahora el objetivo del nuevo capitalismo global. Europa sólo interesa si los Estados se subastan a través de los bonos y letras del Estado. Si el tipo de interés es elevado, entonces, podremos apostar. Como queremos que sean altos, presionamos para que así sea.
En democracia, nuestros representantes son el reflejo de nuestra sociedad. Al ritmo que llevamos desmantelarán el Estado del bienestar a través de la técnica de la privatización. Lo público se diluye en beneficio de lo privado. El problema de lo privado no es que lo que sea. El problema es que pase como si el interés particular se convierta en interés de todos. Ese es el secreto que la nueva globalización está llevando a cabo con éxito.
El papel de nuestros políticos es simplemente decepcionante. Cada cual mira a sus propios intereses. Como no hay amplitud de miras, no puede hacer proyecto colectivo –europeo-, dejando que la política se convierta en una caricatura de lo que debería ser. La gestión de lo público y los mecanismos de diálogo entre los diferentes intereses encontrados –sociedad y mercado global- están volando y lo peor es que nuestros políticos pretenden hacernos creer que aún controlan la dirección de los asuntos público. ¡Mentirosos!
dijous, 8 de desembre del 2011
La regla del juego
Leo en “La regla del juego. Sobre la dificultad de aprender filosofía” de José Luis Pardo (ed. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores) lo siguiente:
“¿Qué significan, entonces, interpretadas en sentido figurado, todas estas imágenes terribles de hipnotizadores, sátrapas, déspotas, tiranos, verdugos, reyes absolutos y reos desnudos, imágenes con las cuales miles de adolescentes de la izquierda universitaria postindustrial entretienen su larguísima scholé?” (pág.404)
La respuesta es que hay dos modos de impedir que los hombres y mujeres puedan emanciparse, que puedan convertirse en adultos: a) la primera es mantenerlos atados a sus “comunidades narrativas” e impedir su educación, en imposibilitar el acceso al espacio público que es la escuela. No por casualidad la primera medida de los talibanes cuando tomaron el poder fue la prohibición de la escuela más allá de la repetición del Corán, sólo para los niños y jóvenes, mientras que las mujeres y niñas se las hacía desaparecer del espacio público. Lo que se quería era simplemente adocenarlos en la repetición de los propios prejuicios; b) la segunda vía, más retorcida es alargar la etapa de la escuela y hacerla indefinida. Si la escuela supone la virtualidad de la emancipación, la operación de hacerla eterna desbarata su virtualidad. La escuela debe tener su salida natural al ámbito social y laboral, es decir, el espacio público. “Salir a la calle” expresa la desembocadura de esa etapa que es la escuela.
En nuestras sociedades modernas, la emancipación, es decir, distinguir la verdadero de lo falso, la distinción entre real e imaginario, se pretende borrar. La escuela adquiere caracteres que en vez de potenciar esa emancipación, hacerlos críticos, los convierte en “menores de edad”. La minoría de edad de la que hablaba Kant, adquiere perfiles borrosos pero reales en nuestras sociedades postindustriales. Estudios que se alargan sin justificación. Obligatoriedad de la enseñanza para evitar “salir a la calle” y encontrarse en el paro. La calle se ha convertido en un desierto. Por esos nuestros jóvenes se encuentran tan a gusto frente a la pantalla del ordenador. En ese espacio virtual, adquieren roles que no pueden ejercer en el mundo real. Se convierten en héroes o villanos y pueden ejercer impunemente cualquier cosa que se les ocurra. Todas ellas se caracterizan por la falta absoluta de reglas. El espacio público está constituido por normas legales, por límites que suponen la posibilidad de la convivencia. El diálogo es consustancial al espacio público, pero nuestros jóvenes se ejercitan en un mundo de “excepción”. El mundo virtual es un “estado de excepción” se que ha convertido en norma y nuestros jóvenes adquieren destrezas que en el espacio público son inservibles.
dimarts, 6 de desembre del 2011
Constitución: 33 años
La conmemoración de los 33 años de la CE (1978) en medio de una crisis sistémica debería hacernos pensar en noticias como las que aparecen en los medios de comunicación y que nos alertan ante la posibilidad de un cambio de imprevisible.
En su Artículo 41. de la CE se afirma:
En su Artículo 41. de la CE se afirma:
"Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres."
diumenge, 4 de desembre del 2011
Economistas a la greña
Leo el artículo de Paul Krugman y no dejo de pensar que el gremio de economistas debería hacer urgentemente examen de conciencia. ¿Cómo es posible la diversidad de opiniones sobre lo que debería hacerse? ¿Qué clase de ciencia es la economía? Sabemos que es un ciencia sombría y habría que decir que también es confusa. Nuestras eminencias de la UE afirman la necesidad de reducción del gasto, control presupuestario, reducción de salarios, es decir, hacen una llamada a la recesión. Los neokeynesianos nos dicen que en épocas de recesión lo que conviene es una economía de expansión. Los Estados deben liderar el crecimiento con un aumento de la demanda que impulsará la reactivación económica. ¡Habrá inflación! ¡Habrá aumento del déficit! La respuesta es que una vez se ponga en marcha la demanda agregada, el aumento de dicha demanda supondrá un estímulo para la contratación de mano de obra lo que supone un aumento del empleo y una reactivación del consumo de las familias y empresas con el consiguiente aumento de recaudación impositiva –IRPF e IVA- y la reducción de la participación del Estado y una reducción del déficit.
Draghi vs Krugman
Pero, resulta que nuestras autoridades monetarias no están por la labor, Keynes está enterrado y quisieran olvidarlo. Ahora, el nuevo mantra es la reducción del gasto público. Una reducción que sólo beneficia a los de siempre. Si desde el 2008 hasta ahora la zona euro ha gastado 1,608 billones de euros para lubricar a los bancos el resultado es que siguen secos. No hay crédito a las empresas ni las familias. Así qué ¿dónde esta el dinero?. Si esas cifras astronómicas se hubiesen utilizado para reactivar la economía real, no estaríamos en esta situación. La zona euro se ha convertido en zona catastrófica.
Alemania es el principal responsable de una irresponsable actuación. Por salvaguardar sus propios intereses –legítimos- está obligando a los demás al suicidio económico. Vivimos en una economía global. Si los países del sur de Europa se hallan en el abismo, gracias también a la irresponsable actuación del BCE, por poner en el mercado la propia solvencia de los Estado, la crisis del sur de Europa y su deuda soberana afecta al consumo de bienes alemanes. Y, por extensión la crisis acabará afectando también en Alemania. Estamos ante el dilema de los prisioneros. Somos una cuerda de presos. Si Alemania y Francia encabezan esa cuerda, los restantes prisioneros –PIG- de la cola, también están atados, si lo que quieren es soltarse y dejar al resto de los PIG entonces no tendrá sentido seguir hablando de Europa. Se habrá desintegrado la UE para décadas. Al parecer los mercados ven atractivo es escenario. Pues, sus ataques al euro, vía PIG nos nuestra claramente sus intenciones.
dissabte, 3 de desembre del 2011
Estados catalépticos
Mirando la prensa, se comprueba que la política europea es inexistente. Europa y su proyecto han sido barridos por una crisis que se inicio en el 2008 y está arrasando las estructuras del estado del bienestar. Nuestro dirigentes se han convertido en auténticos gestores del capital. La economía se ha convertido en una realidad surrealista que está socavando la economía real. Lo real sucumbe a lo virtual. La especulación se hace carne en los diferenciales de la deuda pública que los Estados se ven obligados (sic) a pagar a los mercados para poder financiarse y poder seguir drenando liquidez a los bancos. ¡Círculo virtuoso!
La inmediatez de la economía hace imposible que nuestros mandatarios se encuentran con el dilema de seguir el juego que los mercados han impuesto, y que los gobiernos tuvieron la oportunidad de regularlos con la crisis y derrumbamiento del sistema financiero (2008), pero que no quisieron realizar presionados por los lobbies bancarios y ahora nos encontramos que nos anuncian medidas draconianas “para salir de la crisis”. La lógica del mercado dice que si puedes conseguir rentabilidades superiores no las dejes pasar. Eso deben pensar las entidades gestoras que mueven los mercados. Los gobiernos pagan a precio de bonos basura el bienestar de la sociedad actual y la venidera. ¡Nunca se había llegado a este dislate mayúsculo!
La sociedades democráticas están siendo laminadas a través del miedo. La precariedad y la exclusión social son ya una realidad. Las seguridades que acompañaban al Estado de bienestar son puestas en entredicho por los propios gobiernos que deberían garantizarlas. La causa de este desaguisado es simplemente la codicia. Se puede leer en la prensa que “en total fueron 1,608 billones de euros” las ayudas que los gobiernos de la UE han aportado al sistema financiero. ¡Y ahora quieren exprimir aún más las arcas del Estado –todos nosotros- mediante la presión que ejercen para aumentar la rentabilidad de la deuda pública! No sé qué pensar. Cualquier opción parece un contrasentido. Parece claro que las élites económicas quieren el derrumbamiento del Estado. Quieren un estado mínimo que sólo actúe para salvarlos a ellos, al precio de hundirnos a todos. Lo peor es que lo están consiguiéndolo en nombre de la crisis.
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