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dilluns, 26 de juny del 2017

Nietzsche y la mecánica popular




"La rueda y el freno tienen deberes diferentes, pero tienen también uno parecido: el de hacerse daño"
(F.Nietzsche, El viajero y su sombra)

dimecres, 14 de setembre del 2016

Psicopolítica (X)

10. La ludificación.

La sociedad del rendimiento es también la sociedad de la “ludificación [lúdico]”.Se trata de introducir “la emoción” del juego en el sistema productivo, para ser más eficientes.

En este proceso la maduración, la lentitud no se deja “ludificar”. Se trata de obtener “gratificaciones y vivencias inmediatas de éxito”.
Han llega a la conclusión que el homo laborans y el homo ludens, siguen la misma lógica, son las dos caras de la misma moneda. Contrapone Marx y su “metafísica del trabajo” a Robert Kurz y su “Manifiesto contra el trabajo”. Éste reprocha a la izquierda política sus mixtificación del  trabajo. Piensa Kurz que se trata de “la liberación del trabajo”. Si Marx veía en el comunismo el “reino de la libertad”, Han puede afirmar que “[U]na libertad verdadera solo sería posible mediante una completa liberación de la vida respecto del capital”. Así que la mística marxiana del “trabajador libre”, se transmuta en la reivindicación de una nueva “forma de vida” que este más allá de la lógica de la producción.



Han introduce el lujo como contra valor, pero inmediatamente apostilla “hoy, el consumo acapara el lujo”. Reivindicar lo “inservible”, es afirmar que “la verdadera felicidad se debe a lo que se espacia, a lo dejado, a lo abundante, a lo vaciado de sentido, a lo excedente, a lo superfluo”.

Han extrae mediante una noticia producida en Grecia un contramodelo del actual. Dos niños se encuentran con dinero y se dedican a jugar con él, convirtiéndolos en pedazos. Esos niños habían “profanado” el dinero,y según Han, esta acción es una “praxis de la libertad”.


Han se deja seducir por el Heidegger tardío. Contrapone Heidegger, a Hegel y Marx, y entrevé una nueva interpretación “del mundo como juego”, a través de la “Serenidad” (Gelassenheit). Serenidad, podría aparece como modelo de una “antropología de la fortaleza de ánimo” (José Luis Villacañas), sin embargo, el término, Villacañas lo traduce como Abandono, “de las categorías de la vida práctica, un abandono  de la subjetividad que implique una apertura a las decisiones del ser” (J.L.V. Historia de la filosofía contemporánea,6, ed.Akal). Heidegger recrea un mundo de dioses, en ausencia, dejándonos a los hombres a la intemperie. Han haciendo un esfuerzo, introduce el concepto de “espacio del acontecimiento”, concepto límite, donde la fiebre de la producción dejara paso a una “mirada” sin ese frenesí en la que estamos inmersos.



diumenge, 22 de novembre del 2015

Psicopolítica (VI)



6. La curación como asesinato

El objetivo del neoliberalismo, según Byung-Chul Han, es “convertirlo -al hombre- en objeto de explotación”. Todos los obstáculos que retrasen este objetivo son objeto de medidas terapéuticas. Así, “bloqueos, debilidades y errores” deben ser eliminados en aras a “incrementar la eficiencia y el rendimiento”.

Han, afirma de forma paradójica, que el neoliberalismo introduce como estrategia de dominación, el agotamiento. Éste, no trata lo externo, sino sobre todo lo interior, la psique humana. Enfermedades de esta nueva etapa de la posmodernidad,como la depresión o el síndrome de bournout,son el nuevo tributo a pagar. Si Freud, afirmaba que la represión de los instinto se pagaba con la neurosis, ahora, en esta nueva etapa “polimorfa”, el resultado es el agotamiento psíquico.

 Resultado de imagen de síndrome de burnout

Allí donde está la enfermedad también está su curación. Ésta debe por purgar todo pensamiento negativo. Este pensamiento es el causante de las “debilidades y bloqueos”, que obstaculizan la “optimización personal”. Allí donde había pecados y remordimientos, ahora hay pensamientos negativos, que deben ser eliminados. Es necesario la exaltación de la positividad.



Han, busca apoyo, para afirmar y reivindicar la negatividad. La negatividad es el lado obscuro de la vida, sin ella, le falta nervio, viene a decir Han. Pero, en el nuevo modelo social de la etapa líquida (Z.Bauman), no hay espacio para esa negatividad. Incluso el dolor debe ser reciclado para convertirse en positividad.

Han invoca el miedo que esta industria de la conciencia – la literatura de la autoayuda, por ejemplo-, provoca en el alma humana, al desprenderse de lo negativo para exaltar únicamente lo positivo, se se expresa con un “me gusta”. De ahí que pueda acabar el capítulo afirmando: “la curación se muestra como asesinato”.

Nota:

Byung-Chul Han. Psicopolítica. Pensamiento herder. ed.Herder. Barcelona, 2014.


dilluns, 24 d’agost del 2015

Psicopolítica (I)


Reseña del libro de Byung-Chul Han, Psicopolítica, ed.Herder, Barcelona, 2014.




En este blog ya me he ocupado de otro texto suyo, "La agonía del Eros". Han trata de suministrarnos armas conceptuales para luchar contra una hidra cada vez acomodada al mundo líquido (Z.Bauman) en el que estamos sumergidos.

El subtitulo del librito -no es peyorativo, simplemente obedece al formato-, nos da claves para entender de qué va la obra: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. El primer capítulo, que vamos a comentar, lleva el título de "La crisis de la libertad".

Cap I: La crisis de la libertad

La explotación de la libertad

Para Han el neoliberalismo está consiguiendo hacernos creer que somos más libres que nunca. Adiós a las cadenas del mundo sólido (Z.Bauman) y bienvenidos a la idea de proyecto, pero para Han, "el propio proyecto se muestra como una figura de coacción, incluso como una forma eficiente de subjetivación y de sometimiento.".

Como vivimos en el reino del "si podemos", Han entiende que este imperativo es mucho más letal que al antiguo poder disciplinario del "deber". Así, se crea una paradoja que consiste que cuanto más libre se cree uno, más coacciones se genera en uno mismo. Para Han, esto lleva a la aparición de "enfermedades como la depresión y el síndrome de burnout son la expresión de una crisis profunda de la libertad". El síndrome de burnout, hablado en plata, consiste en que hay muchas personas que no aguantan el trato con otras personas. Este síndrome se da especialmente, en el ámbito socio-sanitario y educacional, donde la relación con el otro, se hace problemática.



Byung-Chul Han

Han explota a Hegel en su beneficio. La dialéctica amo-esclavo (Hegel) la reutiliza para afirma que el "sujeto del rendimiento" nuestro héroe postmoderno, es un "esclavo absoluto", precisamente, porqué se explota a sí mismo. No necesita de coacción externa. "El sujeto del rendimiento absolutiza la mera vida y trabaja.". En este contexto, Han nos dice la la salud se establece como un ideal de la mera vida. De ahí el arsenal para ponerse en forma. Decathlon se convierta así en una catedral del culto a la salud mediante el rodeo del deporte. Si uno echa un vistazo al personal que visita estos centros, se da cuenta que muchos no han hecho deporte en su vida. Pero la ropa es relativamente barata. Han ha afirmado que la libertad supone la idea de compartir con otros, pero nuestro nuevo héroe, es incapaz de establecer relaciones sólidas con los otros. 

Han también utiliza a Marx en su discurso, "En la libre competencia no se pone como libres a los individuos, sino que se pone como libre al capital” (K.Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política). Esta afirmación expresa la verdad del neoliberalismo. El movimiento de capitales, es el único movimiento verdadera-mente libre. 




dilluns, 6 d’abril del 2015

Los ángeles tienen problemas

Reseñas

El libro que quisiera comentar se titula: Fragmenta. Tratado de metafísica para espíritus afines. Su autor, contemporáneo de Christian Wolff, se llamaba Gotthold Frankel Nathan. El libro que pretende ser una especie de manual al uso que se compone de una introducción que aborda el problema que se ha planteado desde los inicios de la metafísica: ¿por qué lo aparente parece tener más peso que la auténtica realidad? Los trece capítulos restantes trata de acercase desde diferentes caminos a lo invisible.

La tesis de Gotthold es la siguiente: lo invisible existe, está presente para todos aquellos que quieran ver. Y uno se puede preguntar, ¿cómo se puede saber aquello que ignoramos?

La respuesta aparece en su capítulo 7. Trata de hacer una especie de deducción trascendental al estilo kantiano. Lo invisible existe y es más real que aquello que nos parece evidente, la experiencia. Pero nuestro autor trata de demostrar que lo visible está impregnado de lo invisible. Como Heráclito sólo hay una realidad común, para aquellos que están despiertos. Gotthold nos llama dormidos aquellos que nos cuesta no ya ver sino en creer en lo invisible.

La deducción que lleva acabo la dejo para otro momento, pues, el capítulo 10, trata nada más y nada menos que de los espíritus afines. La respuesta que nos da es sublime: los ángeles.



La angeología es el reino de Frankel Nathan. Allí dónde los mortales nos vemos con serias dificultades para acceder a esa realidad, nuestro autor se mueve como pez en el agua. La realidad tiene dimensiones y él piensa que en una dimensión a falta de mejor metáfora lo llamaría angelical. ¿Dónde se encuentra? Según nuestro autor no hay que desplazarse de nuestro mundo, está en él, lo podemos encontrar en nuestro espíritu. Parece una tesis circular, por ello Frankel Nathan, trata de afirmar la existencia de los ángeles. Los ángeles son creatura de Dios, algo así como alter egos de Dios, no son Dios, pero en ellos se manifiesta la gloria de Él. Son sus ojos y sus brazos, son una extensión de Él.

La tesis suena a herética. Los ángeles son los agentes secretos de Dios. Están entre nosotros, nos ayudan para ir en la buena dirección. Sin embargo, Dios creó al hombre dotado de libre albedrío y éste no siempre hace caso a aquellos que debería.

¿Son los ángeles inferiores a los seres humanos? La respuesta según nuestro autor es que no. Son “hipermortales” dice Gotthold, es decir, nacen como un acto de bondad divina, en el tiempo, pero su existencia por estar fuera de nuestra realidad no se hallan sometidos al tiempo.

Al igual que Kant, el tiempo es el nervio de la realidad, por ello, los ángeles que no están en esa dimensión de la temporalidad, pueden, realizar su labor sin esa premura que condiciona a los mortales. Kant también ha pensado en estos temas en su obra “Los sueños de un visionario” y su estudio de Emmanuel Swedenborg. Entre Gotthold y Kant hay una afinidad evidente: creen. Es verdad que sus creencias hay que distinguirlas. Pero de eso no puedo ocuparme.

En el capítulo doce, Gotthold se enfrenta al dilema esencial de su estudio. ¿Cómo hace el espíritu para sobrevivir en la materia? Suena al viejo problema del dualismo. Sin embargo, para Gotthold no hay ese problema. Los seres humanos tienen sus problemas, pero a nuestro autor no le interesa tantos esos problemas como los que se ven acosados los ángeles. Para decirlo como la máxima brevedad: los ángeles tienen problemas. Esos problemas son los humanos. Al igual que la paloma kantiana que sueña en un espacio sin aire para poder volar mejor, los ángeles de Gotthold, sueñan un mundo sin hombres. El problema evidente es que estamos aquí. Hay espíritu, piensa nuestro autor y prevalecerá sobre la materia, ese es su mensaje. Tal vez aquí es el momento de dejar esta breve reseña. 

diumenge, 25 de maig del 2014

Conclusiones (II)


10.- Han afirma que el “esclavo” hegeliano se ha convertido en amo, pero al precio de la depresión. Somos amos y esclavos de nosotros mismos. No hay por tanto reconciliación posible.  ¿Cómo ser libre de uno mismo?  En el nuevo capitalismo afirma la “mera vida” pero no la “vida buena” que hablaba Aristóteles (Aristóteles, Política, 1257b). 
 



11.- El capitalismo financiero y patrimonial ( Thomas Piketty) ha logrado derrotar, según Han, a Eros. Lo que nos queda es la supervivencia, que es la “mera vida” en estado bruto. En el plano de la sexualidad, la desnudez, como exhibición, deja sin aliento al misterio, y se aproxima a la exhibición pornográfica. El capitalismo, afirma Han, “intensifica el progreso de lo pornográfico en la sociedad”.

12.- Han afirma la antítesis entre fantasía e información. La fantasía, nos dice Han “habita en un espacio indefinido”, frente a la información que delimita muy precisamente su espacio. Han afirma contra el parecer de Illouz, que a pesar de la propaganda y la exaltación a la imaginación, ésta no aparece, precisamente por la “hipervisibilidad” a la que estamos sometidos. La visibilidad al decir de Han, lleva al límite el deseo de la transparencia. Ésta supone que no hay profundidades ocultas que afecten al sujeto. Nos movemos en geometrías planas y lisas. Sin negatividad, no puede haber fantasía del “otro” y por extensión la “agonía del Eros”. 

13.- Han afirma que el deseo es en la actualidad quien nos gobierna. Afirma que la política carece de “valentía” y está alejada de Eros, se transforma en “mero trabajo”. Una sociedad donde todos somos átomos individuales, la valentía se esfuma de nuestro carácter. El “nosotros” desaparece del horizonte colectivo. Nos hemos vuelto temerosos de nuestra propia sombra. Como no somos capaces de de buscar al otro, nos refugiamos en la realidad virtual, donde el “otro” no es real, es visible, al precio de no saber quién es realmente. Han afirma que  el antídoto contra el narcisismo  está en el amor, esa experiencia atópica de la que hablaba Han. Afirma la necesidad de la utopía al decirnos: “El Eros se manifiesta como aspiración revolucionaria a una forma de vida y sociedad completamente diferente”. 




14.- El pensamiento se adhiere a la negatividad. Como dice bellamente Han: “El pensamiento tiene necesidad de silencio. Es una expedición al silencio”. Han nos recuerda que en el origen de la filosofía Eros y Logos iban enlazados. Platón expreso esa unión. A través de Eros el pensamiento es capaz de alcanzar al “otro atópico”. Por eso “sin Eros el pensamiento pierde toda vitalidad, toda inquietud, y se hace represivo y reactivo”. 

15.- La sociedad del rendimiento se parece a la expresión de Hegel de almas bellas. Al alma bella “le falta la fuerza de la enajenación, la fuerza de convertirse en cosa y de soportar el ser. Vive en la angustia de manchar la gloria de su interior con la acción y la existencia; y para conservar la pureza de su corazón, rehúye renunciar al propio sí mismo y de darse sustancialidad y transformar su pensamiento en ser y confiarse a la diferencia absoluta. (...) “alma bella desventurada que arde consumiéndose a sí misma y se evapora como una nube informe que se disuelve en el aire”.(Fenomenología del espíritu). Esa alma desventurada le falta el otro que Han ha expresado en Eros. 


16.- Es posible que las ideas que aparecen no descubran nada que no se haya dicho. Sin embargo, lo propio del pensamiento filosófico consiste en seguir pensando una realidad que no se deja atrapar fácilmente. Alguien puede pensar y con razón que todo este arsenal conceptual y metafórico es innecesario, pues, el capitalismo líquido, no tiene un gabinete que le asesora y dirige su estrategia. Sin embargo, el capitalismo es como un agujero negro que todo lo que se le acerca queda alterado y cae en su esfera de influencia. El pensamiento de Byung-Chul  Han trata de hacernos conscientes de esa influencia y pensar en estrategias para salir de esa órbita perniciosa que nos arrastra a todos nosotros. En este proceso hay dos velocidades –hay más, pero simplificando-, hay unas élites que dominan los mercados y sus grupos auxiliares –expertos think tanks, políticos, medios de comunicación, etc.,- que nos cantan las excelencias del mundo globalizado- y unas sociedades occidentales que estamos perdiendo peso e influencia en las decisiones que se toman en nuestro nombre y que no paran de empobrecernos para mayor gloria del mercado. 

divendres, 16 de maig del 2014

Melancolia (I)

En tiempo de crisis como los actuales, es de agradecer que los intelectuales intenten "comprender" y explicar hacia donde se dirige nuestra sociedad. Se trata de descubrir las tendencias y consecuencias de vivir en una sociedad líquida (Z.Bauman). Byung-Chul Han nos da pistas sobre las consecuencias que para el individuo y la sociedad supone vivir en este capitalismo financiero y patrimonial. El libro de Han se haya dividido en siete capítulos que iremos desgranando en próximas entregas.


1.- La Sociedad actual se enfrenta a un reto extraordinario. El eclipse del “otro”. Ese “otro” que se articula a través del concepto de “atopos”. Platón en el Banquete (Eros) nos da pistas sobre dicho concepto. Atopos es el amante, es el que hace perderme a mí mismo, el deseo de lo que no soy yo. Lo que da vida y sentido, porque vivo para el “otro”. ¿Por qué está en declive el “otro”? La respuesta de Byung-Chul Han es el narcisismo  del yo que nuestra sociedad capitalista cultiva y explota.


2.- Ese yo no está exento de dificultades. La sociedad de la transparencia suspira por la positividad, concepto central en Han, por lo igual, el éxito y el consumo.

3.- Allí donde exista el yo narcisista, dice Han, no puede haber amor (Eros), porque este supone reconocer al “otro”. Ese otro que requiere de una “teología negativa” para determinarlo y delimitarlo. La enfermad narcisista  por antonomasia es la depresión, que es la metáfora central de nuestro capitalismo financiero y patrimonial que Z.Bauman llama “sociedad líquida”.


4.- La depresión supone el derrumbe del yo bajo el peso de sí mismo. En la medida que desaparece el “otro”, solo nos queda nuestro propio deseo, un deseo que no se proyecta fuera de nosotros, sino que se encapsula en nosotros mismos. Por eso, el narcisista-depresivo necesita “imaginar” la existencia de la transparencia.


Bibliografía:

Byung-Chul Han.- La agonía del Eros. col Pensamiento Herder, ed.Herder, Barcelona, 2012.

dimarts, 16 de juliol del 2013

Filosofía zombi


La obra "Ser y tiempo", podría interpretarse como un ejercicio de  fenomenología del zombi. Ser-para-la muerte. ¡Habrá que pensar en ello!

dijous, 8 de desembre del 2011

La regla del juego

Leo en “La regla del juego. Sobre la dificultad de aprender filosofía” de José Luis Pardo (ed. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores) lo siguiente:

“¿Qué significan, entonces, interpretadas en sentido figurado, todas estas imágenes terribles de hipnotizadores, sátrapas, déspotas, tiranos, verdugos, reyes absolutos y reos desnudos, imágenes con las cuales miles de adolescentes de la izquierda universitaria postindustrial entretienen su larguísima scholé?” (pág.404)



La respuesta es que hay dos modos de impedir que los hombres y mujeres puedan emanciparse, que puedan convertirse en adultos: a) la primera es mantenerlos atados a sus “comunidades narrativas” e impedir su educación, en imposibilitar el acceso al espacio público que es la escuela. No por casualidad la primera medida de los talibanes cuando tomaron el poder fue la prohibición de la escuela más allá de la repetición del Corán, sólo para los niños y jóvenes, mientras que las mujeres y niñas se las hacía desaparecer del espacio público. Lo que se quería era simplemente adocenarlos en la repetición de los propios prejuicios; b) la segunda vía, más retorcida es alargar la etapa de la escuela y hacerla indefinida. Si la escuela supone la virtualidad de la emancipación, la operación de hacerla eterna desbarata su virtualidad. La escuela debe tener su salida natural al ámbito social y laboral, es decir, el espacio público. “Salir a la calle” expresa la desembocadura de esa etapa que es la escuela.



En nuestras sociedades modernas, la emancipación, es decir, distinguir la verdadero de lo falso, la distinción entre real e imaginario, se pretende borrar. La escuela adquiere caracteres que en vez de potenciar esa emancipación, hacerlos críticos, los convierte en “menores de edad”. La minoría de edad de la que hablaba Kant, adquiere perfiles borrosos pero reales en nuestras sociedades postindustriales. Estudios que se alargan sin justificación. Obligatoriedad de la enseñanza para evitar “salir a la calle” y encontrarse en el paro. La calle se ha convertido en un desierto. Por esos nuestros jóvenes se encuentran tan a gusto frente a la pantalla del ordenador. En ese espacio virtual, adquieren roles que no pueden ejercer en el mundo real. Se convierten en héroes o villanos y pueden ejercer impunemente cualquier cosa que se les ocurra. Todas ellas se caracterizan por la falta absoluta de reglas. El espacio público está constituido por normas legales, por límites que suponen la posibilidad de la convivencia. El diálogo es consustancial al espacio público, pero nuestros jóvenes se ejercitan en un mundo de “excepción”. El mundo virtual es un “estado de excepción” se que ha convertido en norma y nuestros jóvenes adquieren destrezas que en el espacio público son inservibles.

dijous, 6 de gener del 2011

Preguntas que dan que pensar............o no


Leyendo a mi filósofo de cabecera me ha interrogado acerca de si hay personas que tienen un sexto sentido ético-político que les hace estar siempre en la "buena dirección". Pienso en Camus, Orwell, etc., autores que siempre han estado en el lado "bueno". Hay autores que han estado en el "lado oscuro", por ejemplo, Heidegger, L.F.Céline, etc,. ¿Existe algún tipo de brújula ética que les marca la dirección adecuada?



  
La cuestión es interesante. Cada vez estoy más convencido -creencia- que no existe una razón pura práctica (Kant) que nos marque la hoja de ruta hacia la moralidad. No existe una estación término que alcanzar. No hay caminos que nos indiquen qué dirección tomar. Somos seres contingentes en un mundo cambiante y también contingente. Eso no quiere decir que uno deba adoptar una postura cínica ante los problemas que agobian a cada uno de nosotros y a la sociedad en la que vivimos. No podemos esperar que nos salve un dios, tampoco un rey-filósofo.

*Agradezco a Miquel Andrino su aportación gráfica para ilustrar este comentario.

dilluns, 16 d’agost del 2010

La "realidad" es una palabra....

Miro desde mi ventana el cielo lleno de nubes. Hay espacios donde se resalta el azul del cielo, rodeado de un manto de nubes que parece quererlo cubrir todo. Esta descripción, ¿expresa la "realidad?, ¿se ajusta a la verdad?,¿es una descripción subjetiva?

Hay que partir de una constatación muy simple: si se entiende lo que se dice sobre el cielo y las nubes, ¿tiene interés plantear cuestiones como "realidad", "verdad"? ¿Mejora mi comprensión sobre lo que he descrito? Según Richard Rorty(*), palabras como "realidad", "verdad", son expresiones con una larga tradición filosófica, pero que parte de un supuesto insostenible, a saber, que existe una "realidad" y una "verdad" superior  a la cual los seres humanos debemos ajustarnos. La nomina de conceptos filosóficos se puede alargar.

¿Se entendía lo que decía al inicio de la descripción del cielo y las nubes? Si es así, el asunto es lingüístico. Estamos atados al lenguaje. El lenguaje e nuestra manera de explicarnos a nosotros y a los demás. Mis creencias, dice D.Davidson, han de ser "verdaderas" y eso quiere decir, que las prácticas sociales -el lenguaje- permite comunicarnos de tal forma que podemos comprender lo que dice nuestro interlocutor.



Esto supone,naturalmente, que mi descripción del cielo, sea pobre, es decir, que se pueden dar otras descripciones más ricas, más abundantes, y esto significaría que nuestras prácticas sociales se han de medir, no tanto por la "verdad" o "realidad", como que nos sean más útiles para cada uno de nuestros fines, ya sean individuales o sociales. Si leo a Josep Pla, podré acercarme a otras descripciones infinitamente más sugerentes del cielo nublado que las que he realizado. Alguien podría preguntar ¿J.Pla está más cerca de la "verdad", "realidad" que yo? ¿Sus descripciones son más ajustadas a esos dos conceptos? Desde el pragmatismo de Richard Rorty, la pregunta es la clásica que plantearían los filósofos, y no ve que sea necesaria, porque echa más dificultades a la comprensión de diferentes descripciones. Josep Pla es más sugerente que yo a la hora de describir ese cielo, pero ambos no nos hemos acercado a esa "realidad" y "verdad" que la filosofía (esencialista) plantearía.

(*) Richard Rorty, El pragmatismo,una versión. Antiautoritarismo en epistemología y ética. Ariel Filosofía. Barcelona, 2000.

dissabte, 1 d’agost del 2009

La inflexión posmoderna: Una estética de la representación


La posmodernidad sería la última esperanza que nos queda ante ese fenómeno que adquiere carácter de ley inmutable de la naturaleza: la globalización. Si eso es así, ¿con qué armas contamos para hacerle frente? Y la respuesta que nos ofrece este último apartado del libro de Samaniego* nos deja sin demasiadas opciones.

1.- Habíamos caracterizado a la posmodernidad como la capacidad de hacer desafinar todos los metarelatos que legitiman a nuestra sociedad líquida (Z.Bauman). Así que para empezar, la vida es vista como espectáculo. Queda descartado la intimidad. El reality show "Gran Hermano" nos ilustra sobre la idea de intimidad. Como en el "Show de Truman" todos están conectados para ver las peripecias que padece -por efecto del guión- el protagonista. La posmodernidad habría puesto de manifiesto que ese Show es el que estamos viviendo. Todos seríamos Truman Burbank viviendo esa realidad que nos parece real, pero que en el fondo es una pura "representación".





2.- ¿Quién hace el papel de Christof? Para la posmodernidad la propia dinámica de la globalización. No hay un consejo de administración que dirige la representación, sino una red difusa que se extiende y se capilariza en un poder que nos es ajeno (alienación) y a su vez nos tiene en nómina. La visión del poder no es vertical (sociedad sólida), sino horizontal (sociedad líquida).

3.- La posmodernidad es descreída, por ello reivindica desafinar en todas los órdenes de la vida. Es una forma de resistencia. ¿Cómo resistir? En el ámbito del arte, por ejemplo, se puede luchar a través de las "instalaciones". Este arte se caracteriza por ser "anamórfico" (es decir, es una forma de hacer ver al espectador aquello que nos interesa que vea). Lo característico de las "instalaciones" es su movilidad. Cualquiera podría ser un "instalador", por ejemplo, colocar en el Guggenheim de Bilbao un futbolín con figuras de barbies, y esperar que los curiosos se acercarán y jugarán, se habría creado una "obra artística total".




4.- La posmodernidad no cree en la utopía, cuestiona el presente, no le gusta y por ello quisiera integran arte y vida. OLYMPIC MAN MOVEMENT dels Joglars (1981) representaba una apuesta por integrar arte y vida en un mensaje "ambiguo". La posmodernidad hubiera rechazado esa apuesta. La posmodernidad al decir R.Hughes representa la "cultura de la queja".

5.- Si vivimos inmersos en el Show, entonces, no hay ni intención ni contexto que importen. En la etapa sólida (Z.Bauman) esos dos caracteres eran importantes. Pero ¿qué pasa ahora en la etapa líquida (Z.Bauman)? Ahora lo que conviene es el "corta y pega". La representación ha tomado forma de fotomontaje. No se requiere ser un genio, sino tener el programa adecuado para parecer un genio. Photoshop permite hacer maravillas con las fotografías digitales. El único auténtico problema es tener imaginación, pero en esto siempre se puede "copiar" y modificar con lo que la "autoría" queda borroso.

6.- Hal Foster ha podido hablar de una segunda posmodernidad denominándola "de resistencia". Ésta se opondría aquellas corrientes posmoderna de raíz neoconservadora, cuyo objetivo sería desafinar. Es decir, parodiarse a sí misma como forma de autodestruirse. En el mar proceloso del arte, dar gato por liebre parece un ejercicio que se ha realizado con extraordinario furor. Me imagino a ese artista que hace una "instalación" con sus barbies. ¿Nos toma el pelo? ¿No distinguimos entre arte y provocación?

7.- ¿Puede esta segunda posmodernidad vincularse a la modernidad? ¿Cómo expresarla? Este intento de sintetizar arte y vida ha sido puesto en cuestionamiento. Jameson propugna "intentar elaborar mapas cognitivos de esas misma reestructuración social producida por el capitalismo como sistema global".

8.- La posmodernidad quiere pero no puede, alberga el espíritu de resistencia pero no parece estar en condiciones -ante el avance del capitalismo global- de hacerle frente. Sin embargo, la sociedad posmoderna (sociedad líquida) deberá enfrentarse ante sus propias contradicciones. ¿Debemos rendir pleitesía a las fuerzas económicas como si fuesen leyes intemporales? ¿Se podrá seguir manteniendo la asimetría existente en el mundo globalizado? ¿Se podrá legitimar unos gobiernos -democráticos- que abdican de sus obligaciones sociales y políticas en aras de esas fuerzas "impersonales" de la economía?


* Alberto Ruiz de Samaniego, La inflexión posmoderna: los márgenes de la modernidad. Col.Hipecuakal, ed.Akal, Madrid, 2004.


dilluns, 26 de gener del 2009

Ficciones ilusorias

Estoy leyendo el libro "Esto no es música" de J.L.Pardo. Quisiera comentar su capítulo: " Entró por la ventana del cuarto de baño... ". Habla de la interpretación de G.Deleuze sobre Nietzsche a propósito de la interpretación de la "inversión de valores".

El asunto por sí mismo es abstruso. Cuando entra en escena Deleuze la oscuridad se cierne en toda la caverna. "Descripciones poéticas", "narrativas" para explicar el desasosiego de Deleuze. Habla de "un fondo esquizofrénico". La sociedad moderna, no le gusta y poetiza. ¿Acaso quiere cambiarla? Eso sería ilusión, fantasía, simulacro. Saturno vence a Zeus. El mundo moderno, es decir, nuestra sociedad vista desde esa narración alucinada es una lucha desenfrenada de fuerzas sobrenaturales inmanentes. Quien esto escribe, también poetiza.

Por poner un ejemplo, en el capítulo no aparece nada de todo esto. Obama expresa por ejemplo, en el tiempo de Aión una bifurcación, pero ésta es una ilusión. Es una metáfora. Nietzsche expresaba su desazón por el mundo moderno decretando que todo era una ficción.

Leo este capítulo y no llego a entender a dónde quiere ir a parar Deleuze. Porque si se trata de una "narración", ¿por qué ésta es más interesante que las otras? Si todas son ficciones para qué escoger. ¿Qué posibilidades abre? ¿Hay un tiempo para la revolución, la revuelta, la protesta, o la performance? El asunto admite gradaciones -iba a decir, degradaciones-. ¿Cronos nos invita a la revuelta, a la diversión?



G.Deleuze

¿Cómo expresar en la "ficción" ese tiempo liberado? ¿Cómo condensar esa narratividad en esta ficción que llamamos "sociedad moderna"? ¿Acaso podemos anularla? Si desde una perspectiva filosófica podemos saludar este tipo de descripciones como un juego de lenguaje más poético que otros, desde un plano político-moral, no parece que esas narraciones tengan capacidad para transformar -aunque sea modestísimamente- esas ficciones que son nuestras sociedades modernas.