Dia 2 Lima-Arequipa
Estampes d'Arequipa
Llegendes de la Costa*
Voy a contar una historia o leyenda de Caravelí. Esta de la pampa del Indio Viejo me la contó mi mamá, a ella se la contó mi bisabuelita; así es que no sé de qué tiempo será.
En Caravelí, a un costado del pueblo, como sesgándolo, hay una pampa en la que se encuentran tres cerros: dos de ellos son más grandes y el otro es más pequeño.
Cuentan de esta manera su origen: una vez salieron un indio con su mujer y su hijo a buscar leña por la pampa. Entonces empezaron a bramar los cerros. Es que habían penetrado en una zona sagrada. Los indios sintieron el ruido de los cerros, que estaban airados porque esas miserables gentes se habían atrevido a caminar en sus faldas, lo cual era una profanación. La india dijo a su esposo que allí, dentro de esos cerros, había minas riquísimas. Y su esposo dejó escapar por sus labios el deseo de poseer algo de esos inmensos tesoros. Al oír esto, los espíritus de los cerros se enfadaron y convirtieron a los tres indios en tres cerros. El primer cerro es el indio que se quedó sentado chachando su coca, el otro cerro es la india; dicen que tiene la falda más ancha porque la mujer se quedó sentada hilando. El cerro más pequeño es el indiecito, quien por causa de sus padres fue convertido en cerro. Así, tal como fueron a buscar la leña, castigados por su mal deseo, quedaron para siempre en ese lugar. Y cuando suenan las campanas a las doce del día o a las seis de la tarde, dicen que los cerros braman: se quejan los indios de su terrible castigo. Pero cuentan que dentro de ellos' existen minas, ¿y de qué les sirve a los indios tener riquezas en sus entrañas si ahora son cerros? Por eso siguen bramando su
tristeza. A veces dicen que el Indio Viejo muge como un toro. Esta es la historia de por qué le llaman a ese lugar la pampa del Indio Viejo.
1833 - Arequipa**
Las llamas
—Felices criaturas —dice Flora TristánFlora Tristán.
Viaja Flora por el Perú, patria de su padre, y en las sierras descubre al único animal que el hombre no ha podido envilecer.
Las dulces llamas son más ágiles que las mulas y suben más alto.
Resisten fríos, fatigas y cargas pesadas. A cambio de nada brindan al indio de las montañas transporte, leche, carne y las sedas limpias y brillantes que cubren sus cuerpos. Pero jamás se dejan atar ni maltratar, ni aceptan órdenes. Cuando interrumpen su andar de reinas, el indio les suplica que reinicien la marcha. Si alguien las golpea, las insulta o las amenaza, las llamas se echan al suelo: alzando el largo cuello, vuelven al cielo los ojos, los más bellos ojos de la Creación, y suavemente mueren.
—Felices criaturas —dice Flora Tristán.
Una bona part del trajecte he vist núvols baixos. A Lima, el dia era grisós i lleig. Hi havia avions militars i helicòpters, semblava una exposició militar dels anys 70. Des de la finestra baixant cap a Arequipa, un paisatge erm ens ha acompanyat bona part de la ruta. El Pacífic ha generat aquest desert. Arequipa està a 120 km del Pacífic. Te àrea desèrtica, Atacama, hi ha uns volcans molt fotogènics, espectaculars.
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