10. La ludificación.
La sociedad del
rendimiento es también la sociedad de la “ludificación [lúdico]”.Se trata de
introducir “la emoción” del juego en el sistema productivo, para ser más
eficientes.
En este proceso la
maduración, la lentitud no se deja “ludificar”. Se trata de obtener “gratificaciones
y vivencias inmediatas de éxito”.
Han llega a la
conclusión que el homo laborans y el homo ludens, siguen la misma lógica, son
las dos caras de la misma moneda. Contrapone Marx y su “metafísica del trabajo”
a Robert Kurz y su “Manifiesto contra el trabajo”. Éste reprocha a la izquierda
política sus mixtificación del trabajo.
Piensa Kurz que se trata de “la liberación del
trabajo”. Si Marx veía en el comunismo el “reino de la libertad”, Han puede
afirmar que “[U]na libertad verdadera solo sería posible mediante una completa
liberación de la vida respecto del capital”. Así que la mística marxiana del “trabajador
libre”, se transmuta en la reivindicación de una nueva “forma de vida” que este
más allá de la lógica de la producción.
Han introduce el lujo
como contra valor, pero inmediatamente apostilla “hoy, el consumo acapara el
lujo”. Reivindicar lo “inservible”, es afirmar que “la verdadera felicidad se
debe a lo que se espacia, a lo dejado, a lo abundante, a lo vaciado de sentido,
a lo excedente, a lo superfluo”.
Han extrae mediante una
noticia producida en Grecia un contramodelo del actual. Dos niños se encuentran
con dinero y se dedican a jugar con él, convirtiéndolos en pedazos. Esos niños
habían “profanado” el dinero,y según Han, esta acción es una “praxis de la libertad”.
Han se deja seducir por
el Heidegger tardío. Contrapone Heidegger, a Hegel y Marx, y entrevé una
nueva interpretación “del mundo como juego”, a través de la “Serenidad” (Gelassenheit). Serenidad, podría
aparece como modelo de una “antropología de la fortaleza de ánimo” (José Luis
Villacañas), sin embargo, el término, Villacañas lo traduce como Abandono, “de las categorías de la vida
práctica, un abandono de la subjetividad
que implique una apertura a las decisiones del ser” (J.L.V. Historia de la
filosofía contemporánea,6, ed.Akal). Heidegger recrea un mundo de dioses, en
ausencia, dejándonos a los hombres a la intemperie. Han haciendo un esfuerzo,
introduce el concepto de “espacio del acontecimiento”, concepto límite, donde
la fiebre de la producción dejara paso a una “mirada” sin ese frenesí en la que
estamos inmersos.