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dimecres, 14 de setembre del 2016

Psicopolítica (X)

10. La ludificación.

La sociedad del rendimiento es también la sociedad de la “ludificación [lúdico]”.Se trata de introducir “la emoción” del juego en el sistema productivo, para ser más eficientes.

En este proceso la maduración, la lentitud no se deja “ludificar”. Se trata de obtener “gratificaciones y vivencias inmediatas de éxito”.
Han llega a la conclusión que el homo laborans y el homo ludens, siguen la misma lógica, son las dos caras de la misma moneda. Contrapone Marx y su “metafísica del trabajo” a Robert Kurz y su “Manifiesto contra el trabajo”. Éste reprocha a la izquierda política sus mixtificación del  trabajo. Piensa Kurz que se trata de “la liberación del trabajo”. Si Marx veía en el comunismo el “reino de la libertad”, Han puede afirmar que “[U]na libertad verdadera solo sería posible mediante una completa liberación de la vida respecto del capital”. Así que la mística marxiana del “trabajador libre”, se transmuta en la reivindicación de una nueva “forma de vida” que este más allá de la lógica de la producción.



Han introduce el lujo como contra valor, pero inmediatamente apostilla “hoy, el consumo acapara el lujo”. Reivindicar lo “inservible”, es afirmar que “la verdadera felicidad se debe a lo que se espacia, a lo dejado, a lo abundante, a lo vaciado de sentido, a lo excedente, a lo superfluo”.

Han extrae mediante una noticia producida en Grecia un contramodelo del actual. Dos niños se encuentran con dinero y se dedican a jugar con él, convirtiéndolos en pedazos. Esos niños habían “profanado” el dinero,y según Han, esta acción es una “praxis de la libertad”.


Han se deja seducir por el Heidegger tardío. Contrapone Heidegger, a Hegel y Marx, y entrevé una nueva interpretación “del mundo como juego”, a través de la “Serenidad” (Gelassenheit). Serenidad, podría aparece como modelo de una “antropología de la fortaleza de ánimo” (José Luis Villacañas), sin embargo, el término, Villacañas lo traduce como Abandono, “de las categorías de la vida práctica, un abandono  de la subjetividad que implique una apertura a las decisiones del ser” (J.L.V. Historia de la filosofía contemporánea,6, ed.Akal). Heidegger recrea un mundo de dioses, en ausencia, dejándonos a los hombres a la intemperie. Han haciendo un esfuerzo, introduce el concepto de “espacio del acontecimiento”, concepto límite, donde la fiebre de la producción dejara paso a una “mirada” sin ese frenesí en la que estamos inmersos.



dilluns, 12 de setembre del 2016

Psicopolítica (IX)

9. El capitalismo de la emoción

En este capítulo se habla de la emoción como aquel resorte que la psicopolítica activa para mayor gloria del capitalismo triunfante.

Han se pregunta por la aparición de las emociones y sentimientos como centro de estudios e investigaciones científicas. Se cuestiona que las “investigaciones científicas sobre las emociones no reflexionen sobre su propia actividad”. Para enredar más el asunto, hay en este campo, una confusión terminológica notable, entre sentimientos, emociones o afectos.

Para Han “tanto el afecto como la emoción representan algo meramente subjetivo, mientras que el sentimiento indica algo objetivo”. Han desarrolla una “fenomenología de las emociones”(*).

Muestra de la nueva ola motivacional

Según Han, el sentimiento permite una narración, frente al “afecto o la emoción”. Afecto y emoción, son al decir de Han, propicias para la nueva etapa del capitalismo tardío. Así afirmará que “la comunicación digital facilita la repentina salida de afectos”. Siguiendo su fenomenología de los sentimientos, Han dirá que el “sentimiento es constatativo (tengo el sentimiento de que. La emoción es performativa. Remite a acciones. Además, es intencional y finalista”. Para Han, emociones y afecto pertenecen al ámbito de la “subjetividad”.

Han perfila en su “fenomenología de las emociones” las diferencias entre la sociedad sólida o disciplinar –sentimientos- y la sociedad líquida o postmoderna –emociones y afectos-.

Así, describe que “el sentimiento tiene otra temporalidad que la emoción. Permite una duración. Las emociones son esencialmente fugaces y más breves que los sentimientos (…). La emoción no se detiene. No hay una emoción de quietud”. Toda esta “fenomenología” quiere apuntalar su tesis, según la cual, “[E]l capitalismo de la emoción explota precisamente estas cualidades”.
Han introduce el concepto de “ambiente” para decir que “expresa un ser-así”. Una expresión con una buena dosis de ironía frente al ser-ahí, heideggeriano. Ese ámbito nos dice “no es ni intencional ni performativo”. (…). “Representa un estado de ánimo”.

El concepto de “ambiente”, resulta en exceso difuso. Si alguien dice que “en este lugar se respira paz”, la expresión no deja de ser una evaluación subjetiva. Puede suceder que por medio de nuestro entorno cultural podemos establecer asociaciones entre lugares y sentimientos.

Han crítica a Eva Illouz –Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo-.Según él, la autora “no da ninguna respuesta a la pregunta de por qué los sentimientos experimentan una coyuntura semejante en los tiempos del capitalismo”.  Rechaza las tesis de Illouz, porque no responde a las actuales circunstancias del capitalismo tardío.



Le echa en cara que “no logra ver que la presente coyuntura de la emoción se debe, en última instancia, al neoliberalismo”. Este “presupone las emociones como recursos para incrementar la productividad y el rendimiento”. El modelo de Illouoz se retrotrae a la “sociología de Durkheim”, cosa que Han lo encuentra completamente inútil para dar explicación al capitalismo de consumo. Han afirma que en el actual contexto del capitalismo, el modelo de racionalidad aplicado a la producción se ha vuelto ineficiente y es preciso dar un paso más y éste se encuentra en el ámbito de las emociones. En frase lapidaria dirá que “el capitalismo de la emoción se sirve de la libertad”.




La economía neoliberal necesita de la “emocionalización” que supone la introducción de “inestabilidades”. Vivimos, al decir de Han en la “dictadura de las emoción”. El consumidor de hoy, consume fundamentalmente emociones, Y eso es así porque “se abre un nuevo campo de consumo con carácter infinito”. Si en el pasado, el Big Brother sólo podía disciplinar el cuerpo, ahora en la etapa del Big Data, se trata de disciplinar el alma, a través de las emociones. Este proceso apela a “un nivel prerreflexivo, semiinconsciente”. Se trata de motivar. Este nuevo dispositivo en el instrumento del nuevo poder psicopolítico.

(*) Para comprender mejor ese laberinto de los sentimientos, emociones, véase, J.A.Marina y Marisa López Penas, Diccionario de los sentimientos, ed.Círculo de Lectores, Barcelona, 1999. 

Byung-Chul Han. Psicopolítica. Pensamiento Herder. Ed. Herder. Barcelona,2014.