dissabte, 16 de febrer del 2019

Reseña: Jordi Gracia, Contra la izquierda (I)


Reseña:

Jordi Gracia, Contra la izquierda. Para seguir siendo de izquierdas en el siglo XXI. Nuevos Cuadernos Anagrama, Editorial Anagrama, Barcelona, 2018.



El librito –el texto tiene 81 páginas- de Jordi Gracia es un ejercicio de autocrítica y mirada al frente sobre las dificultades de ser de izquierdas en pleno siglo XXI. Establece un cuadro de lo que no es de izquierdas.

Llama la atención la afirmación siguiente: (…) “me temo que tampoco es de izquierdas ser independentista. El procés ha llevado a la izquierda al colapso porque ha respondido a las movilizaciones populares sumándose acríticamente a ellas. A la izquierda le ha sobrado inercia revoltosa y le ha faltado coraje para oponerse a un discurso de fondo insolidario y antiguo; (…). La nueva izquierda (…). Ha sido el síntoma más flagrante en Cataluña de su debilidad argumental y de la pobreza de su idea de solidaridad y cohesión social, de su olvido de las clases trabajadoras inmigradas a lo largo de todo el siglo, y no ha sido de izquierdas tampoco su adopción de un relato ajeno y tácticamente supremacista” (pág.18-9).

La descripción que hace del procés permite advertir que también el autor está en modo cliché con respecto a sus afirmaciones. Habla de insolidario, pero ¿qué significa esto?, lanza una airada mirada sobre la inmigración que es fundamentalmente una de las características de Cataluña. Poca zonas de España hay tanta diversidad como aquí. Es verdad que la nueva inmigración, debido a los procesos de globalización y la facilidad de movimientos, hace que la idea de permanencia no sea la que se originaba en otras épocas, entre otras razones, porque es una inmigración transitoria. ¿Cómo se quiere aprender el idioma, si no se  tiene voluntad de permanencia en el territorio?

El procés, es un fenómeno complejo que trata de dar respuesta a una percepción, hay datos objetivos, para la reivindicación de un espacio propio. Desde el Estatuto de Cataluña y su revisión por el TC, desde la entrevista de Artur Mas con Rajoy para hablar de la posibilidad de un “Concierto económico”, desde las multitudinarias manifestaciones del 11-S, desde el referéndum del 1-O, hasta la declaración unilateral de independencia, inmediatamente puesta entre paréntesis, y su deriva de la aplicación del art.155 de la CE, hasta el juicio que se inicia hoy, todos estos elementos, suponen un problema político que no se resolverá por la vía penal. España actúa como si Cataluña fuese independiente. Se siente amenazada de su propia historia, de sus propios fantasmas. ¿Se pide un referéndum para determinar la voluntad de la ciudadanía catalana! No sé cuál sería el resultado. Lo que es seguro es que una porción significativa de catalanes vería bien esa consulta. La coletilla de supremacista es una cantinela de recurso desesperado. ¡Cierto, los catalanes tienen defectos, como todos, uno de ellos y probablemente el más letal es la soberbia* y, también hay otras virtudes para compensar**.


Jordi Gracia, no hace caso de sus propias recomendaciones cuando afirma con relación a la solución o encauzamiento del problema catalán lo siguiente: “El endiablado encadenamiento de acción/reacción ha copado la esfera pública y ha retirado de la primera línea informativa y política la opción que mejor encaja con la naturaleza mestiza de Cataluña y la culminación federal del Estado autonómico [la cursiva es mía]” (pág.20).

 Notas:

*Josep Ferrater Mora, Les formes de la vida catalana. Club de literatura selecta. Editorial Selecta, Barcelona, 3ed.1960.

** (Idem). “Les meves experiències de la vida catalana (…), pot reduir-se a quatre fonamentals maneres d’ésser que he designat, no sé si molt encertadament, amb els noms de continuïtat, seny, mesura i ironia (pàg.24). [Mis experiencias de la vida catalana (…), pueden reducirse a cuatro fundamentales maneras de ser que he designado, no sé si con mucho acierto, con los nombres de continuidad, entendimiento, medida e ironía]

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