Hoy a las 17h hay convocada una manifestación del
sector educativo. Los motivos, desgraciadamente, son variados. La convocatoria
es: “NI LOMCE, NI LEC, NI RETALLADES. Cap tancament
a la pública. Substitucions des del primer dia al 100%.”
Dentro de la “nueva” política educativa, aparece en
Cataluña, un diseño en el que los Centros educativos, sean copias de las empresas.
Y para ello, nada mejor que el “Decret de plantilles”: DECRET 39/2014, de
25 de març, pel qual es regulen els procediments per definir el perfil i la
provisió dels llocs de treball docents.”
A
pesar de la retórica, ERC también es cómplice de este nuevo engendro educativo,
lo único claro, es el intento de la Administración catalana de equiparar los
Centros educativos a plantas industriales. El lenguaje de las escuelas de negocios
se deja ver en la nueva nomenclatura al uso:
“ projecte educatiu i el projecte de dirección, llocs de treball del centre i les
modificacions successives, La direcció del centre públic intervé en la
definició dels requisits específics exigits per ocupar determinats llocs de
treball de la plantilla docent del centre; requisits addicionals o
perfil propi d’experiència docent; reservats
als membres de l’equip directiu; formula les propostes de nomenament dels
aspirants seleccionats en aquest darrer cas, així com les propostes de
destinacions provisionals; llocs de treball ordinaris, específics i
de responsabilitat especial; Condicions de flexibilitat dels llocs de
treball docents; context d’organització flexible; la polivalència del professorat;
desplaçaments dels
llocs de treball ocupats amb caràcter definitiu per supressió o modificació del
lloc de treball; Idoneïtat de les persones seleccionades i proposta
d’adscripció; entrevista personalment les persones candidates, (...)”.
El nuevo
Decret que modifica profundamente las condiciones de trabajo del sector
educativo, tiene todas las trazas de ser inconstitucional, porque altera el
estatuto de la función pública. Seguramente, los sindicatos recurrirán por la
vía judicial para parar semejante dislate jurídico.
¿Qué
esconde el Decret? La respuesta es sencilla. Adiós a la democracia asamblearia
de los centros educativos. Adiós al claustro de profesores. Adiós a la elección
por parte del claustro del director. Se trata de quitar todos los medios para
que el claustro del profesorado sea una pieza simbólica y decorativa. El Decret
refuerza al director. El modelo del Departament es la configuración y extensión
del “Director-jefe de personal” del centro, que tendrá la función de ser los
ojos y las brazos de la Administración. Se busca un perfil acrítico con el
Departament y crítico con los profesores que no comulguen con las ruedas de
molino de esta “nueva contrarreforma”
educativa.
En la
actualidad, la bajas del profesorado, requieren un mínimo de 15 días para que
sean cubiertas. Eso significa que si el profesor está de baja 10 días, el
Departament, tranquilamente, no envía a nadie. El nuevo Decret lo que quiere es
“productividad”, y eso en el sector de la enseñanza se traduce en aprobados.
Los nuevos tiempos exigen que todos los alumnos aprueben. Si eso no es el caso,
el responsable es el profesor y por extensión el centro y el Director.
El Departament
quiere resultados, como lo querían las empresas que maquillaban sus cuentas con
“ingeniería financiera” y ya hemos visto su resultado. Pero el Departament le importa un pimiento los alumnos. Un ejemplo, si tenemos 60 alumnos, “los
números del Departament” exigen la existencia de dos grupos. Si el centro
establece un nuevo grupo para tratar la diversidad, el Departament, le va echar
en cara que “despilfarre” recursos del centro y por extensión del Departament.
Queremos
ser como Finlandia, Corea y lo que diga la OCDE y su informe PISA. En el fondo
de este problema se esconde una devaluación de lo que se está convirtiendo
nuestras sociedades, unas sociedades amenazadas continuamente, por la política
que sólo sirve a unos amos. Los nuevos amos exigen obediencia absoluta. “Barcelona
World”, por ejemplo, está a un paso de convertirse en realidad. El problema de la fiscalidad
del 55% al 10% parece que solucionado. La política al servicio de la economía,
y es en este contexto donde la educación tiene que rendir créditos. ¿Qué
necesita “Barcelona World”? Casi de todo, pero especialmente, trabajadores del
sector hotelero, jardinería, mantenimiento, etc.. Así que la educación no
requiere ser muy exigente. Cierto, con
el paro que existe, cualquiera dice que no al Casino. “El primer complejo que se levantará será
una sexta parte del total e implicará una inversión de unos 1.000 millones de
dólares (unos 750 millones de euros) y supondrá la creación de 5.000 puestos de
trabajo directos.” (El País, 2-feb-2014).
No podemos ser Finlandia porque allí el
tiempo es un asco. Mientras que España-Cataluña gozamos de un tiempo excelente.
La educación debe estar al servicio de los nuevos managers-políticos que exigen
menos Platón y más obediencia.