La novela de Isabel Allende, “La isla bajo el mar”, es la historia de Zarité una esclava que con su mirada, su empeño por sobrevivir a la adversidad eleva su historia a la condición de un mensaje de esperanza.
La historia se desarrolla en la antigua La Española, cuya denominación por los franceses es Saint-Domingue, y posteriormente Haití. La novela se inicia con una confesión de la propia Zarité sobre lo que ha sido su vida. En su balance escueto afirma: “En mis cuarenta años, yo, Zarité Sedella, he tenido mejor suerte que otras esclavas” (pág.9).
La historia es también el retrato atroz de la esclavitud. Su inhumana presencia en las virtuosas casas de los terrateniente blancos es un ejemplo de las ideas que destruyen la dignidad humana. El terrateniente de la historia es Toulouse Valmorain. Llega a la isla en 1770, era joven e ingenuo, sin saber nada del origen de sus riquezas. Su padre lo llama para que se ocupe de su hacienda. La historia va narrando el paisaje de degradación personal y moral de Toulouse. Zarité entra en la hacienda denominada Saint-Lazare con nueve años. Es esclava de nacimiento y su condición la hace invisible para los blancos.
La historia adquiere perfiles comunes al trato dado por los blancos a los esclavos. No se permitían pensar por un instante lo que se les hacía. Eran una propiedad como los muebles, o los árboles. Se los utilizaba y explotaba sin ningún miramiento ni remordimiento. Tal vez al inicio el joven Valmorain tuviera escrúpulos, pero rápidamente los dejará atrás. Zarité es una sombra que trabaja diligentemente. Valmorian contrae matrimonio con una española Eugenia García del Solar. Zarité será su ayuda de cámara. Sin embargo, Eugenia se adaptará mal al entorno de Saint-Lazare, y lentamente irá perdiendo la cordura. En está situación Toulouse Valmorain buscará desahogo en Zarité. No importa si la viola, porque para el amo es algo que se hace. Está en su derecho. De esas noches donde el amo penetra a Zarité queda embaraza pero el amo no quiere saber nada y arrancan al bebé de las manos de su madre. Le dicen que lo darán a una familia que pueda acogerla. Los escogidos son el teniente Étienne Relais y Violette Boisier, Zarité había estado al inició al servicio de la bellísima Violette. Ésta era mulata, había conocido a Toulouse anteriormente, pues, ella se dedicaba a dar placer a los que podían permitírselo. Y el teniente había quedado prendado de su bella y vitalidad.
La salud de Eugenia hizo necesario trasladarla a Cuba donde residían anteriormente, junto a su hermano Sancho. Lo cierto es que después de su momentánea recuperación vuelven a la isla. Allí concebirá un hijo. Las esperanzas de Toulouse renacen ante la llegada de su primogénito que permitirá que el apellido Valmorain y sus propiedades pasen a sus descendientes. Lo llamaron Maurice.
La misión de Zarité fue ciudar a Maurice, pues, Eugenia volvía a un estado de melancolía infinita. La isla corría aires de revuelta. Los esclavos intentaban huir a las montañas en busca de la libertad. Los desgraciados que cogían eran ajusticiados. En Saint-Lazare el lado siniestro lo representaba la figura de Prosper Cambray. El jefe de capataces era la perfecta herramienta para imponer el terror. En Saint-Lazare aparecía un ilustrado el doctor Parmentier. Él era la voz de la conciencia de Valmorain. Sus discusiones acerca de la esclavitud habían removido ligeramente la conciencia Toulouse Valmorian. El médico aprendía del saber de Tante Rose que vivía en la plantación y era hechicera oficial. Su saber de plantas y recetas caseras sorprendían al doctor por su eficacia y simplicidad.
Zarité seguía cumpliendo los deseos de su amo, ciudar a su hijo y calentarle su cama. Las revueltas se suceden. En las montañas se refugian los esclavos huidos que sueñan con la libertad. En las cocinas descubrirá Zarité el verdadero amor, Gambo. Pero esté quiere la libertad. Zarité queda en cinta de Gambo, de esa unión nacerá Rosette.
El levantamiento de los esclavo lleva a Gambo a las montañas. Zarité piensa en el futuro y su hija. Cuando los esclavos abandonan Saint-Lazare, Zarité toma el mando de la situación y convence a Toulouse de abandonarla antes de que sea demasiado tarde. Hacerle caso, salvará la vida de ellos. En su huida tendrán que salvar los peligros de unos caminos inseguros. Llegan a Le Cap, la batalla parece inminente, los blancos con la ayuda del ejército esperan vencer, pero la unión de los esclavos hace batalla sea sangrienta. Logran huir en el caos hacia uno destino.
El nuevo destino será Luisiana, Nueva Orleans será el nuevo escenario. Sancho había adquirido tierras en nombre de su cuñado. Se proponen reconstruir su hacienda en la nueva tierra prometida. Aparecen nuevos personajes, el más importante es, Hortense Guizot que se casará con Toulouse Valmorian. Y con Hortense en escena, Zarité queda relegada con su condición de esclava. Toulouse había escrito en un papel la libertad de Zarité y su hija. Y Zarité le recuerda su promesa. Maurice y Rosette con sus juegos de niños crean lazos que los conducirán a un exilio forzado. La suerte está echada. El destino ha querido que los dos hermanos de padre se echen en brazos el uno del otro. Maurice sale en busca de fortuna, pero la fortuna no ha acompañado a Rosette que ha caído en las redes de Hortense que hace que la detengan y la encierren bajo una acusación falsa.
Zarité es ahora libre, también ella ha redescubierto el amor con Zacharie. De esa relación nacerá Honoré. Rosette sale de prisión debilitada y destruida, pero aún es capaz de dar a luz a Justin Solar. La da vida, pero ella muere. Zarité ha nacido esclava, pero ahora es libre. Por eso, su vida, a pesar de todos los horrores y humillaciones que ha sufrido, es feliz, por eso baila y acompañada de Erzuli, “vamos juntas galopando a visitar a mis muertos en la isla bajo el mar. Así es.” (pág.511)
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