dissabte, 26 de març del 2011

¿La última trinchera: Pedralbes?

La crisis económica sigue desplegando sus largas alas para dar cabida a todos. En Cataluña se escenifica hoy, una reunión para consensuar –si eso es posible- medidas anticrisis. Adiós al estado del bienestar. Adiós al parlamentarismo. Ahora los debates políticos se alejan del parlamento. No deja de ser una metáfora que el escenario para debatir la crisis sea en Pedralbes. Allí la crisis debe ser devastadora. La crisis sistémica –globalización- que padecemos nos manda la no muy atractiva idea que hay que desmantelar lo que desde la postguerra se denomino el estado de bienestar. Los gobiernos se esfuerzan sin decirnos el porqué de ese desmantelamiento. ¿Acaso no hay otras alternativas a la nueva ola neoliberal? Se afirma que vivimos por encima de nuestras posibilidades. Que han aparecido nuevos agentes en el ámbito internacional: China, India, Brasil, etc., quieren participar de los recursos que anteriormente disfrutábamos en los países occidentales. Ahora toca redistribuir, nos dicen. El nivel de consumo en EE.UU es tan extraordinario que si todos los habitantes del planeta tuvieran ese nivel, necesitaría siete planetas Tierra para poder ofrecer dicho nivel, y eso obviamente es imposible. Pero ¿quién parece estar al margen de todo esto? Los mercados financieros han recibido unas transferencias astronómicas desde los Estados que hacen ahora, que estos mismos Estados se vean con serias dificultades para sostener su equilibrio financiero que pone en peligro los servicios básicos como sanidad, educación, etc.,.


La redistribución en un orden global supone retos sin precedentes. La idea que Occidente ha tenido es que el orden del mundo tenía como consecuencia el milagroso resultado de beneficiar a las economías occidentales. La pobreza generalizada en los países subdesarrollados era la condición para el bienestar de las sociedades democráticas occidentales. Juego de suma cero, si yo gano tu pierdes. La globalización parece indicar que ese status quo está finalizando. Nuevos jugadores aparecen en el escenario y repartir supone tener menos. ¿Cómo conciliar el mantenimiento de los niveles de bienestar nuestros y los que aspiran a incrementarlos?


He vivido en la España de los sesenta donde la precariedad en todos los órdenes de la vida era muy grande. He visto aumentar lentamente el bienestar de nuestra sociedad hasta convertirnos en nuevos ricos. En ese pasado reciente tuve familia que emigro a Europa. Y hoy somos nosotros receptores de emigración. Mi propia familia vino de Andalucía para buscar oportunidades en Cataluña a finales de la década de los cincuenta. Sé por experiencia lo que es apretarse el cinturón.



La idea de una sociedad más justa y equitativa pasó a ser en el discurso político –democrático- un objetivo en la agenda colectiva. La sociedad española aspiraba a los niveles de vida de los países de nuestro entorno. La entrada en la UE fue el paso decisivo para entrar en ella y ser europeos. Vivimos décadas prodigiosas. Pero nuestros políticos no supieron crear un tejido sólido en el ámbito económico, cultural y social . Nos deslizamos hacia el sector servicios. Hemos derrochado y malgastado. Todos nos hemos beneficiado del dinero fácil del acceso a un consumismo desaforado. Los bancos han jugado un papel crucial en todo este proceso. La propaganda oficial y privada nos habían dicho hasta la saciedad que nuestras entidades financieras eran solventes. Pero en los últimos tiempos parece que esa solvencia se ha puesto en entredicho. Un síntoma es la unificación de Cajas de Ahorro. El boom inmobiliario cogió a todas las entidades a contrapié. Nadie ha tomado la decisión de poner en los balances la pérdida de valor de esos activos que se han convertido en tóxicos. De momento, los bancos maquillan resultados porque el parque inmobiliario lo mantienen artificialmente. No ha habido una bajada significativa en el precio de la vivienda. Ha habido una bajada del orden del 15 al 25% del precio anterior al boom. Nadie ha asumido responsabilidades. Pero a falta de éstas, lo que sí ha habido es trasladar la factura a la sociedad, y en especial, a las rentas del trabajo.


Los gobiernos español y ahora el catalán, quieren que nos apretemos el cinturón. Medidas antisociales como elevar las pensiones, ¿tiene sentido pasar de 15 años de cotización a 35 años sin solución de continuidad? En una sociedad donde el paro castiga a los jóvenes y a los mayores de 47, ¿cómo se puede explicar el aumento en la edad de jubilación? Recortes en educación, distribuidos de forma muy aleatoria, hay centros de enseñanza pública –Cataluña- que el recorte va de un 9% a un 29%. Medidas drásticas en sanidad, lo que obligará a ralentizar las listas de espera y el retraso de nuevas inversiones. Y todo ello fuera del espacio político, es decir, en sede parlamentaria. ¿No están nuestros políticos para hacer política? ¿O es por qué no pueden hacer nada, o bien la economía ha colonizado la política y con ella la responsabilidad, trasladando las responsabilidades a esferas irresponsables como el mercado?. Se nos dice que estas mesas de negociación pretenden que sea la sociedad civil –sea eso lo que se quiera entender-, quienes tomen conciencia de las dificultades y que busquen soluciones. ¿Pero entonces qué sentido tienen nuestros representantes políticos? ¿Son acaso los políticos meros administradores de los intereses del mercado?


Transcribo un fragmento que por su interés no me puedo estar en reproducirlo:

“ Durante cada crisis comercial, se destruyen sistemáticamente, no sólo una parte considerable de productos elaborados, sino incluso que las mismas fuerzas productivas ya creadas. Y todo eso, ¿ por qué? Porque la sociedad posee demasiada civilización, demasiados medios de vida, demasiada industria, demasiado comercio. Las fuerzas productivas de que dispone no sirven ya al desarrollo de la civilización burguesa y de las relaciones de propiedad burguesas; por el contrario, resultan ya demasiado poderosas para estas relaciones, que constituyen un obstáculo para su desarrollo; y cada vez que las fuerzas productivas salvan este obstáculo, precipitan en el desorden a toda la sociedad burguesa y amenazan la existencia de la propiedad burguesa. Las relaciones burguesas resultan demasiado estrechas para contener las riquezas creadas en su seno. ¿Cómo vence esta crisis la burguesía?. De una parte, por la destrucción obligada de una masa de fuerzas productivas; de otra, por la conquista de nuevos mercados y la explotación más intensa de los antiguos. ¿De qué modo lo hace entonces?. Preparando crisis más extensas y más violentas y disminuyendo los medios de prevenirlas." (K.Marx)

El texto presenta quien quiera leerlo sin prejuicios como un excelente ejercicio de prognosis del sistema capitalista. El último párrafo, parece un diagnóstico acertado sobre lo que sucede actualmente. Es cierto que no todos los países sufren por igual esta crisis. Sin embargo,  es llamativo que sea Europa quien se está llevando una parte importante de esta crisis. ¿Quiere decir que está surgiendo una nueva clase social? A través de esta crisis se nos está diciendo que es imprescindible un nuevo sistema productivo. Se ha destruido tejido productivo. Como nos dice en el texto, la aparición de nuevos mercados es condición imprescindible para salir de la crisis. China y la India son dos mercados gigantescos. ¿Podemos suponer que estos mercados, a su vez, entren en crisis? ¿Qué consecuencias tendrían para el resto de mercados? Quedan por explotar nuevos yacimientos. África es la gran reserva a largo plazo. América latina es ya un mercado en vías de explotación. Productos globales, políticas económicas a escala global y beneficios privados que aparecen en cualquier rincón del planeta, gracias a los mecanismos de las instituciones financieras. ¿Qué nos queda a los ciudadanos? No podemos seguir con la idea del ciudadano libre de su destino, porque eso es simplemente falso. Se requiere que ese ciudadano se una a otros para obligar a aquellos que nos representan a realizar otra política que sirva a los ciudadanos y no a esos mercados que son anónimos y que buscan exclusivamente su propio beneficio a expensas de los demás.

dimarts, 22 de març del 2011

Desde el balneario (VII)

Japón y Libia siguen siendo los polos de atracción en el plano internacional. Japón empieza a comprender la magnitud del desastre en vidas, cerca de 20.000 personas y unas pérdidas cercanas al 4% del PIB. Amén de la amenaza nuclear. La situación sigue siendo "extremadamente difícil", según el ministro de industria Banri Kaieda. Muchas noticias sobre la central, y todas ellas tienen como objetivo la puesta en marcha de los sistemas de refrigeración. Mientras esto no sea posible, el peligro nuclear planeará en Fukushima y por extensión al Japón.


Hablar de cifras de muertos puede resultar una contabilidad macabra, pero detrás de las muertes, hay una auténtica tragedia humana. No será fácil rehacer el tejido social que el terremoto ha devastado. Además el peligro latente de la central nuclear ha hecho más dramática si cabe el proceso de búsqueda de supervivientes, traslados forzosos a zonas más seguras, incertidumbre sobre el futuro de cientos de miles de personas en un área devastada son costes humanos imposibles de evaluar. El gobierno japonés y la sociedad japonesa tienen delante un reto gigantesco.



Libia es ahora escenario de una guerra larvada. La coalición internacional –EE.UU, Francia, el Reino Unidos, y otros-, han intervenido militarmente en suelo libio. Gadafi sigue empecinado en mantenerse a toda costa en el poder, y esta situación puede dar lugar a un conflicto, de larga duración. La coalición misma tiene dudas acerca del alcance real de las operaciones militares. ¿Hay que desbancar a Gadafi? Al parecer la respuesta incongruente es que no. Solo se interviene para salvaguardar a los civiles libios. Se hace difícil compaginar una intervención internacional y pretender que en el trascurso del tiempo, Gadafi pudiera mantenerse en el poder. Si así fuese, significaría que Gadafi ha podido frenar las aspiraciones del pueblo libio, pero si el pueblo libio era objetivo militar de Gadafi, entonces, ¿cómo es posible que no se le quiere defenestrar? La retórica internacional habla de intervenciones humanitarias, pero de momento, la intervención no se limita al espacio aéreo, sino que supone el ataque de objetivos concretos contra convoyes militares gubernamentales.



España ha puesto su grano de arena en esta coalición. El Congreso ha ratificado la intervención, modesta, pero en época de crisis y ajustes ¿podemos permitírnoslo? Los partidos mayoritarios han dado el visto bueno. Mientras la comunidad internacional hace alarde, en la franja de Gaza, Israel mantiene a los palestinos en un limbo geográfico donde nadie puede actuar para salvaguardar a la población civil. Se puede bombardear impunemente contra la población civil, hoy mismo, 8 muertos, dos de los cuales son menores de edad. Impunidad para los ocupantes israelíes. La excusa interminable de responder a las “agresiones” de Hamas. El mundo sigue siendo un mundo hobessiano, Libia es pequeño, no en extensión, pero sí como estado, mientras otros estados, son pequeños en extensión, pero imponen la ley del más fuerte, además gozan del respaldo, por omisión de la comunidad internacional. Israel, apoyaba al autócrata H.Mubarak. Era su aliado más fiel. Alardea de democracia, pero en los territorios ocupados, intercambia bombardeos de la aviación frente a lanzamientos de cohetes –bombas-. ¿Hasta cuándo, Israel seguirá siendo el hooligan consentido de Oriente Medio?

divendres, 18 de març del 2011

Desde el balneario (VI)

Viernes 18 de marzo 2011


La primera plana del “El País” no es el Japón sino una resolución de ONU estableciendo un área de exclusión en Libia. Gadafi podrá negociar y ganar tiempo. Al parecer los esforzados campeones de la democracia y la libertad, a saber, EE.UU, Reino Unido y Francia preparan un ataque a Libia. La cobertura legal de ONU Resolución 1970, les permitirá dicha actuación.  ¿Qué objetivos tendrán en mente? ¿Cómo ayudar a la población libia? ¿Bombardearán las instalaciones militares que estos mismo gobiernos suministraron durante décadas? Bengasi –tomada por fuerzas de la oposición- ¿podrá salvarse de un enfrentamiento con las tropas gubernamentales?





La situación en Japón sobre la central nuclear, nos dicen, es menos crítica que ayer. Al parecer el agua lanzada desde helicópteros ha enfriado algo el reactor. Como no soy experto no puede hacer afirmaciones con conocimiento  de causa. Pero desde la óptica profana, no parece un método muy fiable el lanzar agua hacia el contenedor donde se aloja el reactor. ¿Quiere decir que el agua llega directamente al reactor? ¿Qué esa agua se filtra por la estructura –dañada- y llega a las piscinas de refrigeración? ¿No parecería más eficaz introducir a través de conductos inyectar agua para refrigerar la instalación? Si no se hace ¿es debido a los índices de radiación altos? Sin embargo, a las 10,42 aparece en las agencias informativas que ha subido el nivel de alerta de 4 a 5. Los reactores 2, 3 y 4 sigue saliendo humo blanco (¿radiactivo?.“ El nivel 5, según lo que marca la escala de INES, equivale a "Accidente con consecuencias de mayor alcance", frente al 4 "Accidente con consecuencias de alcance local". Chernobil adquirió el nivel 7. Como se ve por la descripción criptica, el nivel 5 supone la posibilidad de ir hacia los siguientes niveles. La situación de Fukushima aparece explicada sin ambages en un gráfico del “El País”. Sin ser experto, la situación parece desesperada. Pero al parecer hay margen de maniobra. Supongo que los expertos intentarán parar esa escala apocalíptica. 





dimarts, 15 de març del 2011

Desde el balneario (V)

En el plano internacional la catástrofe ocurrida en el viernes 11 de marzo en Japón acapara toda la prensa. El terremoto de 8,9 en la escala de Richter ha provocado al menos un millar de muertos, de momento, y la destrucción de grandes infraestructuras. En estos momentos cunde el temor de que la central nuclear de central de Fukushima pueda sufrir daños su núcleo. Se han tomada medidas preventivas para evacuar a cerca de 45.000 personas.





Un tsunami ha provocado una auténtica catástrofe llevándose por delante todo cuanto tenía por delante. La ola ha llegado hasta 5km hacia el interior. Parece que la ciudad de Tokio no se ha visto tan afectada por estar cerca de 250 km de distancia del epicentro del terremoto. Un terremoto de esta magnitud en cualquier otra zona del mundo hubiera provocado un desastre humano y material sin precedentes, sin embargo, en Japón, han podido minimizar el impacto gracias a las medidas contra esta clase de catástrofes, que por su situación geográfica están permanentemente expuestos.

Lo que está sucediendo en Japón es terrible. Ahora el escenario del apocalipsis sube un escalón más debido a la central nuclear de Fukushima que se debate entre el desastre -esperemos que no- de contaminación radiactiva y la posibilidad de reducir la catástrofe si logran enfriar en núcleo del reactor. Nadie sabe lo que puede suceder. Habrá que esperar las próximas horas para saber si el desastre toma forma de nube radiactiva o por el contrario, se puede reducir ese peligro.

Los muertos descansan en cualquier lado. Los vivos se sienten anonadados ante la magnitud de la catástrofe. La tecnología que puede ser y es un aliado puede acabar siendo una pesadilla en estas horas de incertidumbre. Los medios humanos japoneses despliegan un colosal esfuerzo. La sociedad japonesa está demostrando al mundo un grado de civismo extraordinario. En medio del caos, la sociedad se sigue rigiendo por normas. Una mezcla de resignación y voluntad de poder recuperarse deben ser hoy una muestra del estado de ánimo.

Mientras que en Europa, hasta hace unos días se vivía una especie de euforia nuclear, debido a los precios del petróleo, hacían alargar la vida útil de las centrales nucleares. Pero ahora, todos son recelos y dudas. Estos dos sentimientos expresan lo que hoy es Europa. No nos merecemos estos gobernantes que no tienen ningún objetivo digno de ese nombre. Todos son meros gestores –pésimos- de intereses de los mercados. Han dejado sus responsabilidades en manos de los mercados.

Mientras en Libia Gadafi puede seguir ganando tiempo. El terremoto es una bendición para él. La atención mundial dejará de ver a Libia y el foco se desplaza hacia el Japón. Podrá seguir bombardeando y ganando terreno militar y estratégico de cara a un desenlace que hoy por hoy parece incierto, pero especialmente para los sublevados.


Bradley Manning es el nombre que según fuentes del pentágono filtró documentos a Wiki-Leaks. Un soldado raso que puede conectarse a los ordenadores del pentágono ¿eso es posible?. Manning está siendo objeto de "tortura legal". Según el representante demócrata por Ohio Dennis Kucinich. "¿Qué es esto? ¿Quantico o Abu Ghraib"?. En la etapa Obama también es posible Guantánamo. ¿Qué clase de justicia es esa? Manning tendrá que responder por sus acciones, pero ¿es necesaria esa situación degradante al que se le somete? ¿Qué clase de seguridad existe en el pentágono, o en el Departamento de Estado? Cada noche, en su celda, le obligan a desnudarle y le dejan desnudo en ella durante siete horas, hasta las cinco de la mañana. Según las autoridades militares se hace por su bien, para que no intente suicidarse. Desde el 26 de junio de 2010 fue arrestado por filtrar información clasificada. El arresto se debió a la denuncia de Adrian Lamo antiguo “hacker” que había contactado Manning.  Julian Assange debería haber hablado para defender a Bradley Manning del infierno que se le está haciendo pasar. Algunos pueden declarar guerras basadas en mentiras y no pasarles nada, pero si se denuncian los abusos de esas guerras eres considerado un traidor. ¡Nuestros políticos prefieren mil veces Abu Ghraib que un Manning!


dissabte, 12 de març del 2011

Miseria moral

La conmemoración de los atentados del 11-M de 2004 sigue siendo después de siete años motivo para la discordia. Se oyen voces que piden que se investiguen pistas que desde la extrema derecha se jalean sin el menor rubor. Los peores atentados de la historia de España sigue siendo motivo para la desunión entre las víctimas. Así, por ejemplo, la presidenta de la Asociación 11-M Afectados de Terrorismo, Pilar Manjón, afirma: "Déjennos deambular con nuestro dolor. Dejen en paz a nuestros muertos". Mientras que la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza afirma tranquilamente: "A día de hoy no sabemos qué estalló en los trenes ni quien colocó las bombas ni lo más importante: quién ordenó la masacre. Reclamamos a todos los que tienen responsabilidades públicas que nos miren a los ojos y se atrevan a decirnos que el 11-M es un caso cerrado".


La desunión es tal que ni las propias instituciones son capaces de establecer un acto unitario. Las tesis de la conspiración siguen vivas, mientras la extrema derecha siga agitando las ondas mediáticas que el PP concedió a los "amigos de viaje". Las ondas tóxicas seguirán produciendo su veneno para calmar el desasosiego que les produjo que la ciudadanía rechazará las mentiras del gobierno y su desvergonzada falta de reflejos para cambiar de opinión.



Han pasado siete años, la extrema derecha, aquella que sueña con Franco pero que habla de libertad - incluso son tan modernos que hablan de digital-, solo la suya, insiste con cajas destempladas que vivimos en la mentira. Ellos se han propuesto que su verdad vuelva a resplandecer en una llamarada de odio. Así que no me esperen. Parece claro que visto estos sietes años, hay víctimas de primera y de segunda. Nuestra sociedad no se merece semejante división. Quienes las promueven, las amparan y las justifican deberían pensar que eso también es terrorismo.

diumenge, 6 de març del 2011

Estampas postales



La estampa está tomada en la convención  de Palma de Mallorca este fin de semana. El lugar escogido es emblemático de los desaguisados del PP balear en las tramas de corrupción. Son pocos y todos se conocen, es lo que tienen las islas. En la  instantánea se ve a Rajoy en un gesto de que no sabe uno si es de rechazo, de asombro o vete a saber lo que le pasa por la cabeza. El del perfil es el Presidente de la Comunidad Valenciana. 

Imputado en el caso Gürtel acaba de  suscribir un documento en el que, entre otras cosas, se comprometió a luchar contra la corrupción. Igual acaba siendo papel mojado. Es lo que toca en ese acto partidista del PP. F.Camps siempre a insistido que sus trajes se los paga él mismo. Habría que decir como todos.  Partiendo de la presunción de inocencia del art. 24.2 del la CE., habrá que esperar para ver como acaba este enredo que dice poco sobre la política y los políticos. 



En política se debe exigir máxima transparencia en estos asuntos. Por lo que parece F.Camps le cuesta entender su significado. No vale escudarse detrás del electorado para asumir responsabilidades. El hecho que se pueda ganar unas elecciones no puede exculpar a nadie de los posibles ilícitos penales. Seguramente la ciudadanía valenciana debe pensar que Camps es mejor que los de la oposición. El PSV debería examinar porque la ciudadanía le da la espalda a los socialistas y voto mayoritariamente al PP que tiene en sus filas a alguien que está bajo sospecha.

dissabte, 5 de març del 2011

Desde el balneario...

Lo que sucede en Libia es una página trágica sobre la condición humana. Un dictador y sus huestes del terror que pretenden mantenerse a toda costa. Una sociedad que lucha por su libertad y que están pagando carísimo, en vidas, este deseo. Y una comunidad internacional que está enfrentada a sus propios intereses. España, por supuesto, no pinta nada en todo lo acontecido. Antaño éramos los amigos de los pueblos árabes, eso es lo que se decía, ahora no somos más que comparsas. Cierto, en Libia hay intereses de empresas como Repsol y Gas Natural que nos hacen la vida a todos más fácil sí he de creer en su propaganda interesada. Petróleo y gas a cambio de armamento y silencios cómplices. Nada de lo que otros países europeos no hagan.


El régimen sigue enrocado hay cientos de muertes entre los civiles en un escenario de guerra civil encubierta. Desplazados que huyen hacia Túnez –trabajadores de otros países-. Mientras la “comunidad internacional” trata de decir algo, pero no se sabe qué. El factor tiempo juega a favor de Gadafi y su camarilla. Los  mercados ha dictaminado que el precio del petróleo suba de forma imparable. Nuestro presidente se va a los Emiratos árabes en busca de financiación y en su gira aterriza en Túnez para hablar de transición y promesas que no puede cumplir ni liderar. España que es dependiente en un 80% del petróleo ha puesto en marcha un plan para reducir en un ilusorio 5% su dependencia. Parece muy poca cosa. No nos hemos plateado un plan más ambicioso y de larga duración. Siendo un país de sol y con una orografía propicia para los vientos, se ha avanzado muy lentamente en fuentes energéticas limpias –energía solar y eólica-. Las nucleares pudieran ser una opción, pero se requiere una financiación que las empresas eléctricas no están dispuestas a financiar, acostumbradas como están a subvenciones eternas. Seguramente, la propia dinámica de las cosas, empujará a realizar medidas más audaces e impopulares.