dimarts, 24 de desembre del 2019

Birmania-Singapur (XI): Política


Un poco de historia....

I

La colonia salvada: Malasia*


Malaya fue la única de las colonias asiáticas que los británicos decidieron defender desde el primer momento. Su justificación era que había que salvaguardar los intereses occidentales en una zona que proporcionaba el 85%  de la producción mundial del caucho natural, el 45% del estaño y un 23% del cromo. En los años difíciles de la inmediata posguerra, Malaya era la mayor fuente de dólares del imperio (…).

La difícil tarea que los británicos emprendieron en este territorio, y que puede considerarse como el último gran éxito de su política colonial, comenzó con la construcción de un estado que tomó como pretexto una inexistente nación malaya, y se completó con el paso, más arriesgado aún, de unirle los territorios británicos del norte de Borneo en una Federación de Malasia, que no tenía otro objeto que ponerlos bajo el control de un poder amigo, fuera del alcance de las ambiciones indonesias, a la vez que se aseguraba con ello de que hubiese en el conjunto de la federación un predominio numérico de la población étnicamente malaya sobre la china.

Durante la segunda guerra mundial muchos malayos había colaborado con los japoneses, mientras la resistencia la protagonizó la guerrilla, esencialmente china y comunista (…), que combatió al lado de los británicos y se desmovilizó al término del conflicto, esperando que los ingleses otorgarían la independencia a la colonia, como iban a hacer con la India y con Birmania, y dispuestos por ello a seguir colaborando en la paz com lo habían hecho durante la guerra.



Pero en 1948 los británicos firmaron un acuerdo con los nueve sultanes malayos para formar la Federación Malaya y los plantadores comenzaron a expulsar de la tierra que cultivaban a los campesinos chinos que se habían instalado en ellas durante la guerra, mientras los británicos destruían las organizaciones sindicales. (…) se inició entonces una nueva lucha por la independencia, que la maquinaria informativa británica pretendió reducir a bandidaje.



(…) La campaña, que los británicos llegaron a emplear 50.000 hombres y unos  recursos de que andaban escasos, se completó con una operación e que medio millón de campesinos de etnia china fueron trasladados a “pueblo protegidos” (…). La campaña de “emergencia” fue, no solo la última gran operación imperial británica, sino también, se ha dicho, “la única victoria real de la guerra fría en Asia”.





En 1957 una Gran Bretaña que no necesitaba ya en la misma medida los recursos de este territorio, puesto que producía caucho sintético en la metrópoli, y que no tenía capacidad para seguir controlándolo, decidió darle la independencia con un gobierno favorable al mantenimiento  de los intereses británicos, presidido por el Tunku Abdul Rahman, hermano del sultán de Kedah, que había obtenido un 1955 un rotundo triunfo electoral al frente del UMNO (PKMB en malayo), aliado a las organizaciones representativas de los pobladores de origen chino e indio, pero que inició, una vez obtenida la independencia, una política discriminatoria a favor de los malayos.



En 1963 el proceso de consolidación se completó al crear la Federación de Malasia, que reunía Malaya, la ciudad estado de Singapur*  y las dos posesiones británicas en el norte de Borneo (…).



Tras las revueltas raciales 1969, el nuevo estado consiguió un cierto grado de estabilidad sobre la base de un contrato social en que indios y chinos accedían a la ciudadanía, pero dejaban a los malayos y otras etnias nativas (los bumiputras o”hijos de la tierra”) un acceso preferente a los cargos de gobierno y a la educación: ellos garantizó unas décadas de crecimiento económico, bajo la dirección del UMNO, de las que los ciudadanos de etnia china sacaron buen provecho.



* Una unión problemática, por el temor de los malayos al peso que podía tener en el conjunto de la federación esta entidad de mayoría étnica china, y por los conflictos raciales que se produjeron en 1964, lo que explica que el Tunku expulsase Singapur de la federación en 1965 y le obligase a constituirse como nación independiente, dirigida por ese singular personaje que es Lee Kuan Yew, primer ministro de 1959 a 1990 y algo así como “primer ministro emérito” (minister mentor) todavía hoy: un jefe de gobierno que recibió la noticia de su independencia forzada, caso único en la historia del colonialismo, “lamentando con lágrimas ‘ese momento de agonía’” y que ha construido un singular ejemplo de democracia autoritaria.

* Josep Fontana, Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945. Ed.Pasado&Presente, Barcelona, 2011



II


Thomas Stamford Raffles (1781-1826) hubo de abandonar prematuramente el colegio y buscarse un empleo que permitiera sostener a su madre y hermanas. Empezó como subalterno de la East India Company, teniendo catorce años, y en cada uno de los puestos que la empresa le fue ofreciendo demostró una gran valía, a la vez profesional y humana, como tantos otros ingleses extraordinarios de aquella época. Los trópicos asiáticos le hacían caer enfermo con frecuencia, pero no solo se sobreponía a los achaques para cumplir el trabajo, sino que hallaba tiempo para compensar su falta de formación académica con autodidactismo. Teniendo veinte años —mientras estaba destinado en Penang y los ingleses temblaban ante un Napoleón que gobernaba también en Holanda—, inició minuciosas investigaciones sobre geografía, política, botánica y lenguas del área, que culminaría una década más tarde con los dos volúmenes de su Historia de Java (1817).



El resultado de las pesquisas encomendadas por Lord Hastings, el gobernador, fue una pequeña isla —42 kilómetros de largo por 23 de ancho—, apenas poblada entonces por algunos agricultores chinos y pescadores malayos, que ofrecía un espléndido abrigo a cualquier flota imaginable. Si Napoleón dijo que en el puerto genovés de La Spezia cabía cómodamente toda la marina militar europea, Raffles observó que allí cabría con la misma comodidad toda la marina militar del planeta. Así nació Singapur (de singha-pura, «aldea del león», atendiendo —según la leyenda— a una confusión entre leones y tigres), comprada dos años más tarde a un sultán. Redactando el acta fundacional del lugar, Raffles lo definió como «puerto libre, abierto sin discriminación al comercio con cualquier país», una impronta que ya no lo abandonaría.



Con todo, Singapur no sería el emporio que ahora es sin el concurso de otro hombre excepcional. Hijo de una rica familia china, asentada de antiguo en la colonia, Lee Yuan Kew (1923—2015) se graduó con máximos honores en Cambridge cuando terminaba la Segunda Guerra Mundial, en una época donde el Labour Party convencía a casi todos, y volvió a su tierra convertido en un halcón jurídico al servicio de sindicatos obreros. La colonia enveredaba por caminos de autogobierno, abriendo cauces para la creación de formaciones políticas, pero al fundar el PAP (People’s Action Party) Kew comprendió que necesitaba distanciarse tanto del programa socialista como de los intereses representados por la oligarquía local. En otras palabras, el bienestar no dependía de emprender una política redistributiva de rentas, ni de planificar rigurosamente la economía, sino de fortalecer un mercado que produjese más y mejores bienes y servicios. Con esa postura —tan herética a mediados de los años 50— ganó los primeros comicios de Singapur, saliendo él elegido por uno de los guetos pobres de la ciudad. Primer ministro desde 1959, Kew sigue siendo en 2001 Senior Minister, aunque desde 1990 traspasase el peso del gobierno a un equipo de delfines, formado básicamente en Harvard y Stanford**.

** Antonio Escohotado, Sesenta semanas en el trópico. Viajes por el planeta interior. Ed.Anagrama, 2003

III

GOBIERNO E INSTITUCIONES***

Desde la independencia en 1965, después de ser colonia británica y de una breve integración en la Federación Malasia, la vida política ha estado dominada por el People’s Action Party (PAP) y  por su fundador Lee Kuan Yew. Aunque se respetan las formalidades de los procesos electorales y hay un sistema judicial, el Gobierno/Partido tiende a asimilar su ideología y su ejecutoria con las del Estado. El Gobierno ejerce cierta censura de los medios de comunicación y limita la distribución de publicaciones extranjeras. La situación podría resumirse afirmando que se trata de un “Estado fuerte”, no basado principalmente en la coerción, sino en un amplio consenso
sistemático, y en la gran capacidad del Gobierno para aunar voluntades y movilizar a la población hacia los objetivos fijados por el poder ejecutivo.

En marzo 2015 falleció el patriarca de Singapur Lee Kuan Yew, y el actual Primer Ministro, su hijo, Lee Hsien Loong (quien había estado enfermo), se presentó a las elecciones parlamentarias que se celebraron en septiembre de 2015, obteniendo el PAP casi el 70% de los votos (y 81 de 87 escaños en el Parlamento), recogiendo así los frutos de sus medidas populistas. La oposición (ocho partidos de los que el Workers Party es el más fuerte) apenas tuvo opciones.

En lo que respecta al cargo de Presidente del país, el 31 de agosto de 2017 terminó su mandato presidencial el Dr Tony Tan. Si bien las nuevas elecciones presidenciales estaban previstas para la última semana de septiembre y reservadas a candidatos de la etnia malaya, el 13 de septiembre se designó como Presidente de Singapur a Madam Halima Yacob, anterior Portavoz del Parlamento de Singapur, al haber sido la única candidata (de los tres inicialmente presentados) que superó los requerimientos exigidos para la presentación de candidatura.




POBLACIÓN ACTIVA Y MERCADO DE TRABAJO. DESEMPLEO

Singapur ha disfrutado de una baja tasa de desempleo que se ha mantenido durante los últimos años, a pesar de los acontecimientos internacionales.

En 2018 la tasa de desempleo media anual se situó en un 1,9% frente al 2% registrado en 2017. El desempleo se ha mantenido constante según sean ciudadanos de Singapur o residentes, manteniéndose en un 3,1% para el caso de los nacionales y en el 3% para los residentes, se supone que la totalidad de los ex patriados que viven en Singapur que demandasen empleo, lo tendrían.

La población activa (residentes y no residentes) en 2018 fue de unas 3.650.000 personas, con una tasa de participación del 68,0%.

Las recientes medidas de restricción para la contratación de personal de otras nacionalidades que ha implementado el gobierno nacional (para garantizar el empleo de sus nacionales y los altos niveles salariales) junto con los problemas demográficos y de natalidad de Singapur podrían suponer que el mercado laboral se contraiga de manera muy significativa en los próximos años, de igual manera que la ralentización económica afectará sin duda a un mercado de trabajo en el que los salarios han estado creciendo en términos reales a tasas cercanas al 3% en los últimos 4 años. Por primera vez en años, el Gobierno de Singapur se enfrenta a un incremento de desempleados de cerca de 10.000 personas en los primeros meses de 2019.

DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA

El dato del PIB por habitante en Singapur y su evolución histórica es espectacular y da una idea del éxito de las políticas económicas llevadas a cabo en su corta historia.

El PIB per cápita en 2018 se situó en 87.0118 SGD (55.800 euros), lo que significa una subida cercana al 4% en relación al dato de 2017.




Entre 2000 y 2016 el índice Gini ha pasado de 0,430 a 0,458. Este proceso no ha tenido lugar sin producir consecuencias negativas para la sociedad singapurense: disminución de la cohesión social, cierta desafección respecto al sistema económico y político de una parte significativa de la población. Si bien, estos últimos tres años ha entrado en una mejor tendencia, según el Departamento de Estadísticas del Gobierno de Singapur, el coeficiente Gini es de 0,402 (2017), ajustado teniendo en cuenta las transferencias e impuestos.


9º Ranking 

La población en todo caso parece estar de acuerdo con las políticas (sobre todo más recientes en 2016, 2017 y 2018) del gobierno que alcanzó casi el 70% de los votos en las elecciones generales (cada cinco años) de septiembre de 2015. No parece que el gobierno haya perdido apoyo popular.




El presupuesto de este año contiene una serie de beneficios fiscales para las personas: el presupuesto pone un gran énfasis en mejorar la vida de familias y hogares con la introducción de nuevos programas de apoyo social dirigidos a personas de bajos recursos. Los ancianos también se benefician fuertemente con la introducción de los llamados Merdeka Generation Fund que se dirige a las personas nacidas en la década de 1950 y les proporcionará mejores coberturas médicas. Otros años los presupuestos se volcaron en las generaciones de los años 40s. Los gastos en asistencia sanitaria aumentarán un 10,3%. El aumento proyectado de la tasa de GST (IVA) entre 2021 y 2025, que constituye un tema delicado para los menos privilegiados también se abordó en el discurso del presupuesto y se dio la seguridad de que el aumento se mitigará para los hogares con menores ingresos mediante un paquete de compensación del GST.

Actualmente el IVA se encuentra en un tipo general del 7% y se está planteando su subida al 9% (tipos máximos IRPF – 22%, tipo máximo para las empresas 17%).

https://www.icex.es/icex/es/navegacion-principal/todos-nuestros-servicios/informacion-de-mercados/estudios-de-mercados-y-otros-documentos-de-comercio-exterior/DOC2019 831643.html

dilluns, 23 de desembre del 2019

Un altre Nadal sense ells




Birmania (X): Política (y II)

Un poco de historia....

I

“Un caso aparte es el de Birmania, cuyo aislamiento comenzó con el golpe militar de 2 de marzo de 1962, que cambió su nombre por el de Myanmar, y lo sometió a una dictadura militar que ha seguido en el poder hasta 2010. Su primer representante, el general Ne Win, sumió al país en una etapa de crisis económica, con la pretensión de instalar “la vía birmana al socialismo”, que concretó en una combinación de aislamiento internacional, nacionalización de industrias, resistencia a la tradición budista (Ne Win, sin embargo, se guiaba en su política por el consejo de adivinos y astrólogos) y represión. (…) [en plena guerra de Vietnam], la dictadura militar fue vista inicialmente con buenos ojos por parte de “Occidente”.




En 1987 Ne Win, aconsejado por su astrólogo, decidió cambiar las denominaciones de la moneda, expresadas ahora en múltiplos de nueve, y convertir tan solo los billetes depositados en los bancos del gobierno, mientras los ahorros que se conservaban en los hogares quedaban sin valor, lo que aumentó el caos económico. Pérdida la confianza de sus compañeros militares, se le obligó a dimitir, reemplazado por una nueva junta militar que hubo de enfrentarse a las protestas populares de 1988, nacidas de la desastrosa situación económica, que se iniciaron con una huelga el 8 de agosto (se suponía que el “8/8/88” tenía augurios favorables), y fueron reprimidas con más de 3000 muertos.


Fue en estos momentos cuando apareció en escena Aun San Suu Kyi –hija de Aung San, uno de los protagonistas de la independencia-, encabezando la Liga Nacional para la Democracia, que ganó por amplia mayoría las elecciones (60%). (…) los militares se negaron a aceptar los resultados de la elecciones y mantuvieron durante años en arresto domiciliario a Suu Kyi, que obtuvo el premio Nobel de la Paz en 1991, y continuaron con un régimen de rígida dictadura que mantenía al país aislado del mundo exterior, sostenido por la venta de sus recursos naturales de petróleo, gas natural, oro, madera (teca) y gemas. 

Las alianzas económicas establecidas con Tailandia y con China, a cuenta de la explotación de sus recursos naturales, permitieron pacificar las zonas de frontera y llegar a acuerdos con muchos de los grupos guerrilleros. La nueva prosperidad se vio aumentada a partir de los años noventa con el descubrimiento de depósitos de gas natural en las aguas costeras, que facilitaron a los militares gestionar apoyos políticos por parte de quienes  deseaban sacar provecho de estos recursos, en especial de China e India, y les proporcionaron abundantes ingresos con los que realizar grandes obras públicas, que han incluido la construcción de una nueva capital, Na Pyi Taw o Naypidaw, donde la casta militar vive separada del pueblo, a la vez que la de centenares de pagodas. La nueva riqueza solo ha llegado, sin embargo, a los clanes militares y a su entorno, mientras que por su índice de desarrollo humano Myanmar se sitúa en 2010 en el lugar 132, por detrás de Bangladesh o Camerún.

Una nueva amenaza para la estabilidad del régimen se produjo en septiembre de 2007, con un rasgo nuevo, como era el protagonismo asumido en la protesta por los monjes budistas, que se manifestaron en masa portando símbolo de la fallida revolución de 1988, y que fueron, de nuevo, objeto de una durísima represión.


El general Than Shwe

El hombre que desde 1992 estaba al frente del poder militar, el general Than Shwe, decidió en 2010 disolver la Junta, liberar  a Aun San Suu Kyi y organizar unas elecciones, a las que no esta ni su partido se pudieron presentar, y que fueron denunciadas internacionalmente como un fraude, pero que parecían iniciar una cierta transición hacia la democracia, aunque manteniendo un considerable peso del poder militar, que cuenta con el apoyo de China (que está construyendo un gigantesco gaseoducto), de la India y de Corea del Sur, pendientes de aprovechar los recursos del país. Con estos ingresos, y con un ejército de 500.000 soldados, el régimen puede garantizar la estabilidad interior.*” (pág.442-444)


* Josep Fontana, Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945. Ed.Pasado&Presente, Barcelona, 2011



II


Constitución y elecciones: la Myanmar democrá-tica**

"En mayo de 2004 comenzó un nuevo proceso constitucional. El documento resultante se terminó y votó en 2008, en medio de una oleada de críticas por la poca de transparencia y escasa legitimidad en la redacción de la Constitución, así como por la falta de libertad de información, expresión y asociación que caracterizó el proceso. La oposición no tuvo representación en la elaboración del nuevo ordenamiento jurídico del país y, cuando la sociedad civil protestó pacíficamente en agosto y septiembre de 2007, la mano dura del Ejército dejó docenas de muertos. Tanto el proceso como el texto constitucional sirvieron para perpetuar los intereses del Tatmadaw -ejército-; las reformas aparentemente democráticas y la retirada de los militares del Gobierno enmascaran una nueva estrategia de dominio militar. La influencia formal e informal de las Fuerzas Armadas asegura todavía su control del país.

La Constitución de 2008 concede al Tatmadaw plena independencia del poder civil y un 25% de representantes en el Parlamento, suficiente para vetar cualquier reforma constitucional. Al Tatmadaw se le otorga control total sobre la defensa y la seguridad nacionales, así como sobre el control de fronteras y asuntos internos, lo que lo convierte en la institución con poderes de mayor extensión territorial y al mando de la burocracia interna. Los oficiales también se reservan el control parcial o total del poder legislativo y ejecutivo en caso de emergencia nacional. A estas prerrogativas se suman el gran poder económico y comercial acumulado por el Tatmadaw, que controla desde la industria pesada hasta el turismo. Por si fuera poco, los oficiales quedan impunes por todos los abusos cometidos en el pasado y sus miembros solamente pueden ser procesados por tribunales militares.

En 2010 se celebraron las primeras elecciones en el país desde 1990. Miles de ciudadanos pertenecientes a minorías étnicas y prisioneros políticos no pudieron emitir su voto y el promilitar Partido para la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo obtuvo una victoria abrumadora. El partido de Suu Kyi boicoteó la votación, que fue condenada por el resto de los partidos como una farsa y por Naciones Unidas como “insuficientemente inclusivo y transparente”. Una semana después de las elecciones, Suu Kyi fue liberada tras casi dos décadas de retenciones y, desde 2015, el Gobierno está en manos de su partido, la Liga Nacional para la Democracia. La icónica líder ocupa el puesto de consejera de Estado, un cargo creado ex profeso debido al precepto constitucional, claramente dirigido a Suu Kyi, que impide acceder a la presidencia a aquellos que tengan lazos familiares con personas de otra nacionalidad.

Aunque la líder prodemocrática ha sido objeto de críticas a escala mundial por su falta de actuación ante los abusos militares contra rohinyás en Rakáin y sus evasivas no han cumplido con las expectativas de una nobel de la Paz., la realidad es que incluso ella actúa con un margen de maniobra muy reducido. Por otro lado, su injerencia en los intereses del Tatmadaw debe ser cautelosa, sutil y progresiva: aparte de que los militares rechazaron y boicotearon su nombramiento, el Tatmadaw tiene capacidad para dar marcha atrás a las pocas reformas liberalizadoras que se han aprobado si su autoridad o sus privilegios se ven amenazados. A todo esto, tampoco debe olvidarse el racismo endémico de su electorado —fundamentalmente bamar— hacia la etnia rohinyá.



Es innegable que ha habido cierto aperturismo político en Myanmar. (...) El Tatmadaw ha suavizado sus relaciones con el poder civil y se ha retirado del control directo del país, pero el hecho de que hayan sido los propios militares quienes han encabezado el proceso de democratización pone límites al alcance de las reformas. Estas limitaciones se recogen claramente por escrito en la Constitución de 2008. (...) La falta de mecanismos internos de control y equilibrio, junto con los factores históricos e ideológicos del Tatmadaw, hacen que las reformas democráticas en Myanmar sean únicamente superficiales hasta la fecha.

Una transición sin final

Una visión retrospectiva de las relaciones civiles-militares en Myanmar ayuda a comprender algunas de las cuestiones que se plantean en el país actualmente, incluyendo las atrocidades cometidas contra los rohinyás y la aparente indiferencia de Suu Kyi. La fragilidad del poder civil y la falta de paz que marcaron los primeros años de vida del Estado tuvieron una gran influencia en el desarrollo de su Historia. Asimismo, la transición ha sido liderada por los mismos que llevan más de medio siglo gobernando con mano de hierro el país, lo cual ha arruinado la validez democrática de cualquier cambio.



 A la transición le queda aún un largo camino por recorrer en Myanmar. Los privilegios y la cultura militar, la inestabilidad étnica y la ausencia de un proceso de reparación de los abusos causados por los militares son algunas de las cuestiones que deben resolverse para garantizar el control y la estabilidad de un Gobierno civil. Sus líderes deberán aumentar el diálogo con el Tatmadaw para conseguir gradualmente más confianza y un sistema político libre de interferencia militar, especialmente en lo que se refiere a la reconciliación étnica y a la seguridad."




dissabte, 21 de desembre del 2019

La TJUE aprueba la doctrina Junqueras

Esta semana, la Justicia europea (TJUE), ha dado un revolcón al TS. La decisión del Tribunal es una enmienda a las maniobras del TS para evitar que Oriol Junqueras pudiera adquirir el cargo de europarlamentario que la ciudadanía catalana le otorgaba. Por extensión la decisión afecta a Carles Puigdemont y Antoni Comín. La decisión del Tribunal, supone dos afirmaciones: "Aquesta doctrina Junqueras afirma bàsicament dues coses: 1) que els membres del Parlament Europeu adquireixen aquesta condició des del moment en què l’estat nacional al qual pertanyen els proclama de manera oficial com a electes (cosa que en el cas de Junqueras va ser el dia 13 de juny); i 2) que des d’aquell mateix moment, de manera automàtica, i amb caràcter previ a la seva presa de possessió a Brussel•les, els europarlamentaris gaudeixen d’immunitat per desplaçar-se i acudir a (o retornar de) la primera sessió parlamentària sense ser detinguts ni processats en el transcurs del viatge." ( Josep Lliís Martí, Justícia europea per a Junqueras, Ara.cat) 


["Esta doctrina Junqueras afirma básicamente dos cosas: 1) que los miembros del Parlamento Europeo adquieren esta condición desde el momento en que el estado nacional al que pertenecen los proclama de manera oficial como electos (lo que en el caso de Junqueras fue el día 13 de junio); y 2) que desde ese mismo momento, de manera automática, y con carácter previo a su toma de posesión en Bruselas, los europarlamentarios gozan de inmunidad para desplazarse y acudir a (o devolver de) la primera sesión parlamentaria sin ser detenidos ni procesados en el transcurso del viaje"]

Ahora, el TS, tiene como decía en su artículo Vincenç Villatoro (21/12: 'Sostenella o enmendalla') , la posibilidad de “enmendalla” y transferir el asunto a la política. Con los antecedentes de todo este desgraciado juicio, la opción mas verosímil es el “sostenella”. Será otra oportunidad perdida para que la política adquiera preponderacia sobre el Código Penal.
Llama la atención el silencio del TC, que es capaz de reunirse de urgencia el domingo para salvar la Unidad de la Patria, pero no dice nada de vulneraciones flagrantes de los derechos políticos. Ninguna novedad que la figura del Defensor del Pueblo –en la actualidad Francisco Fernández Marugán (PSOE) desde el 2017-, esta muda ante todos los desagui-sados contra el independentismo catalán.


Birmania (X): Política (I)


Birmania:

Algo de contexto histórico


PANORAMA GENERAL *

La República de la Unión Myanmar es el segundo país de la ASEAN por extensión con 676.578 km2 y el quinto por población, con 52.45 de habitantes en 2015 según las fuentes estadísticas del país. Myanmar cuenta con 1930 km de costa divididos entre el golfo de Bengala, en la costa suroeste del país y el mar de Andamán al sur. Sus fronteras se expanden a lo largo de 6.522 km donde este linda con Bangladesh (271 km), China (2.129km), India (1.468km), Laos (238 km) y
Tailandia (2.416).




La topografía de Myanmar se caracteriza fundamentalmente por sus montañas en las fronteras del país, por su amplia meseta al este y por su única llanura que se extiende desde el centro al sur del país. La red hidrográfica presenta una orientación norte a sur, habitual en los países del sudeste asiático. Al norte, las montañas limitan con la cordillera del Himalaya que descienden por el este para conformar la meseta donde se ubica el Estado de Shan y donde el país tiene fronteras con China, Laos y Tailandia. Por el oeste, las montañas y mesetas continúan con menor pronunciación pero conformando el grueso de la frontera de India con el país. La extensa planicie central la atraviesa el rio Ayeyarwady, la principal arteria acuática del el país que nace
en las altas montañas del norte, dentro del Estado Kachin, y que desemboca en el mar de Adamán.

A nivel demográfico, Myanmar se caracteriza por su diversidad étnica, cuya relevancia ha condicionado la propia configuración del país y la estructura territorial de la república. Así, el Gobierno de Myanmar reconoce la existencia de 135 grupos étnicos, la mayoría de origen tibetobirmanos, de los cuales 108 cuentan con su propio lenguaje. Están agregados en grupos étnicos que, ordenados según mayor peso sobre la población, son el Bamar (68%), Shan (9%), Karen (7%), Rakhine (3,5%), Han (2,5%), Mon (2%), Kachin (1.5%), Indios (1,3%), Chin (1%) y Kayah (0,8%). El 5% restante lo comprende la pluralidad restante de grupos étnicos.




En cuanto al perfil religioso de la población, el budismo es la fe mayoritaria en el país con un 87,9% de población practicante. Le sigue de lejos el porcentaje de población cristiana (6,2%), musulmana (4,3%), animista (0,8%) e hindú (0,5%).

Myanmar presenta una estructura poblacional piramidal con una media de edad de 28,2 años. Se trata de una población joven donde el 44,6% de la misma tiene menos de 25 años de edad. La tasa de fertilidad es de 2,17 nacimientos por mujer.


1.1 SITUACIÓN, SUPERFICIE, SUPERFICIE AGRÍCOLA, RELIEVE Y CLIMA

Myanmar es un país del Sudeste asiático situado en la península de Indochina. Su superficie es de 676.563 Km2, casi dos veces la extensión de Alemania. Los países limítrofes son: Bangladesh y la India al noroeste; China al nordeste; y Laos y Tailandia al este y sudeste. El litoral del país tiene una longitud de 1.930 kilómetros, y se extiende a lo largo de la bahía de Bengala y el mar de Andamán.

Dentro de Myanmar existen muchas cadenas montañosas, como la cordillera Arakan, la cordillera Pegu, las montañas Shan y los montes Tenasserim, que atraviesan el país de norte a sur desde el Himalaya. Hkakabo Razi es la montaña más alta de Myanmar, con una altitud de 5.895 metros, y se encuentra ubicada en el estado de Kachin.

Las cordilleras separan los tres sistemas fluviales de Myanmar: los ríos Irawadi (Ayeyarwadi), Salween (Salawi) y Sittang. El Irawadi es el río más largo de Myanmar, con una longitud de casi 2.170 kilómetros, y desemboca en el sur del país, en el golfo de Martaban. La mayoría de la población de Myanmar vive en el valle del Irawadi, situado entre la cordillera Arakán y las montañas Shan.

Gran parte del país se encuentra entre el Trópico de Cáncer y el Ecuador. Myanmar se encuentra en la región de clima tropical de Asia afectada por los monzones, y sus regiones costeras reciben más de 5.000 mm de lluvia al año. La precipitación anual en la región del delta es de aproximadamente 2.500 mm, mientras que la precipitación media anual en la Zona Seca del centro de Myanmar es inferior a 1.000 mm. Las regiones del norte de Myanmar son las más frescas, con temperaturas medias de 21 °C; mientras que las regiones costeras y delta tienen una temperatura media máxima sensiblemente más alta, de 32 °C.

1.2 DEMOGRAFÍA Y SOCIEDAD

Según el censo nacional realizado en 2014 (cuyos resultados pueden consultarse en
http://themimu.info/sites/themimu.info/files/documents/Report_Overview_Results_of_the_2014_Census_DOP_Dec2017.), la población total de Myanmar es de 51.486.253 habitantes. En el censo no se tuvieron en cuenta a las personas que se encontraban fuera del país en el momento del censo. Solamente en Tailandia, principal país receptor de migrantes de Myanmar, hay registrados más de 600.000 trabajadores de origen birmano, y se estima que millones más trabajan ilegalmente. La densidad de población es de 81,7 habitantes por kilómetro cuadrado, uno de los índices más bajos del Sudeste Asiático. La zona más densamente poblada en Yangón, con 723 habitantes/km2, y la menos poblada es el estado Chin, con 13 habitantes/km2.

Desde el punto de vista étnico, el 68% de la población del país pertenece a la etnia Bamar. Otros grupos étnicos de Myanmar son los Shan (9%), Karen (7%), Rakhine (4%), Han (3%), Indios (2%) y Mon (2%); el 5% restante corresponde a etnias menores. El idioma oficial y mayoritario de Myanmar es el birmano (lengua tonal y con alfabeto propio), si bien en Myanmar se reconocen 117 lenguas diferentes.

Las ciudades más grandes del país son Yangón (5.211.431 habitantes), Mandalay (1.225.546 habitantes) y Naipyidó (1.160.242 habitantes). El resto de ciudades del país tienen poblaciones por debajo del medio millón de habitantes.

La tasa de fertilidad de Myanmar en 2016 es de 2,2; ligeramente superior a la tasa de reemplazo generacional, y más baja que las otros países del Sudeste Asiático con una situación económica similar, como Camboya (2,56) y Laos (2,7). Si bien nunca se ha implantado una política de natalidad en el país, la fecundidad ha disminuido significativamente desde la tasa de 4,7 hijos por mujer registrada en 1984.

Respecto a la estructura de la población, Myanmar presenta una distribución de la población mayoritariamente joven: la edad media son 27 años y aproximadamente el 55% de la población tiene menos de 30 años. Sin embargo, en la última década se ha producido un cambio de tendencia, y las cohortes de población de 0 a 4 y de 5 a 9 años han sido menores que sus respectivas cohortes previas.

La distribución por sexos de la población es muy equilibrada, con un 48,1% de hombres y un 51,9% de mujeres. La esperanza de vida es de 64,03 años para los hombres, y de 68,16 años para las mujeres, la más baja de los países del Sudeste Asiático.

1.3 PIB PER CAPITA Y DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA

Según el FMI, el PIB per cápita en Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) de Myanmar en el año fiscal 2015-16 fue de 5.468,8 dólares y de 6.802 dólares en 2017-18, siguiendo una senda de crecimiento que se espera que continúe en los años siguientes, en concordancia con el mayor desarrollo económico del país.




Pese a ser un país rico en recursos naturales, Myanmar es uno de los países más pobres del mundo y se encuentra dentro de la lista LDC (Least Developed Countries ó PMA, Países Menos Avanzados) de Naciones Unidas. Además, se estima que actualmente el 25% de su población vive por debajo del umbral de la pobreza y el 40% bajo la línea cercana a la pobreza.

Su PIB per cápita en PPA es tres veces inferior al de Tailandia (18.943 dólares), incluso ya es inferior al de Laos (7.932 dólares), aunque superior al de Camboya (4.321 dólares), de acuerdo a los datos del FMI. En el Informe de Desarrollo Humano (IDH) de 2018 realizado por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), Myanmar se situó en la posición 148º de 189 países analizados, bajando 1 puesto respecto al año anterior y a la cola del grupo de países de desarrollo humano medio, solo por encima de Nepal, Pakistan, Siria y Afganistán en Asia, en una situación peor a la de Camboya (146º) y Laos (139º). Pese al pobre resultado, es preciso resaltar que Myanmar ha mejorado su posición en este índice considerablemente en los últimos años.

El Banco Mundial no dispone de datos para calcular el índice de Gini, el cual mide la desigualdad en los ingresos dentro de un país, por lo que no es posible comentar este aspecto.

1.4 POBLACIÓN ACTIVA Y DESEMPLEO

El primer censo oficial realizado en Myanmar en cincuenta años, valoró la población de Myanmar en 51,5 millones de habitantes en 2014. Previamente a ese recuento, los organismos internacionales valoraban cifras más altas, en torno a los 60 millones. Esta diferencia en los datos se debe a las precarias infraestructuras de transporte y comunicaciones, lo que dificulta censar con exactitud la población, ya que algunos de sus habitantes viven en zonas remotas de difícil acceso. De hecho, el propio censo determina que el 27,3% de la población birmana no cuenta con ningún documento identificativo. Además, en Myanmar algunos grupos étnicos viven aislados o escondidos, e incluso no les es reconocida la nacionalidad de Myanmar, como es el caso de los rohingya, quienes fueron excluidos deliberada-mente del recuento, según denunció NN.UU.

De acuerdo al censo, la población de Myanmar se divide en 51,8% mujeres y 48,2% hombres. El 28,6% de la población pertenece al estrato de menores de 15 años, el 65,6% al estrato de 15-65 años y el 5,8% tiene más de 65 años. El índice de alfabetismo alcanza el 89,5%. Las regiones más pobladas son Yangón (14,3% de la población), Ayeyawady (12%), Mandalay (12%), Shan (11,3%) y Sagaing (10,3%).

Myanmar es un país étnicamente diverso. Se reconocen 135 grupos étnicos, siendo dominante la población de etnia Bamar (68%), aunque también destacan otros grupos, como Shan (9%), Karen (7%), Rakhine (4%), China (3%), India (2%) y Mon (2%).

La población activa del país, según el censo de Myanmar, ascendió al 67% de las personas entre 15-64 años (22,6 millones). La proporción de hombres laboralmente activos es mucho más alta (85,2%) que el de las mujeres (50,5%).

No existen datos exactos sobre la distribución de la población ocupada por sectores de actividad, aunque sí se conoce que el sector primario congrega aproximadamente la mitad de la mano de obra nacional, debido al peso que ocupa el sector agropecuario en la composición del PIB y la baja productividad del trabajo en este sector por su escasa mecanización.

*https://www.icex.es/icex/es/navegacion-principal/todos-nuestros-servicios/informacion-de-mercados/estudios-de-mercados-y-otros-documentos-de-comercio-exterior/DOC2019816804.html



divendres, 20 de desembre del 2019

¡Los catalanes no somos simpáticos!





La encuesta del CEO, nos dice que los catalanes no caemos demasiado bien. No dice que somos antipáticos, porque entonces hubiéramos debido suspender. Desde esa perspectiva, habría que ser optimista. Estamos los últimos (5,98), melillenses y ceutíes, están por encima nuestro en grado de simpatía. No sé que pensar de este dato, por encima de ellos se encuentran los vascos con un 6,84 muy cercano al notable. 

Desde Cataluña, la percepción de las diferentes CCAA es bastante homogéna. Destacan asturianos, navarros, vascos y las islas baleares. El resto se mueven con un bien. ¿Por qué esa diferencia en la valoración? Cada etapa histórica tiene sus propio movimientos sociales, sus filias y fobias. Los tópicos son resistentes al cambio. Es una cuestión de psicología social. Los mensajes tóxicos hacen mella de manera difusa. En lo alto del ranking están los andaluces. Un tópico que se mantiene. Durante las décadas de los sesenta y setenta una oleada de migración llegó a Cataluña. Se necesitaba mano de obra. El régimen comprendió que era una manera de sofocar dos problemas: uno el descontento social, con la marcha de cientos de miles de migrantes de Andalucía, Extremadura, Murcia, etc., solventaban la falta de trabajo endémico por culpa de la estructura de la tierra –latifundismo-. El segundo, problema era la identidad de Cataluña. El régimen debió de pensar que esa afluencia de la migración desdibujaría a Cataluña. El régimen se equívoco. 

Los que hemos vivido estos procesos sabemos que la integración se hizo con fluctuaciones, con dificultades. Nada es fácil. Sin embargo, la integración se hizo paulatina. El advenimiento de la democracia supuso una vuelta de tuerca en este proceso. El catalán, la lengua autóctona, estaba en situación delicada, debido el régimen franquista. No se toleraba en las instituciones de carácter oficial. En Cataluña no se siguió el modelo vasco. Dos vías de acceso de la enseñanza, en vasco –ikastolas- y en castellano. En Cataluña se opto por todas las fuerzas políticas del momento, por la inmersión lingüística que permitía y permite que el alumnado sepa catalán y castellano. Curiosamente, ahora, se pone está cuestión con argumentos de fake news. 

Los procesos migratorios ya no son como los de las décadas de los sesenta y setenta. Varios factores han cambiado. En primer lugar, la nueva migración viene de fuera del territorio nacional.



La crisis del 2008 hizo que los flujos migratorios se fueran reduciendo de manera drástica. Especialmente, los países sudamericanos, con la excepción de Venezuela, por motivos políticos.  Un 20% ha sido la caída de la emigración desde el 2011 hasta el 2017. Los marroquíes son la primera población emigrante con 769.050, seguida de rumanos. Los ejercicios xenófobos a lo que los partidos políticos son tan aficionados, descansan, no en los datos, sino en los miedos y fobias que destilan sus discursos y los medios de comunicación afines.

El problema de la emigración, no es un problema particular de un país. Es un problema de la UE, pero que por su miopía y oportunismo políticos deja que cada país resuelva el asunto con su propio talante. Además, la UE soborna  a Turquía y Libia, con dinero de todos, para que hagan el trabajo sucio de impedir que alcancen territorio europeo. Europa se ha convertido en una fortaleza. Nadie quiere migrantes pobres. Sólo se aceptan a los ricos. 

¿Cómo se gestiona la emigración actualmente si las reglas de antaño han cambiado? Las reglas eran integrarse en la sociedad de acogida. Nuestros vecinos, se iban al pueblo en el verano. Volvían a casa después de quince días. Muchos, la familia y parientes también habían emigrado a Cataluña, así que no tenía ningún sentido volver a las raíces de las que se huyó. En esa época, de la década de los ochenta y noventa, el estado del bienestar se consolidaba. La educación era el gran motor del ascensor social. Había confianza en que los hijos vivirían mejor que los padres. El catalán se aceptaba, cualquiera decía “bon dia” a su vecino. El catalán era una herramienta del ascensor social. Además tenía un plus, con respecto al euskera, era muy fácil de aprender. 

Una nueva migración, no tiene las mismas perspectivas que las anteriores oledas. La precariedad laboral, que ha expulsado a una enorme cantidad de migrantes a sus países de origen, junto con las facilidades de transporte, hacen que no se tenga claro la necesidad de instalarse definitivamente. Hay una especie de situación provisional generalizada que erosiona el enraizamiento de las poblaciones de acogida. Si el presidente de MWC - Mobile World Congress- no habla una palabra que no sea el inglés -a pesar de llevar más de diez años en Cataluña-, ¿por qué pedirle a los migrantes que hagan el esfuerzo de integrarse? No conviene generalizar. Hay una casuística enorme. Lo que importa son las tendencias de fondo. La sabiduría popular decía que “allí donde estuvieres haz lo que vieres”, es una máxima que parece que no se aplica a muchos de los que vienen de fuera. El multiculturalismo como opción ideológica, resulta atractiva, pero en el fondo guarda un mensaje muy ambiguo: separados y no mezclados. Es desde esa perspectiva que resulta llamativo que los partidos que cultivan la catalanofobia, impugnen las normas básicas de la legislación catalana en un tema como la lengua. Se habla del peligro del castellano. Hay que tener muy mala fe para decirlo tranquilamente. En el contexto actual, cualquier arma arrojadiza contra Cataluña se ve desde la comprensión a la exaltación. Una parte de la izquierda que cultiva el buenismo ciego, piensa que los emigrantes son geniales y amplía nuestros horizontes. La emigración es un problema, porque tiene una multitud de facetas que se tendría que hablar serenamente. Nuestra sociedad antes de la crisis del 2008 necesitaba mano de obra, especialmente, en la construcción  y el sector servicios. Ninguna preparación se requería más  allá de la práctica. 

Rota la burbuja, esos nuevos emigrantes, fueron expulsados por falta de empleos. Viajes de ida y vuelta. Cicatrices en la autoestima de miles de personas. España que fue un país de emigrantes, la desmemoria no tiene límites, ahora resultaba un lugar atractivo para trabajar. Los salarios bajaron. Los precios de las viviendas, mientras duró la burbuja subieron estratosféricamente. Mientras el Banco de España, decía que todo estaba bien. ¡Mentira!

La crisis ha dejado posos de rencor y agravios. Los partidos de la derecha por acción y la izquierda por omisión, han alimentado un encono contra el fenómeno de la migración. Vox es el ejemplo de lo que  he explicado. El PP o Cs había jugado a ese descrédito de los que han venido de fuera. Usar y tirar era el lema de lo que ha pasado aquí. 

Durante cuarenta años de democracia hemos podido avanzar, a pesar de los lastres profundos que se habían impuesto en la Transición. Pasamos de un país pobre y con una bajísima autoestima, a un país moderno, en lo epidérmico. Las instituciones políticas no hicieron la pedagogía necesaria para exaltar la diversidad y la diferencia en todo el territorio nacional. Se quiso inmediatamente, el café para todos. Que una CCAA haya solicitado que quiere un referéndum para saber  que opina la ciudadanía sobre si quedarse dentro del entramado constitucional de 1978 o salirse de la estructura del estado para formar una república, era y es algo impensable. Me siento con derecho a reivindicar la existencia de una república catalana. No es en Ceuta o Extremadura donde vivo. Lo que hagan me parece bien, si ese es su deseo. Pero no puedo aceptar que sea desde fuera que me digan lo que más me conviene a mí. Somos un pueblo maduro con políticos muy cortos, exactamente sucede con lo que están en las instituciones nacionales. 

Elegir camino. Después del 1-O del 2017, me siento desvinculado moralmente, para seguir ese proyecto que se llama España. ¡Es posible que me equivoque? La respuesta es que sí. Puedo equivocarme. Gestionar la diversidad es algo que hacemos mucho mejor en Cataluña –el flujo migratorio ha sido más elevado que en otras zonas de España-. Precisamente, llegar a ser vecinos, incluso podría elevarnos la nota que los españoles tienen de Cataluña. ¡De hecho, el resto de España ve Cataluña desde el prisma de otra nación!