Un poco de historia....
I
La colonia salvada: Malasia*
Malaya fue la única de las colonias asiáticas que los británicos decidieron
defender desde el primer momento. Su justificación era que había que
salvaguardar los intereses occidentales en una zona que proporcionaba el
85% de la producción mundial del caucho
natural, el 45% del estaño y un 23% del cromo. En los años difíciles de la
inmediata posguerra, Malaya era la mayor fuente de dólares del imperio (…).
La difícil tarea que los británicos emprendieron en este territorio, y que
puede considerarse como el último gran éxito de su política colonial, comenzó
con la construcción de un estado que tomó como pretexto una inexistente nación
malaya, y se completó con el paso, más arriesgado aún, de unirle los
territorios británicos del norte de Borneo en una Federación de Malasia, que no
tenía otro objeto que ponerlos bajo el control de un poder amigo, fuera del
alcance de las ambiciones indonesias, a la vez que se aseguraba con ello de que
hubiese en el conjunto de la federación un predominio numérico de la población
étnicamente malaya sobre la china.
Durante la segunda guerra mundial muchos malayos había colaborado con los
japoneses, mientras la resistencia la protagonizó la guerrilla, esencialmente
china y comunista (…), que combatió al lado de los británicos y se desmovilizó
al término del conflicto, esperando que los ingleses otorgarían la
independencia a la colonia, como iban a hacer con la India y con Birmania, y
dispuestos por ello a seguir colaborando en la paz com lo habían hecho durante
la guerra.
Pero en 1948 los británicos firmaron un acuerdo con los nueve sultanes
malayos para formar la Federación Malaya y los plantadores comenzaron a
expulsar de la tierra que cultivaban a los campesinos chinos que se habían
instalado en ellas durante la guerra, mientras los británicos destruían las
organizaciones sindicales. (…) se inició entonces una nueva lucha por la
independencia, que la maquinaria informativa británica pretendió reducir a
bandidaje.
(…) La campaña, que los británicos llegaron a emplear 50.000 hombres y unos recursos de que andaban escasos, se completó
con una operación e que medio millón de campesinos de etnia china fueron
trasladados a “pueblo protegidos” (…). La campaña de “emergencia” fue, no solo
la última gran operación imperial británica, sino también, se ha dicho, “la
única victoria real de la guerra fría en Asia”.
En 1957 una Gran Bretaña que no necesitaba ya en la misma medida los
recursos de este territorio, puesto que producía caucho sintético en la
metrópoli, y que no tenía capacidad para seguir controlándolo, decidió darle la
independencia con un gobierno favorable al mantenimiento de los intereses británicos, presidido por el
Tunku Abdul Rahman, hermano del sultán de Kedah, que había obtenido un 1955 un
rotundo triunfo electoral al frente del UMNO (PKMB en malayo), aliado a las
organizaciones representativas de los pobladores de origen chino e indio, pero
que inició, una vez obtenida la independencia, una política discriminatoria a
favor de los malayos.
En 1963 el proceso de consolidación se completó al crear la Federación de
Malasia, que reunía Malaya, la ciudad estado de Singapur* y las dos posesiones británicas en el norte
de Borneo (…).
Tras las revueltas raciales 1969, el nuevo estado consiguió un cierto grado
de estabilidad sobre la base de un contrato social en que indios y chinos
accedían a la ciudadanía, pero dejaban a los malayos y otras etnias nativas
(los bumiputras o”hijos de la tierra”)
un acceso preferente a los cargos de gobierno y a la educación: ellos garantizó
unas décadas de crecimiento económico, bajo la dirección del UMNO, de las que
los ciudadanos de etnia china sacaron buen provecho.
* Una unión
problemática, por el temor de los malayos al peso que podía tener en el
conjunto de la federación esta entidad de mayoría étnica china, y por los
conflictos raciales que se produjeron en 1964, lo que explica que el Tunku
expulsase Singapur de la federación en 1965 y le obligase a constituirse como
nación independiente, dirigida por ese singular personaje que es Lee Kuan Yew,
primer ministro de 1959 a 1990 y algo así como “primer ministro emérito” (minister mentor) todavía hoy: un jefe de
gobierno que recibió la noticia de su independencia forzada, caso único en la historia
del colonialismo, “lamentando con lágrimas ‘ese momento de agonía’” y que ha
construido un singular ejemplo de democracia autoritaria.
II
Thomas
Stamford Raffles (1781-1826) hubo de abandonar prematuramente el colegio y
buscarse un empleo que permitiera sostener a su madre y hermanas. Empezó como
subalterno de la East India Company, teniendo catorce años, y en cada uno de
los puestos que la empresa le fue ofreciendo demostró una gran valía, a la vez
profesional y humana, como tantos otros ingleses extraordinarios de aquella
época. Los trópicos asiáticos le hacían caer enfermo con frecuencia, pero no
solo se sobreponía a los achaques para cumplir el trabajo, sino que hallaba
tiempo para compensar su falta de formación académica con autodidactismo.
Teniendo veinte años —mientras estaba destinado en Penang y los ingleses
temblaban ante un Napoleón que gobernaba también en Holanda—, inició minuciosas
investigaciones sobre geografía, política, botánica y lenguas del área, que
culminaría una década más tarde con los dos volúmenes de su Historia de Java (1817).
Thomas Stamford Raffles (1781-1826)
El resultado
de las pesquisas encomendadas por Lord Hastings, el gobernador, fue una pequeña
isla —42 kilómetros de largo por 23 de ancho—, apenas poblada entonces por
algunos agricultores chinos y pescadores malayos, que ofrecía un espléndido
abrigo a cualquier flota imaginable. Si Napoleón dijo que en el puerto genovés
de La Spezia cabía cómodamente toda la marina militar europea, Raffles observó
que allí cabría con la misma comodidad toda la marina militar del planeta. Así
nació Singapur (de singha-pura, «aldea del león», atendiendo —según la leyenda—
a una confusión entre leones y tigres), comprada dos años más tarde a un
sultán. Redactando el acta fundacional del lugar, Raffles lo definió como
«puerto libre, abierto sin discriminación al comercio con cualquier país», una
impronta que ya no lo abandonaría.
Con todo,
Singapur no sería el emporio que ahora es sin el concurso de otro hombre
excepcional. Hijo de una rica familia china, asentada de antiguo en la colonia, Lee Yuan Kew (1923—2015) se graduó con
máximos honores en Cambridge cuando terminaba la Segunda Guerra Mundial, en una
época donde el Labour Party convencía a casi todos, y volvió a su tierra
convertido en un halcón jurídico al servicio de sindicatos obreros. La colonia
enveredaba por caminos de autogobierno, abriendo cauces para la creación de
formaciones políticas, pero al fundar el PAP (People’s Action Party) Kew
comprendió que necesitaba distanciarse tanto del programa socialista como de
los intereses representados por la oligarquía local. En otras palabras, el
bienestar no dependía de emprender una política redistributiva de rentas, ni de
planificar rigurosamente la economía, sino de fortalecer un mercado que
produjese más y mejores bienes y servicios. Con esa postura —tan herética a
mediados de los años 50— ganó los primeros comicios de Singapur, saliendo él
elegido por uno de los guetos pobres de la ciudad. Primer ministro desde 1959,
Kew sigue siendo en 2001 Senior Minister, aunque desde 1990 traspasase el peso
del gobierno a un equipo de delfines, formado básicamente en Harvard y Stanford**.
** Antonio
Escohotado, Sesenta semanas en el trópico. Viajes por el planeta interior.
Ed.Anagrama, 2003
III
GOBIERNO E INSTITUCIONES***
Desde la independencia en 1965, después de ser
colonia británica y de una breve integración en la Federación Malasia, la vida
política ha estado dominada por el People’s Action Party (PAP) y por su fundador Lee Kuan Yew. Aunque se respetan
las formalidades de los procesos electorales y hay un sistema judicial, el
Gobierno/Partido tiende a asimilar su ideología y su ejecutoria con las del
Estado. El Gobierno ejerce cierta censura de los medios de comunicación y
limita la distribución de publicaciones extranjeras. La situación podría
resumirse afirmando que se trata de un “Estado fuerte”, no basado
principalmente en la coerción, sino en un amplio consenso
sistemático, y en la gran capacidad del Gobierno
para aunar voluntades y movilizar a la población hacia los objetivos fijados
por el poder ejecutivo.
En marzo 2015 falleció el patriarca de Singapur
Lee Kuan Yew, y el actual Primer Ministro, su hijo, Lee Hsien Loong (quien
había estado enfermo), se presentó a las elecciones parlamentarias que se
celebraron en septiembre de 2015, obteniendo el PAP casi el 70% de los votos (y
81 de 87 escaños en el Parlamento), recogiendo así los frutos de sus medidas
populistas. La oposición (ocho partidos de los que el Workers Party es el más
fuerte) apenas tuvo opciones.
En lo que respecta al cargo de Presidente del
país, el 31 de agosto de 2017 terminó su mandato presidencial el Dr Tony Tan.
Si bien las nuevas elecciones presidenciales estaban previstas para la última
semana de septiembre y reservadas a candidatos de la etnia malaya, el 13 de septiembre
se designó como Presidente de Singapur a Madam Halima Yacob, anterior Portavoz del
Parlamento de Singapur, al haber sido la única candidata (de los tres
inicialmente presentados) que superó los requerimientos exigidos para la
presentación de candidatura.
POBLACIÓN ACTIVA Y MERCADO DE TRABAJO. DESEMPLEO
Singapur ha disfrutado de una baja tasa de
desempleo que se ha mantenido durante los últimos años, a pesar de los
acontecimientos internacionales.
En 2018 la tasa de desempleo media anual se
situó en un 1,9% frente al 2% registrado en 2017. El desempleo se ha mantenido
constante según sean ciudadanos de Singapur o residentes, manteniéndose en un
3,1% para el caso de los nacionales y en el 3% para los residentes, se supone
que la totalidad de los ex patriados que viven en Singapur que demandasen
empleo, lo tendrían.
La población activa (residentes y no residentes)
en 2018 fue de unas 3.650.000 personas, con una tasa de participación del
68,0%.
Las recientes medidas de restricción para la
contratación de personal de otras nacionalidades que ha implementado el
gobierno nacional (para garantizar el empleo de sus nacionales y los altos
niveles salariales) junto con los problemas demográficos y de natalidad de
Singapur podrían suponer que el mercado laboral se contraiga de manera muy
significativa en los próximos años, de igual manera que la ralentización
económica afectará sin duda a un mercado de trabajo en el que los salarios han
estado creciendo en términos reales a tasas cercanas al 3% en los últimos 4
años. Por primera vez en años, el Gobierno de Singapur se enfrenta a un incremento
de desempleados de cerca de 10.000 personas en los primeros meses de 2019.
DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA
El dato del PIB por habitante en Singapur y su
evolución histórica es espectacular y da una idea del éxito de las políticas
económicas llevadas a cabo en su corta historia.
El PIB per cápita en 2018 se situó en 87.0118
SGD (55.800 euros), lo que significa una subida cercana al 4% en relación al
dato de 2017.
Entre 2000 y 2016 el índice Gini ha pasado de
0,430 a 0,458. Este proceso no ha tenido lugar sin producir consecuencias
negativas para la sociedad singapurense: disminución de la cohesión social,
cierta desafección respecto al sistema económico y político de una parte
significativa de la población. Si bien, estos últimos tres años ha entrado en
una mejor tendencia, según el Departamento de Estadísticas del Gobierno de
Singapur, el coeficiente Gini es de 0,402 (2017), ajustado teniendo en cuenta
las transferencias e impuestos.
9º Ranking
La población en todo caso parece estar de
acuerdo con las políticas (sobre todo más recientes en 2016, 2017 y 2018) del
gobierno que alcanzó casi el 70% de los votos en las elecciones generales (cada
cinco años) de septiembre de 2015. No parece que el gobierno haya perdido apoyo
popular.
El presupuesto de este año
contiene una serie de beneficios fiscales para las personas: el presupuesto
pone un gran énfasis en mejorar la vida de familias y hogares con la
introducción de nuevos programas de apoyo social dirigidos a personas de bajos
recursos. Los ancianos también se benefician fuertemente con la introducción de
los llamados Merdeka Generation Fund que se dirige a las personas nacidas en la
década de 1950 y les proporcionará mejores coberturas médicas. Otros años los
presupuestos se volcaron en las generaciones de los años 40s. Los gastos en
asistencia sanitaria aumentarán un 10,3%. El aumento proyectado de la tasa de
GST (IVA) entre 2021 y 2025, que constituye un tema delicado para los menos
privilegiados también se abordó en el discurso del presupuesto y se dio la
seguridad de que el aumento se mitigará para los hogares con menores ingresos
mediante un paquete de compensación del GST.
Actualmente el IVA se encuentra en un tipo general del 7% y se está planteando su subida al 9% (tipos máximos IRPF – 22%, tipo máximo para las empresas 17%).