Reseña: Milan Kundera. “La festa de
la insignificança”, ed. Labutxaca, 2015.
El texto, tiene un aire, a lo
Mendoza, es decir, liviano, sin trascentalismos, con toques astracanados, a ratos, grotesco,
divertidos, tiernos, dolorosos, profundos. Es decir, como la vida misma.
Amigos, que se soportan, y se
cuentan cuentos para entretenerse, historias repetidas que aburren, actos
cotidianos que guardan rencores y esperanzas truncadas. Alain, Ramón, D’Ardelo,Charles,
Quaquelique y Calibán, son los
personajes de estas historias que Kundera explica como si lo que explicará a
nuestra vecina, mientras subes en el ascensor.
¿Qué historias cuentan? En estas
historias no hay épica, ni ética, ni estética. Hay un hilo histórico, que
Charles, cuenta, de la época estalinista, una historia que lleva el título de “Les vint-i-quatre
perdius” (pág.29) (las veinticuatro perdices). La historia expresa la lógica
del régimen estalinista que fascino a nuestros intelectuales de postguerra. Esa
lógica dice que si el líder afirma cualquier cosa, por extravagante que sea,
siempre será verdadera.
En ese hilo histórico, verdadero
acierto de la obra, aparece otra historia que tiene que ver que la substitución
del nombre de una ciudad, en la que nació uno de los filósofos más influyentes
de la historia de la filosofía, Königsberg, por Kaliningrado. Kant (1724-1804) nació en esa
ciudad prusiana , y los avatares históricos, acabó en manos rusas, por obra y
gracia de la Segunda Guerra Mundial. ¿Quién era ese Kalinin? ¿Qué figura
egregia de la época estalinista fue? La historia nos la cuenta en la página 36
y siguientes.
Sin ningún género de duda, el
apartado más estremecedor es el que lleva por título “Ella mata” (pág.51). Este
apartado justifica la novela. Del intento de suicidio al asesinato, es la tenue
línea que separa nuestros actos
La última parte, de la obra, surgen
cuestiones existenciales. Así, por ejemplo: -“Tothom xerroteja sobre els drets
de l’home. ¡Quina broma! La teva existencia no està fundada en cap dret. No tan
sols no et permeten de posar fi a la teva vida per la teva propia voluntad,
aquests cavallers dels drets de l’home”(pàg.122) [- Todos charlotean sobre los
derechos del hombre. ¿Vaya broma! Tu existencia no está fundada en ningún
derecho. Ni tan siquiera te permiten poner fin a tu vida por tu propia
voluntad, estos caballeros de los derechos del hombre. ]
En las últimas páginas de la obra
aparece la vena filosófica de Kundera: “ La insignificança, amic meu, és l’essència
de la l’existència” (pàg.135)[ Lo insigni-ficante (mediocre), amigo mío, es la
esencia de la existencia”]. Kundera está en una época postheroica, que nada
tiene que ver con la frase que parafrasea de J.P. Sartre.