Semana de miedo y espanto en las bolsas europeas. Los inversores ha sufrido un auténtico “chute” de adrenalina, gracias a las turbulencias provocadas por las Agencias de Calificación a costa de Grecia. ¿Por qué los inversores siguen en ella?
Dinero público y dinero privado. La mezcla alegre de ambos en los sistemas bursátiles (privados) está en el fondo del asunto. La deuda del Estado no debería haber entrado jamás en los circuitos de los mercados financieros (privados). Al contaminar esa deuda ha generado y está generando todas estas turbulencias. Los (ir)responsables del BCE deberían haber asumido que la emisión de deuda soberana fue a través del BCE y no a cuenta de cada país. El resultado hubieses sido otro y no hubiera generado las pérdidas millonarias que suponen un empobrecimiento grave de la ciudadanía de esos países.
A todo esto, los gobiernos nacionales son incapaces de hacer frente a este desaguisado. Que el próximo presidente del BCE sea Mario Draghi, actual presidente del Banco Central de Italia, no deja de ser irónico. “Fue vicepresidente de Goldman Sachs, el banco de inversión estadounidense, precisamente en los tiempos en los que éste participó activamente en la ocultación de las trampas contables del gobierno griego” (Alberto Garzón Espinosa, Piju$ Economicus).
Así que el nuevo mandatario, a partir del 31 de octubre, se pondrá manos a las “sobras”. Otro que pedirá más sacrificios a los asalariados para transferirlos a las rentas del capital. Mientras esto siga así, estamos perdidos. ¡Los gobiernos de nuestros respectivos países han dado el visto bueno a ese nombramiento! ¡No es para indignarse! No hemos aprendido nada de las crisis anteriores (recesión del 1991; crisis financiera asiática, 1997; crisis de las puntocom 1999-2003; crisis económica 2008, crisis bursátil de octubre 2008; burbuja inmobiliaria en España, 1998-2008, momento actual de crisis, debido a los efectos multiplicadores del 2008). Hay una aceleración en el proceso de gestación de crisis. La interdependencia de los países y sus mecanismos bursátiles a escala global hacen muy sensible lo que sucede en cualquier parte del mundo. Somos una cuerda de presos de los que tiran “los mercados”. ¡Nos llevan al matadero!
La mezcla de fondos soberanos y capital privado ha generado derivas imprevistas. Por ejemplo, que fondos de inversión (capital privado) jugarán a comprar deuda pública al alza, presionados por las Agencias de Calificación, y aumentando la rentabilidad de los bonos o letras del Tesoro del país afectado. Esos fondos privados han logrado que los trabajadores de esos países -sometidos a estas presiones- se vean ahora, castigados con jubilaciones más largas, debido a que esos mismos fondo de inversión –planes de pensiones de los metalúrgicos alemanes, por ejemplo- han presionado para obtener ellos más rentabilidad y así aumentar sus prestaciones. Es decir, unos jubilados presionan a los futuros jubilados de otros países a tener que trabajar más años, para que los actuales tengan más prestaciones (a través de los fondos de inversió). ¡Adiós a la solidaridad obrera!