dijous, 6 de gener del 2011

Preguntas que dan que pensar............o no


Leyendo a mi filósofo de cabecera me ha interrogado acerca de si hay personas que tienen un sexto sentido ético-político que les hace estar siempre en la "buena dirección". Pienso en Camus, Orwell, etc., autores que siempre han estado en el lado "bueno". Hay autores que han estado en el "lado oscuro", por ejemplo, Heidegger, L.F.Céline, etc,. ¿Existe algún tipo de brújula ética que les marca la dirección adecuada?



  
La cuestión es interesante. Cada vez estoy más convencido -creencia- que no existe una razón pura práctica (Kant) que nos marque la hoja de ruta hacia la moralidad. No existe una estación término que alcanzar. No hay caminos que nos indiquen qué dirección tomar. Somos seres contingentes en un mundo cambiante y también contingente. Eso no quiere decir que uno deba adoptar una postura cínica ante los problemas que agobian a cada uno de nosotros y a la sociedad en la que vivimos. No podemos esperar que nos salve un dios, tampoco un rey-filósofo.

*Agradezco a Miquel Andrino su aportación gráfica para ilustrar este comentario.

diumenge, 26 de desembre del 2010

Mensajes navideños

Acabo de visionar el vídeo del discurso del rey para estas navidades. Se ha centrado especialmente en la crisis económica. Ha utilizado el arsenal de estilo en estos casos: productividad, competitividad, crecimientos, nuevo modelo productivo, etc,. Ha hablado de espíritu de superación, apelación al orgullo, honradez. Ha focalizado a los diferentes colectivos que están sufriendo la crisis, desde los jóvenes, a los comerciantes, pensionistas. Se hace difícil compaginar las buenas intenciones con la realidad de los hechos. Tenemos una tasa de paro juvenil escandalosa, pero al mismo tiempo, el "mercado" pide a España que amplíe la edad de la jubilación, como si ese fuese el remedio a todos nuestros males. No ha indicado que ese mercado solo tiene un tiempo de medida, el corto plazo y un interés, el beneficio y unos agentes, el particular; mientras que esa dinámica prime sobre el interés general, estamos perdidos. La política debe gobernar la economía. Cuando nuestros gobernantes se olvidan que la economía es instrumental y ha de estar al servicio de los intereses de la colectividad, entonces sucede lo que estamos viviendo. Se recorta el estado del bienestar para poder financiar al sistema financiero. Seguramente deberíamos plantearnos cuales son las prioridades de nuestras sociedades. La globalización es el nuevo marco de juego, pero es la política quien debería establecer las reglas para que la sociedad no se vea arrastrada a la catástrofe por los desaguisados de los mercados.



El rey ha mencionado el terrorismo y la necesaria determinación para acabar de una vez que esta lacra. Nunca habíamos estado más cerca de lograrlo. Ha mencionado a aquellos que merecen una especial protección como son los discapacitados y marginados. La Ley de Dependencia que debería haber sido una seña de identidad ha sido sacrificado al altar de los mercados. Menciones a las drogas, ¡para cuándo su legalización!, la violencia de género, y el medio ambiente.

Por último ha remarcado el papel de la monarquía parlamentaria en su figura y su voluntad de ejercer el mandato constitucional. Ha remarcado al final de su discurso la necesaria confianza para salir de esta crisis profunda, que va más allá de las clásicas crisis, estamos delante de una crisis sistémica y por ello, las recetas anteriores no sirven.

Se ha dicho que en España somos más juancarlistas que monárquicos. La Monarquía no parece una figura demasiado acorde con los nuevos tiempos. Que en sociedades democráticas exista una institución antidemocrática como la monarquía parece un contrasentido. La Monarquía debería ser capaz de dar la palabra a la sociedad para que ella y desde ella pudiera escoger y ratificar que prefiere. No hay que olvidar que la Monarquía fue un regalo envenenado que la Dictadura franquista ofreció para perpetuarse a ella misma. Afortunadamente, el rey Juan Carlos, supo cual debía ser el papel en la nueva configuración del estado a través de la Constitución (1978).

dijous, 23 de desembre del 2010

La exclusión de CNN

La CNN en Canal + acaba sus emisiones de la peor de las maneras: Con el silencio. Una sociedad plural es aquella que posibilita estar informado, que exista pluralidad significa defender la libertad, pero al parecer las fusiones entre Canal+ y Tele5 ha tenido como victima colateral a la libertad de informació. Ellos sabrán el por qué del apagón informativo. Pero habrá que estar atentos a esa pantalla tonta que ahora es un poco más tonta de lo que ya era.

dissabte, 18 de desembre del 2010

Estampas navideñas

El hombre inquietante

Acabo de leer la novela de Mankel " El hombre inquieto". La obra es un ejercicio sobre la nueva era de la globalización. Hay espías que parecen desubicados después de la "Guerra fría", hay muertes por razón de estado, traiciones y deslealtades, también amistad y sacrificio. Como la vida misma. La obra de Mankel y su inspector de policía K.Wallander tendrá que resolver un intrincado laberinto. Es su última aparición. Su testamento y testimonio de una Suecia que vistos desde los ojos mediterráneos resulta desconocido y sin embargo, para el inspector resulta cada vez más confuso.

Las señas de identidad antes de la era global resultaba fácil ubicarse. Un territorio y una soberanía nacional que jugaba en un escenario marcado por las reglas que parecían inmutables de la Conferencia de Yalta. Sin embargo, el papel del estado-nación ha ido perdiendo lustre a lo largo de estas últimas décadas. La globalización en el orden económico, político y social están poniendo a prueba a ese estado que se ve inmerso en corrientes que no puede control.



La historia que cuenta Menkel-Wallander es sencilla: su futuro suegro desaparece misteriosamente. Poco después la esposa también desaparece y posteriormente es encontrada en medio del bosque, muerta en extrañas circunstancias. Wallander tendrá que indagar en mares procelosos, para buscar algún indicio que le permita averiguar lo sucedido.

Estas pesquisas le llevan a Menkel a explorar una parte de la historia reciente de Suecia. La historia y la vida se dan la mano, pues, la hija de Wallander aparece en escena. Linda, la hija de Wallander, que finalmente ha escogido el mismo oficio que su padre. Hay personajes que reaparecen, como Baiba para despedirse. Es una novela de despedida. Vuelve a reaparecer Mona, la madre de Linda, cuya vida después de la separación con Wallander no le ha sentado demasiado bien. Por ello, la novela es un final. Wallander se hace viejo, no resulta fácil reconocerlo, vivimos en una sociedad que se vanagloria de la eterna juventud. Hay una nieta, Klara que expresa la esperanza en el futuro, aunque los protagonistas sean ya otros.