“No entiendo estos escrúpulos respecto al uso de gas… estoy totalmente a favor del uso de gas venenoso contra las tribus incivilizadas… No hay necesidad de usar los gases más letales; pueden emplearse gases que causen grandes inconvenientes y propaguen un terror intenso sin causar efectos permanentes graves en la mayoría de los afectados… No podemos consentir bajo ninguna circunstancia que no se utilice cualquier arma disponible para conseguir terminar con rapidez el desorden que prevalece en la frontera.
Eso salvará vidas XXXX. Usaremos todos los medios que la ciencia ponga a nuestro alcance.”
¿Adivinen quién era el eminente estadista que pronunció semejante discurso? Curiosamente, el problema kurdo, sigue igual de enquistado en la actualidad -especialmente, Turquía- y siguen recentando la misma medicina contra un población que se resiste a desaparecer ante la pasividad de la Comunidad internacional.