dimarts, 30 de desembre del 2008

Leszek Kolakowski

Acabo de leer el capítulo de Tony Judt que dedica a Kolakowski en su libro "Sobre el olvidado Siglo XX" (ed.Taurus, Madrid, 2008.) Impresiona el artículo por lo que se dice en él y en contraste con el capítulo dedicado a L.Althusser. El autor polaco afincado en Inglaterra desde el 1968 en Oxford, desde 1970. Es autor de "Las principales corrientes del marxismo" (3 vol). El texto de Judt, acaba de forma sugestiva: ¿Qué debe esperar la izquierda o lo que queda de ella, después del fracaso del socialismo real?





Si el Estado aún tiene un papel que jugar y, la actual crisis económica, está poniendo en evidencia la necesidad del Estado, ¿puede tener algún papel el socialismo? ¿Por qué sigue presentándose el socialismo como alternativa real al capitalismo? El texto insinúa que la crisis mundial, la globalización y el abismo entre pobres y ricos, son yacimientos que aún la intelectualidad de izquierdas puede suspirar por un socialismo de rostro humano. ¿Es posible eso? ¿No deberíamos pensar la realidad actual con nuevos instrumentos de reflexión que sean capaces de dar razón de lo que hay y además de explorar alternativas hacia una sociedad más compleja, frágil e inestable?.

En esa línea aparece la propuesta de Daniel Innerarity y su "Ética de la hospitalidad". Ed. Quinteto S.L. Un libro soberbio lleno de interesantes propuestas para repensar el presente y el porvenir. Ya hablaré de él más adelante.




Reseña: El niño 44” de Tom Rob Smith

Estoy leyendo “El niño 44” de Tom Rob Smith. La novela entretiene y da pinceladas de la Rusia estalinista. Un fragmento resume la atmósfera atroz:
“(....) No iban a matar a sus padres de un tiro en la nuca. Eso sería demasiado rápido, demasiado parecido a la clemencia. En lugar de eso irían a por ellos poco a poco, gota a gota. Le venían a la cabeza todas las posibilidades que una mente metódica, sádica y detallista tenía a su disposición. Los degradarían en sus respectivas fábricas (...). los acosarían con historias sobre el lamentable exilio de Leo (el protagonista), sobre su caída en desgracia y su humillación. Quizá les hubieran dicho que estaba en un GULAG, que lo habían condenado a veinte años de katorga, de trabajos forzados. En cuanto a la familia con la que sus padres tenían que compartir el apartamento no cabía duda de que serían los más problemáticos y desagradables posibles. Les prometerían chocolate a los niños si hacían mucho ruido; prometerían un apartamento individual a los padres si robaban comida, discutían y hacían que la vida en casa resultara insoportable. No necesitaba imaginarse los detalles” (pág.182-3)

diumenge, 28 de desembre del 2008

Alaska: Dia 2

Día 2

Día agotador. Dos tours por Vancouver, es excesivo. Nuestro guía es un buen ejemplo del multiculturalismo de Canadá. Nuestro guía es un canadiense nacido en México de origen japonés, Jesús Kimura. Nos llevó por la mañana en un microbús lleno de mexicanos –españoles no había-.En el recorrido nos llevó a los fantásticos parques que la ciudad tiene. El Queen Elizabeth Park y el Stanley Park. En el primero, se divisa toda la ciudad están construyendo nuevas vías de comunicación de cara a los Juegos Olímpico de invierno del 2010. En el transcurso del paseo por el parque conocí a uno de los turistas mexicanos que se alegraba de la victoria de España en el europeo. Resultó que había vivido tres meses en Barcelona, realizando un cursillo para juez-magistrado en la escuela jurídica de Barcelona (Tibidabo). Estaba ejerciendo de magistrado de lo contencioso en la ciudad de Guadalajara (México). Entre el parque Queen hasta el Stanley había que atravesar la ciudad y fue en este momento cuando se hizo un recorrido por la ciudad. Fuimos al barrio chino. Pasamos por la zona más deprimida de Vancouver. Parece tarea imposible solventar la pobreza.El parque Stanley es enorme. Se puede recorrer por carretera dentro de las laderas que rodean al parque, junto al mar. La otra vía es exclusiva para viandantes y bicicletas, cerca de 12 km de recorrido, bordeando la costa. Sensacional. El parque toca prácticamente el centro de la ciudad. Era domingo, había una enorme cantidad de gente disfrutando del sol, poco frecuente en esta ciudad. Una envidia. Había toda clase de personas paseando y descansando por el césped. Hindús jugando a cricket, orientales descansando y viendo jugar a los niños, incluso, un grupo que parecía afganos, donde sólo jugaban los chicos, pues, las mujeres parecían invisibles. Estuvimos en la zona ocio de los domingos. Un mercado muy bonito, abarrotado y bien presentado, donde los productos, había de todo, se presentaban a los ojos. Había tiendas de souvenirs. Compramos camisetas y una gorra.






Fue una experiencia muy agradable e instructiva. Por la tarde realizamos otra excursión. El tour era Vancouver- norte. Atravesamos el puente Capilano, muy turístico y ascenso en teleférico a una estación de esquí que se reconvierte en verano para actividades al aire libre. Había allí dos osos en cautividad. Había mosquitos. Se hizo tardísimo. Junto a G. se sentó una “modelo”, pero G. no le dijo nada. Normal. En el trayecto final una de las turistas que iba en el autocar empezó a contar chistes. Tenía gracias explicando ocurrencias. Por ejemplo, ¿cómo dicen en swahili pan? Bim-bo. Explicada por ella tenía mucha gracia. No pudimos ir a un restaurante. Fuimos a una tienda para comprar algún sándwich y una magdalena (muffins) que nos acompañó durante días, hasta lograr deshacernos de ella.


Alaska: Barcelona-Vancouver
















DÍA 1

Salida a las 3,30h hacia XXXX y Barcelona. Fuimos con nuestro coche al parking del XXXXX. Allí nos esperaba el taxi que nos conduciría al aeropuerto. El taxista conversó acerca de lo divino y humano. Una vez en el aeropuerto, no había tránsito a aquellas horas, llegamos aún de madrugada, pero ya había mucha actividad en los mostradores de las líneas aéreas. Después de hacer las colas de rigor, y facturar las maletas, nos dirigimos hacia los puestos de control. A las 6.55 h salida hacia Frankfurt. Espera interminable hasta las 13.00 h y llegada a Vancouver a las 14.30h. El viaje se ha hecho interminable debido a la diferencia horaria de 9 h. Estoy escribiendo estas líneas a las 7.52 h. Todos estamos cansados. Hemos ido a un restaurante italiano. El camarero no ha preguntado si éramos españoles y de dónde. Estaba encantado. Después en la nota del precio iba incluida la propina.


El primer trayecto de Barcelona a Frankfurt, teníamos delante de nuestros asientos a dos gays. Sus besos supongo que nos desconciertan. No eran besos de exhibición, pero resultaban extraños. No sé si iban a Frankfurt o a otro lugar. Sobre gustos y preferencias no hay normas. Reivindicar la sexualidad como identidad personal es una opción. ¿Por qué debemos construir esa identidad precisamente a través de la sexualidad? Supongo que el día que no tenga que mencionar el hecho que dos personas del mismo sexo se besen, porque no merezca ningún comentario, será el momento de pensar en que no es importante resaltarlo.

La segunda etapa se ha hecho interminable, pensaba que sería peor. Si en la primera etapa hemos ido desde Barcelona a Frankfurt vía Golfo de León, los Alpes, hemos visto el Mont Blanc, y Frankfurt. En la segunda se ha seguido la ruta hacia Islandia, Groenlandia, Norte del Canadá y Vancouver.

El espacio en el avión siendo reducido no era asfixiante. Había una pequeña pantalla en el asiento delantero que permitía ver películas, música. El ambiente era frío, más bien gélido, debido al aire acondicionado que castigaba a todos los pasajeros. Íbamos en la misma dirección del Sol. No he podido dormir.

En Vancouver –su aeropuerto era muy multicultural-, nos esperaban para llevarnos al hotel. Un señor mayor –da a puro pensar en la forma de ganarse la vida-, nos ha llevado las maletas en un carro hasta la habitación 908.




Hemos salido a la ciudad, había mucho ambiente. Coches japoneses y todoterrenos llenaban las avenidas amplias y curiosamente silenciosas. Los taxis llevan casi todos sistemas para reducir la contaminación –híbridos-. Una mezcolanza de grupos étnicos –especialmente asiáticos- llenan las calles. El tiempo era perfecto. Mañana habrá más.