¿Deben los partidos independentistas votar a favor de los Presupuestos de Sánchez? La cuestión es una prueba de fuego para todos. El PSOE necesita los votos de los independentistas. ¿Qué contrapartidas propone el PSOE? Según ellos, mejora en infraestructuras, una nueva cataratas de millones, como en el cuento de la lechera. La credibilidad de sus promesas es nula. La historia reciente avala la absoluta desconfianza de semejantes cantos de sirena. La otra cuestión que se plantea es que si no se aprueban, habrá nuevas elecciones, y la posibilidad que la derecha y la extrema derecha gobierne España e impongan un 155 en Cataluña. Palo o zanahoria.
Cómo su propia retórica les exige, el PSOE, no puede hacer ningún gesto, con independentismo, pues, tanto el PP y Cs, podrían el grito en el cielo. El PSOE no quiere perder votos por culpa de los independentistas, a pesar que los necesitan.
Pedro Sánchez, tiene miedo. Su mirada no va hacia adelante, sino que mira hacia atrás, hacia la derecha, cada vez más reaccionaria. No puede maniobrar con soltura, porque ni está convencido de negociar, ni quiere perder votantes que se vayan a otras opciones. El PSOE está sólo. Tanto la antigua Convergència como ERC, son los “nuevos apestados”, se necesitan sus votos, pero no quieren saber nada sus vuestras demandas. En estas circunstancias, el PSOE, siempre podrá derivar la culpa a los culpables por antonomasia, es decir, el independentismo. ¿Qué pasa con los independentistas? ¿Quieren nuevas elecciones? ¿Se han mirado los últimos sondeos de opinión?
Naturalmente, la cuesta es solamente eso. Hay una especie de empate entre “izquierda” y “derecha”. El 1% de Vox, no es significativo. La apuesta por unas nuevas elecciones es jugar con el azar. Las consecuencias pueden ser muy funestas si venciera la opción unionista del art.155. ¿Han de firmar un cheque en blanco? ¿Realmente el PSOE quiere debatir con el independentismo? En la cuesta del CIS del mes de octubre de 2018, hay un dato interesante:
Un 10,1% admite la posibilidad de que las autonomías pudieran convertirse en Estados independientes.
Que la independencia no quita el sueño a la sociedad española es un dato que se expresa en el CIS:
Llama la atención que la vivienda, los desahucios, y la violencia contra las mujeres ocupen, una valoración tan insignificante. La independencia de Cataluña no acapara tampoco ningún puesto relevante entre las preocupaciones de los encuestados. Como primera preocupación obtiene un 4,5%. La inmigración tampoco ocupa muchas preocupaciones. Sin embargo, estos problemas han polarizado las elecciones andaluzas. Esto demuestra que los sondeos han de ser tomados con muchísima cautela. Es evidente que entre los fabricantes de opinión y sus receptores hay discontinuidades muy elevadas. Eso podría significar muchas cosas. No estoy en disposición de explicarlas.