diumenge, 11 de novembre del 2012

La muerte de una anciana....

Leo en El País de hoy, una noticia que hiere y nos agrede. La vulneración de derechos de los más débiles se expresa en esa trágica noticia. Decir trágica no quiere decir que era inevitable. La Ley de Dependencia era una respuesta a esas situaciones, pero antes de llevarla a la práctica y con la excusa de la crisis se ha echado por la borda lo que era la medida más importante en temas sociales desde la democracia. Sin embargo, esa madre y esa hija, no eran sistémicas, mientras que lo que les quitamos a la Ley de dependencia se lo damos a los bancos, que ellos si son sistémicos, ¡menuda mierda!
 
 

divendres, 9 de novembre del 2012

Bancos letales


“Amaya Egaña, una mujer de 53 años, ha fallecido esta mañana al arrojarse al vacío desde el balcón de su vivienda en Barakaldo (Bizkaia) cuando iba a ser desahuciada” (El País, 9/11/2012).  La crisis se expresa en la impotencia y la desesperación de una mujer que se lanza al vacío. No todos se tiran de la ventana. Algunas personas si lo hacen. Deberíamos meditar sobre este drama al que los gobiernos del PSOE y el PP han hecho oídos sordos a lo largo de la crisis. Incluso el estamento judicial ha clamado por reformar las leyes hipotecarias que son un cheque en blanco para los bancos, que nos han llevado a esta crisis. No ve visto que ningún consejero delegado de las entidades bancarias se haya suicidado.

 

¿Por qué no nos dicen cuál es la entidad por la que se hacia el desahucio? Deberíamos TODOS retirar nuestros “escasos” fondos de esas entidades que al amparo de la ley están destrozando la vida de tantos miles de conciudadanos.

 

dimarts, 6 de novembre del 2012

Drama en Madrid


Los norteamericanos votan, y ¿qué?. ¿ Acaso mejoraran nuestra maltrecha dignidad? ¿Acaso esperamos que solucionen nuestros problemas? Podríamos llenarnos la boca...... pero acaso importa.

 

El drama en Madrid debería hacernos pensar en la fragilidad de la vida. El cúmulo de fatalidades –negligencias, omisiones, irresponsabilidad, etc.- dan como resultado que unas jóvenes (4) que van a una fiesta acaben muertas. Inmediatamente el Ayuntamiento descarga toda la responsabilidad. TODA. Pero el local era de titularidad pública. Los abogados se frotan las manos ante tamaño reto jurídico. Y en medio del drama, aparece el padre de una de ellas para declarar que si Dios la quiere con ellas así sea su voluntad. No sé si todos los familiares de las demás víctimas pensaran lo mismo. Cada uno llevará ese desastre como mejor sepa llevarlo. Su nombres eran: Belén, Katia, Rocío y Cristina. Desde esta página mi solidaridad en un dolor incomunicable.

divendres, 2 de novembre del 2012

hastío o revienta


Las semanas avanzan pero la sensación de frustración se hace más intolerable. El gobierno hace como si estuviese manejando la crisis con habilidad y acierto. Incluso el ministro de Hacienda nos dice que los próximos presupuestos son los más “sociales de la historia de la democracia”. No sé en qué país vivo. Entre los cantos de sirena de un futuro estado catalán y la despreocupación del gobierno que espera que todo pase, la realidad no deja margen.
 

Mientras la tiranía de lo cotidiano ahoga cualquier discurso triunfalista. Los ciudadanos estamos sufriendo el miedo al desamparado. La solidaridad se deshace como el azúcar. Los recortes sociales hacen que cientos de miles de personas se vean en situaciones impensables hace sólo un año. Las cifras de paro aumentan, la reducción de las prestaciones sociales –subsidio de paro, ayuda familiar- se reducen de manera ignominiosa, mientras que los bancos viven en otro plano. Ellos son sistémicos, es decir, son insustituibles, mientras que los ciudadanos somos prescindibles. Los bancos deben miles de millones, pero nadie los embargara ni los echaran a la calle, como se hace con cientos de miles de ciudadanos que son desahuciados por falta de pago cerca de 170.000 en tres años, debido a la crisis que los propios bancos generaron.

 
 
Se han inventado un “banco malo”, la expresión no deja de ser inquietante. Incluso el “banco malo” podrá tener beneficios a largo plazo, pero no para los ciudadanos, sino para aquellas empresas que apuesten para sacar adelante el negocio de las hipotecas. Los bancos no perderán, porque la idea de perdidas es anatema.
 



“ Ve a la Bolsa de (...) un lugar donde reina más dignidad que en muchas cortes: encontrarás representantes de todas las naciones reunidos allí para fomentar el bienestar de la humanidad; allí los judíos, los mahometanos y lo cristianos tratan unos con otros como si fueran de la misma religión; los únicos a los que consideran infieles son lo que quiebran, (...).(Voltaire, Cartas filosóficas. Las cursivas son mías) 

Los significativo de ese texto es que hoy, ya no hay que preocuparse por la suerte de los bancos, porque están asegurados con los impuestos de todos nosotros. Sólo se socializan las perdidas mientras que las ganancias irán a parar a los bolsillos de los accionistas de esas entidades. Cuando nos dicen que los bancos son necesarios, simplemente están haciendo apología de ese capitalismo tramposo que quiere seguridades, mientras que echa a la miseria a los que han creído las mentiras de los gobiernos.

dimecres, 17 d’octubre del 2012

Bancos de ira


Leo en Violència de Slavoj Zizek lo siguiente: “Els moviments polítics d’esquerres són con uns “bancs d’ira”. Acumulen les inversions d’ira col·lectiva de la gent i els prometen una venjança a gran escala, el restabliment de la justícia global”["Los movimientos políticos de izquierda son como un "banco de ira". Acumulan las inversiones deira colectiva de la gente y les prometen una venganza a gran escal, el restablecimiento de la justicia global" ] (pàg.190).

 

Llama la atención que la derecha no se preocupa por establecer la “justicia global”, en la medida que tal “justicia” no es posible llevarla a cabo. Las desigualdades e injusticias son para la derecha, naturales, como lo son las catástrofes naturales, imponderables ante los cuales no se puede hacer nada. Por eso las derechas no se ven en ninguna obligación de restituir esa “justicia global”. La historia es simplemente la constatación de que hay unos que siempre ganan y otros siempre pierden. ¡Hasta cuándo no aprenderemos esta lección!

 
 

Los movimientos sociales del 15M, por ejemplo, acumulan ira, resentimiento y rencor contra los bancos, y todos su adláteres que desde la economía y la política afirman que no hay otra solución que salvar al sistema financiero antes que a las personas. ¿Cómo encauzar esa ira? En democracia, a través de las manifestaciones y posteriormente, a través de las urnas. ¿Qué sucede cuando los partidos políticos están soldados a las finanzas? ¿Qué sucede cuando  por decir en clave de lo Hirschman,  voz sin salida? ¿No hay la tentación de ir más allá de la voz –violencia-? También es posible que la opción de la apatía  democrática, la abstención y el desapego sean otra salida que la clase política ve como un mal menor, y que la derecha bendice al decirnos que las mayorías silenciosas son lo mejor de cada casa.

divendres, 12 d’octubre del 2012

Leonora


Acabo de leer “Leonora” de Elena Poniatowska. ed.Seix Barral. Premio biblioteca breve 2011. Su lectura deja una impresión como las huellas en la arena de la playa. Se trata de una biografía de la pintora surrealista Leonora Carrington. En manos de Poniatowska la novela es una radiografía de una época –atroz- que dejo huellas en todos los que la vivieron. La Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial, Crookhey Hall, México, los sucesos de 1968 en la plaza del Zócalo, Madrid, Santander, Lisboa, Nueva York, París, St.Martin D’Ardèche, una geografía que expresa una travesía en la que se mezcla el amor, la locura, el desamor, y sobre todo, la pintura.


El mundo mágico de los mayas (1963)


En la novela, a través de sus 56 capítulos, se van desgranando la vida de una mujer que no quiso ser de su tiempo, que quería ser inmortal, porque temía a la muerte, su rebelión consistió en pintar: “Lo que pinto es mi nostalgia” (pág.490). Una nostalgia que desde su Inglaterra natal le hará dar una vuelta al mundo de su infancia, llenas de historias mágicas y una voluntad ferra de ser distinta.



Leonora ha vivido tantas vidas como los gatos. “Vivía varias existencias: la de mi niñez, la de mi rebeldía, la de mi maternidad, la de mi pintura” (pág.492). En la novela hay nombres propios, muchos. Max, Renato, Chiki, Edward, Álvaro. Dos experiencias vitales la convulsionan hasta la médula: la experiencia vital con Max Ernest y su ruptura a manos de la policía francesa y posterior encierro en u campo de prisioneros, y su posterior hundimiento en la locura. Santander. Las dosis de cardiazol que la dejan y alejan de este mundo.


Una vida que se expresa en sus pinturas y que en la novela van apareciendo al compás de su experiencia vital. Pintar la vida le hace sentirse invulnerable a la muerte. Estas breve líneas son una invitación para leer esta novela-biografía de una mujer excepcional. Una novela llena de pasión hacia una mujer extraordinaria, ¡acaso no lo es enloquecer de amor! Su pintura nos recuerda que fue una auténtica giganta de la pintura del siglo XX.