Día 9
Desayuno sin prisas, el vuelo sale tarde 13h. hay mucho tiempo, lamentablemente, el hotel al estar situado en la periferia de Calafate no nos permite pasearnos por sus calles, que por otra parte, son en general, muy impersonales.
Llegar al aeropuerto, que es pequeño y situado muy lejos de El Calafate, junto al lago Argentino, en posición paralela a dicho lago, supongo que para evitar los potentes vientos que no dejan de soplar. Después me entero que los aviones despegan con el viento de frente.
El vuelo hacia Bariloche, dura 1h aproximadamente. Alguna pequeña turbulencia y un aterrizaje brusco que hace despertar a cualquiera que estuviera apurando una cabezada. Allí nos esperaba nuestro guía. Traslado al bus y dirigirnos a Bariloche. Ciudad grande, pero que no tiene encanto, y solo hay pocos monumentos salidos de la mano del hombre dignos de mención.
Bariloche
El hotel es espléndido, Cacique Inacayal. Hemos tenido la fortuna de tener unas vistas espectaculares. Un saliente vitral nos permite contemplar un escenario grandioso, en medio del Lago Nahuel Huapi, que parece un mar.
Desafortunadamente, era festivo, y a la hora que hemos llegado al hotel, eran cerca de las 16h. Casi todo estaba cerrado. Hemos ido a comer algo, y hemos encontrado muy cerca del hotel una cafetería que tenía vistas al lago. La cocina había cerrado. He pedido un sandwich. Después de 35-40’ ha llegado lo pedido. ¡Cómo se puede tardar tantísimo en servir? Resulta que el sándwich era nada menos que cuatro bikinis calientes. ¡Quién había pedido cuatro! ¡Suerte que había pedido una cerveza!
Nos hemos levantado de la cafetería con la sensación de haber sido timados, no por el precio, sino porque lo que hemos pedido no se ajustaba a lo que nos han traído. Seguramente, deberíamos haber especificado el significado lo que habíamos pedido. Nos hemos paseado por las calles para los turistas, esperaba algo más después de Ushuaia y Calafate. Hemos visto la Catedral de Nuestra Señora de Nahuel Huapi, construcción de piedra, que implica la idea de permanencia. La plaza donde se ubica el centro cívico y la torre y la estatua ecuestre. El conjunto recuerda a edificaciones alpinas. Nos hemos paseado por la calle para turistas/consumistas. Nada nuevo que señalar. Hay grandes tiendas de chocolate. Bariloche es el centro del chocolate, así lo promocionan los folletos turísticos.
Ciertamente, eran trampas mortales para el colesterol y el azúcar. Nos hemos vuelto al hotel, he ido a correr en paralelo a lago, cerca de unos 40’. Me sentía con las piernas pesadas y me costaba respirar. ¡Faltaba entrenarse!
Después de una ducha reparadora, hemos ido al restaurante del hotel que está al mismo nivel que nuestra habitación. La cena ha sido excelente. Uno de los camareros, un chico joven y especialmente jovial, nos ha explicado que estuvo en Andorra unos seis meses y hablaba un catalán excelente.
A la vuelta de la habitación, hemos hecho fotografías del lago, el viento seguía azotando el lago. Mañana toca el circuito de los Siete Lagos. No estaba previsto pero sobre la marcha se ha acordado el precio por 1500 pesos p/p. Mañana más. Nos espera San Andrés de los Andes.
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