dimarts, 11 de setembre del 2018

Diada Nacional de Catalunya 2018

Diada Nacional de Catalunya



Una vez más la sociedad catalana - los que aspiran a la independencia- ha llenado la Diagonal. Una Diada que ha tenido que reivindicar a los presos políticos y exiliados, que hace un año asistía a este acto masivo, reivindicativo y festivo.

Un año en el que han pasado demasiadas cosas. Un resultado catastrófico para todos, para los protagonistas que estan en prisión preventiva y los exiliados y también para las instituciones sean estatales y autonómicas. Una declaración de independencia que no ha llevado a ningún lado y sí al intento insensato del anterior gobierno del PP por transferir la política a los juzgados. Curiosamente los artífices de esos desaguisados, están fuera de la política.

Es necesario reflexionar sobre lo que hay que hacer. La Diada demuestra que mucha gente no ha olvidado lo sucedido el 1-O, ni los acontencimientos anteriores y posteriores. Pero la sociedad catalana, toda ella, necesita que el govern se dedique a gestionar la autonomía que aún existe. Es necesario dar respuesta a los problemas que la sociedad demanda: vivienda, sanidad, paro, educación, seguridad, tercera edad, etc., es verdad que estos problemas no los puede solucionar unilateralmente Cataluña, pero allí donde sus competencias existen debe llevarlas a cabo con todo el vigor y rigor que sea posible.


No podemos estar esperando los resultados de unos juicios políticos. Dice el TS que quiere un juicio rápido. No sé si da más miedo esa expresión, porque lo propio, sería más bien un juicio justo. No podemos esperar que la Generalitat esté a la espera de sus resultados para actuar. Tiene que hacer política. Tejer complicidades, olvidarse de retóricas estériles. Ahora toca poner los pies en el suelo. Cataluña no puede competir con el Estado. Debe dedicarse a lo que puede hacer. Todos sabemos que hay un objetivo, la independencia, pero para llegar a ella, es necesario, armarse de paciencia y razones, y sobre todo de ampliar horizontes. Es evidente que no podremos esperar consensos del 75% o cosas por el estilo. Pero sí ir más allá del 60%. 

Las hojas de ruta y los plazos inmutables han sido un error monumental. La sociedad catalana no necesita de carreras alocadas que no conducen a ningún lado. Necesitamos líderes que miren sobre las carencias de nuestra sociedad y traten de resolverlas según sus posiblidades reales, que como todos sabemos, son muy limitadas. Es en base a la actuación de las necesidades de la sociedad, como se pueden tejer esas complicidades de las que hablábamos antes. La política siempre es correlación de fuerzas, PSC y Podem, son necesarias para ampliarlas, pero también hay que ser conscientes de las servidumbres de esos partidos políticos que miran en clave nacional. Retóricas variables según se hable desde Barcelona o desde Madrid. Entra en las reglas del juego democrático. Jugar a eso es necesario e imprescindible. No es necesario ni obligatorio escuchar a la CUP. ¡No son el oráculo de Delfos!

¿Qué sucederá si la STS es condenatoria? ¿Qué habrá que hacer? El TS tiene un regalo envenenado que le envío el PP. Habrá condenas, pero la cuestión fundamental es si esas condenas son por desobediencia al TC o son los delitos de rebelión. Si son los segundos, habremos entrado en otra dimensión. Las leyes son interpretables, esperemos que el TS sea capaz de salirse de la vía muerte que el PP le ha querido meter.

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