diumenge, 18 de maig del 2014

No poder poder (II)



1.- A la sociedad actual, Han, la denomina “sociedad del rendimiento”. La palabra mágica que domina es “poder”. Z.Bauman hablaba de sociedad líquida –capitalismo financiero y patrimonial- y sociedad sólida –capitalismo de bienes y consumo-. En la fase sólida o “disciplinar” (M.Foucault) la palabra adecuada era “deber”. Ahora, en la sociedad del rendimiento, el poder se expresa mediante “la motivación, la iniciativa y el proyecto” son más eficaces que el modelo disciplinar. El hombre que surge esta sociedad es el emprendedor. Éste “como empresario de sí mismo” actúa a la vez como empresario y trabajador en una fusión inquietante y preocupante.



2.- Han vierte una crítica acerada a las tesis de M.Foucault. Éste había elaborado una metafísica del poder de raíz nietzscheana, que ha ejercido una influencia muy importante en diversos autores. Sin embargo, la debilidad de sus tesis es que solo pueden aplicarse a la fase sólida, pero no a la líquida, que es el reproche de Han. La muerte prematura de Foucault no ha permitido los posibles análisis que podría haber realizado. Si en la fase sólida se podía hablar de explotación, ahora, que el emprendedor es su propio empresario y trabajador, ¿cómo queda la explotación? Han argumenta que la tesis de Foucault no es capaz de ver la ”violencia de la libertad” que el sistema neoliberal crea en el emprendedor.

3.- En la actualidad, hay una palabra talismán que es “tú puedes”. Al decir de Han, está risueña palabra esconde una auténtica emboscada psíquica. ¿Por qué como dice, Han, “no es posible ninguna resistencia contra sí mismo”. Eso significa que quien fracasa, ya no podrá traspasar la responsabilidad a los otros, sino que tendrá aceptar una cruda realidad, el fracaso lleva consigo la “culpa”. El fracasado en el capitalismo financiero y patrimonial de la etapa líquida, tiene “excusa y expiación”. Así, el nuevo canto de sirena del capitalismo líquido, consiste en cargar toda la responsabilidad al individuo, átomo de una sociedad, que como el mundo leibniziano, son mundo cerrados que en virtud de la “armonía preestablecida” –capitalismo líquido-, imaginan que somos una comunidad. Si fracaso no puede trasladar la responsabilidad ni a la sociedad, ni el Estado, ni mucho menos al sistema económico. El resultado es la depresión. Es decir, que “no puedo”, y eso, se ha convertido en anatema para nuestra sociedad que se llena la boca de “sí se puede”.


4.- Para Han, el Eros, es un realidad que no puede ser reciclada por el sistema económico basado en el “rendimiento”. Es el “no poder poder”. La negatividad, otro concepto clave de Han. Esta negatividad significa un rechazo a la lógica del rendimiento, de la positividad. El Eros desbarata la estrategia de la positividad en la que se ha instalado nuestra sociedad. El Eros reconoce la alteridad, “la atopía del otro”, que escapa al control del poder. De esa nueva manera de entender el poder. Se desdibuja los “aparatos de poder” externos y se refuerzas los mecanismos psicológicos internos.

5.- Para Han, el amor se “positiva hoy como sexualidad”. En frase apretada dirá: “El sexo es rendimiento”. Ya veremos que la exaltación del sexo como rendimiento se expresa en la pornografía. El amor –Eros- desparece del escenario para dar cabida a la exaltación del cuerpo, que se convierte en mercancía. Es decir, la sexualidad se expresa desde la nueva positividad en consumo.

6.- El “otro” desaparece en esta nueva Sodoma para poder exhibirse mejor. Han cita a M.Buber para indicar la consecuencia de esta desaparición del otro –“distancia originaria”-, es el “principio de ser humano y constituye la condición trascendental de posibilidad de la alteridad” (M.Buber).

7.- Si la nueva lógica del rendimiento se aplica al amor, su consecuencia, según Han, es que el amor se convierte en sexualidad y ésta en “fórmula de disfrute”. Lo esencial es que todo sea soft, es decir, sensaciones agradables, como dice Han “una emoción y una excitación sin consecuencias”. Huir de lo desagradable –negatividad - es el principio al que hay que atenerse en estos asuntos. Nada de enamorarse, nada de sentimientos intensos, de pasión. Que todo sea soft, se expresa en otra palabra talismán: “precioso”. Este adjetivo se ha convertido en sustantivo y expresa la positividad con que el sistema se empeña en instaurar, con la colaboración activa de todos nosotros.




8.- Eros se bate en retirada. Nuestra sociedad busca activamente el consumo y rechaza cualquier veleidad hacia el “otro”, al atopos, al amado y aquello que buscamos y no encontramos, la negatividad. La negatividad se deja consumir. Por eso se expulsa de nuestro imaginario colectivo. La derivada de todo ello, en al decir de Han, “una sociedad que se vuelve cada vez más narcisista”. Han apostilla: “El capitalismo elimina por doquier la alteridad para someterlo todo al consumo”.


Bibliografía:

Byung-Chul Han.- La agonía del Eros. col Pensamiento Herder, ed.Herder, Barcelona, 2012.

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