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diumenge, 28 d’octubre del 2018
La República (II)
La República que nunca existió cumple un año. Un año amargo y turbio. Ahora empieza a conocerse la génesis de los días anteriores a la declaración de independencia (DUI). "Ens la fotran! Ens la fotran un altre cop!", esclata el president Puigdemont”. Esta afirmación expresa la desesperación ante la encrucijada en que se encontraba el President de la Generalitat.
Después del 1-O y el descrédito del Gobierno central, éste había pasado a la acción, con la amenaza inminente de la aplicación del artículo 155 de la CE. La amenaza suponía suspender la Autonomía, cosa inédita en nuestra historia reciente, desde la implantación de la democracia. Puigdemont, quería garantías que si no había declaración unilateral, el gobierno central no aplicaría el 155. Miquel Iceta intento llevar a cabo una mediación que no pudo llevar a buen puerto. Ante esta tesitura, Puigdemont, se sintió en el vacío. Por un lado, sí suspendía la declaración de independencia, no tenía garantizado que el gobierno de la Generalitat fue a ser igualmente suspendido. Por otro lado, muchos de los consellers, además de ERC y la CUP, considerarían ese paso atras como una traición. Además existía el añadido de que los representantes de Omnium cultural y la ANC, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, habían ingresado en prisión el 16 de octubre. Dos fuerzas sociales que habían luchado para conseguir la independencia. Puigdemont se debate entre el pragmatismo y el sentimentalismo. En cualquier caso, iba a perder. Lo que no sabía era cuánto.
El 27 de octubre de 2018, tal como nos informa el Ara.cat., las recriminaciones de unos y otros salen a la luz, "Hem de fer costat al president –exigeix Rigau, partidària de convocar eleccions "sense dubtes ni dilacions". Però afegeix que la situació requereix "autèntics homes d'estat". Una apel·lació que ofèn Junqueras, que li demana que no li falti al respecte. Puigdemont salta contra el seu vicepresident, a qui acusa veladament d'atiar la reacció contra ell. "El que és una autèntica falta de respecte són les acusacions de covard i traïdor que alguns escampen pels carrers", li retreu”. (Ara.cat, SECCIÓ DE POLÍTICA DE L'ARA Barcelona )
La escalada de la tensión entre Puigdemont y ERC, se hace patente “Gabriel Rufián ho resumeix en un missatge que cau com una llosa sobre tots els partidaris de convocar eleccions: "155 monedes de plata". (Ara.cat, SECCIÓ DE POLÍTICA DE L'ARA Barcelona ).
"No ho he pogut aconseguir", admet Iceta.” (Ara.cat, SECCIÓ DE POLÍTICA DE L'ARA Barcelona ). Con esta frase Puigdemont toma una decisión que generará todo lo que hemos conocido durante todo este año. El propio Puigdemont, a las cinco de la tarde pronuncia las siguiente palabras: "En aquestes últimes hores, abans no expiri la meva potestat per convocar eleccions al Parlament com a resultat de l'entrada en vigor de les mesures proposades pel govern espanyol en aplicació del 155, he considerat la possibilitat d'exercir-la i convocar eleccions. És la meva potestat i diversa gent m'ha interpel·lat aquests dies sobre si pensava exercir-la o no [...]. He estat disposat a convocar aquestes eleccions sempre que es donessin unes garanties que permetessin la seva celebració amb absoluta normalitat. No hi ha cap d'aquestes garanties que justifiquin avui la convocatòria d'eleccions al Parlament", afirma.” (Ara.cat, SECCIÓ DE POLÍTICA DE L'ARA Barcelona ). Con esta comparecencia, Puigdemont, va a poner en marcha la DUI, pero también la reacción del gobierno central.
PD: La Crida Nacional per la República, ha empezado su andura, de la mano de Carles Puigdemont, Jordi Sánchez y Quim Torra, President de la Generalitat. Este 27 de octubre han celebrado en Manresa su presentación. Hay una exuberancia de siglas que no ayuda a comprender porque estamos peor que hace un año. Es evidente que Carles Puigdemont sigue siendo el eje de referencia, pero hace superfluo a Quim Torra como President. La imagen que dan es la del hámster en su jaula corriendo en la rueda que gira para no ir a ninguna parte.
dissabte, 27 d’octubre del 2018
La República (I)
En el libro de Josep Martí, (Cómo ganamos el preceso y perdimos la República. Una crónica de la crisis de estado desde dentro y desde fuera. EDLibros, 2018), en Escena 20, La derrota; nos dice lo siguiente:
“El President estaba aislado y nadie sabía muy bien en qué posición estaba cada uno. (…) Mayoritariamente, la sensación era que quizá lo más inteligente, en el plano político, era convocar elecciones, pero siempre acompañando esa convicción de una muletilla habital durante el proceso: “No podemo echarnos atrás”. Por supuesto, también había quien como era el caso de los consellers áulicos –[Jordi Turull i Josep Rull, no los nombre en el texto]- continuaban pensando que el pulso debía echarse hasta las últimas consecuencias y seguían instalados en el “ahora o nunca”.
“Solo el lehendakari, Iñaki Urkullu, consiguió que las dudas razonables ganaran espacio en la íntima reflexión que acompañaba a Carles Puigdemont durante esas horas. (…) Se trataba de aceptar o no lo que Moncloa fijaba como una concesión de máximos sobre la cual no había discusión ni margen.”
“El acuerdo al que se llegó contemplaba que el Senado daba su visto bueno al artículo 155 y el Gobierno central lo congelaba, siempre y cuando Puigdemont convocara elecciones dando por agotada la legislatura y olvidándose de proclamar la República. (…). Por la noche el decreto de convocatoria de las mismas estaba preparado ya para la firma. En él figuraba, como había solicitado el Gobierno español, una clara mención a la legalidad española.”
[Se esperaba que Gobierno central, enviara un mensaje de confianza] (…)“El jefe de gabinete de Puigdemont llamó reiterada-mente a su homólogo en Madrid, Jorge Moragas, a lo largo de toda la mañana. Nadie contestó esas llamadas.”.
“El soberanismo menos contemporizador se lanzó a la jugular de Carles Puigdemont. En la Plaça Sant Jaume estudiantes congregados ante el Palau de la Generalitat también insultaban al President. La rueda de prensa para anunciar la convocatoria de elecciones se atrasó en un primer momento y finalmente se suspendió”.
“La República superaba su último escollo, Puigdemont no había podido aguantar la presión o, simplemente, había reconsiderado su decisión para actuar de acuerdo con sus convicciones reales. El resultado era el mismo. La cita con la historia sería al día siguiente en el Parlament de Catalunya.”
“La República vino al mundo de un modo particularmente atípico. Lo que se votó fue una propuesta de resolución de Junts pel Sí y la CUP en que se instaba al Govern a desplegar la Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República. En el preámbulo, que fue leído por la presidenta del Parlament, Carme Forcadell [afirma]: “Constituimos la República Catalana como Estado independiene y soberano, de derecho, democrático y social”.
“La República Catalaba veía la luz en un ambiente triste y enmudecido. Solo 82 diputados de los 135 del Parlament participaron en la votación. Sententa votos fueron favorables.” [Simultanéamente, se poneía en marcha el artículo 155]
“(…) Queriéndolo ganar todo, se perdía todo. La República nacía muerta. Si en 1976, en Catalunya la reivindicación era “libertad, amnistía y estatuo de autonomía”, a punto de finalizar 2017 sería “recuperar las instituciones y liberar a los presos políticos”, prácticamente lo mismo pero con diferentes palabras. Del todo a la nada.” (págs.141-154)
La narración de Josep Martí, es precisa y afilada. No hay falsos sentimentalismo. El mismo se declara independentista, pero su análisis no carece de interés. Parece decirnos, que desde la vertiente independentista, las impaciencias históricas y la efervescencia del 1-O, no fueron buenas consejeras a la hora de actuar con moderación y sentido práctico. Ambas habían sido el sello de CiU.
dimarts, 23 d’octubre del 2018
Khashoggi es ciudadano de Marte
Imaginemos la escena, un conocido opositor de un régimen populista –siempre son los Otros los populistas-, va al consulado a gestionar cualquier trámite. Al entrar al consulado, éste no vuelve a aparecer. Los familiares y amigos del opositor ponen en conocimiento del hecho a la policía y a los medios de comunicación.
Mientras, desde el gobierno populista se declara que el opositor nunca pisó el consulado. Se disparan las alarmas y las especulaciones. Se habla de asesinato político. La prensa nacional va llena de proclamas contra ese régimen populista.
Finalmente, el gobierno populista, debe admitir que si entró en el consulado, pero que el opositor sufrió un infarto y murió instantáneamente. El cadáver del opositor desaparece del consulado de manera milagrosa.
¿Se imaginan lo que pasaría? Es evidente que lo que ha sucedido con Jamal Khashoggi, no tiene nombre, excepto, asesinato de estado. Pero repito, siendo Arabia Saudí, no pasará nada. España se desvincula de un posible boicot contra una “democracia joven”. Sin embargo, si eso hubiese sucedido con Venezuela, pongamos por caso, ¿no se estaría hablando de boicots de todo orden contra el régimen? La hipocresía internacional sólo tiene en cuenta la fuerza que dispone o el dinero. Así Corea del Norte siendo una potencia nuclear puede hacer a sus ciudadanos lo que ellos quieren, ante la pasividad de esa Comunidad Internacional que solo existe cuando conviene a los de siempre. En el caso de Arabia Saudí, su petróleo y sus petrodólares bastan para acallar a todos.
¿Qué haría el gobierno de España? Hay que recordar que el periodista asesinado, era ciudadano norteamericano, y sin embargo, desde la Administración Trump, parece que sea un ciudadano de Marte.
dilluns, 22 d’octubre del 2018
El caso Jamal Khashoggi
Mohamed bin Salman
Jamal Khashoggi
El caso Khashoggi es la demostración palmaria que la teocracia saudí, avalada incondicionalmente por EEUU y buena parte de estados del mundo mundial, se siente con el poder de hacer lo que quiera. El caso de Jamal Khashoggi, periodista saudí, crítico con el régimen, afincado en EEUU, fue a tramitar en el consulado saudí en Estambul (Turquía) los papeles que le permitían casarse con su prometida de nacionalidad turca. Entrar en el consulado y desaparecer para siempre. La desaparición -muerte- de Khashoggi se la han atribuido nada menos que al príncipe heredero Mohamed bin Salman. Por supuesto, en una primera versión, los saudíes, negaron que desapareciese en su consulado, y después de 18 días han tenido que cambiar su versión, está vez, más surealista, según la cual, su muerte se produjo a raíz de una pelea entre miembros de seguridad y el periodista. Fuentes turcas difundieron un audio donde se oyen gritos de Jamal Khashoggi siendo descuartizado vivo, según las mismas fuentes.
Las reacciones como no podían ser de otra manera, son extraordinariamente tibias. A EEUU, la versión oficial saudí, les convence de su veracidad. Europa, abanderado de los derechos humanos, ha tomado posiciones muy conservadoras, dada la naturaleza del país con el que tratan. España, después de haberse jurado amor eterno entre ambas monarquías, a raíz de la venta de armas, se mantiene con su perfil clásico, es decir, de alfombra persa. El mensaje queda claro: cualquiera que contradiga a los mandatarios de los países poderosos, pueden ser volatizados. ¡Quien avisa no es traidor!
diumenge, 21 d’octubre del 2018
Ponsatí: La DIU fue una comedia
Esta semana política nos lleva a las declaraciones de Clara Ponsatí a Catalunya Ràdio. Sus declaraciones han levantado una considerable polvareda político-mediática, sólo en Cataluña.
La idea clave de sus declaraciones es que el DIU fue una comedia de enredos. Dice: “No vam ser capaços de fer el que havíem dit que faríem". El problema es que sí hubo esa declaración, para inmediatamente, ponerla en suspenso.
¿Por qué Carles Puigemont se lanzo al vacío institucional? ¿No se había hablado y discutido en las reuniones de gobierno de la Generalitat? ¿Qué razones hubo para hacer ese paso que sabían que habrían consecuencias? Lo que es seguro que sé sabrá, con el tiempo, porque se hizo lo que se hizo.
La ex Consellera d’Educació, también formaba parte del “govern de la Generalitat”. En política es necesario el principio de realidad, y desgraciadamente, Carles Puigdemont se dejo llevar por las urgencias históricias. Alentado por una CUP cada vez más “radical” y por el miedo a aparecer débil, prefirió una inmolación que sólo ha beneficiado al españolismo más rancio y extremo.
Las consecuencias de aquella declaración son presos políticos y exiliados, entre ellos, el propio Carles Puigdemont. ¿Tiene razón Clara Ponsatí cuando afirma que no hay nada que negociar con relación a los presupuestos, mientras haya presos políticos? La respuesta no es fácil, porque las fuerzas independentistas son ahora mismo, parias del sistema.
Pedro Sánchez está como Presidente de Gobierno, por el apoyo de los independentistas. ¿No lo sabe el Presidente? Amenaza que si no apoyan sus presupuestos, la culpa exclusiva será de los independentistas. Según ellos, que son unas auténticas “almas bellas”, no hay posibilidad de inmiscuirse en el terreno judicial, porque a diferencia del PP, debe haber separación de poderes, están atados de pies y manos con respecto a las actuaciones de los tribunales.
Según el PSOE, la Fiscalía General del Estado, es un ente autonómo, a pesar que su nombramiento pertenece al Gobierno, pero el PSOE no ha dado ninguna instrucción para variar lo que el anterior Fiscal General, que éste sí recibía instrucciones precisas del Gobierno del PP. O sea, el PSOE ya le va bien la estrategia marcada por el PP para los independentistas. Otro tanto le ocurre con la Abogacía del Estado. Ninguna instrucción, excepto, las que ya había anteriormente. Es decir, siguen las instrucciones marcadas anteriormente por el PP.
Ante semejantes precedentes, la pregunta sobre si han de colaborar con el gobierno, parece que debería resolverse negativamente. El problema es que esta estrategia aboca a unas elecciones generales. El PSOE interesadamente, viene a decir, que esta solución posibilitará el regreso de la derecha más radical. Pues, la pugna entre partidos derechistas, PP, Cs, se amplía a Vox, según sondeos, también interesados, y que la confluencia de estos partidos, lleva inexorablemente la victoria de la derecha. El PSOE pretende hacer recaer la responsabilidad de esa eventual victoria, a las filas independentistas.
¿Qué deben hacer los partidos independentistas? La fractura entre JxCat y ERC es evidente en Cataluña, pero también lo es en el Congreso. No queda claro que harán unos y otros En todo caso, tanto si dan su apoyo como si no serán pasto de críticas virulentas por parte de todos los sectores.
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