(…). Incluso el último holandés es un ciudadano comparado con el primero de los alemanes. ¡Y qué juicios los de los extranjeros sobre el Gobierno prusiano! La unanimidad es espantosa, nadie se hace ya ilusiones sobre este sistema y su simple carácter. De modo que la nueva escuela ha valido al fin para algo. El manto de gala liberal ha caído al suelo y el despotismo más repugnante se halla expuesto en toda su desnudez ante los ojos del mundo. (K.Marx, Carta a Ruge, marzo de 1843)
El propio Marx contra Hegel, dejo escrito
que la historia universal aparecía una vez como tragedia y la otra como farsa
(El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, 1852). Todo esto viene a cuento con
lo que esta sucediendo en España y Cataluña. Allí donde se dice holandés,
puede cambiarse por cualquier ciudadano de Europa –excepto, en Polonia, Hungría,
etc.,- y donde se dice alemán, catalán.
Donde se dice prusiano, el gobierno español que utiliza el art.155 como un
martillo que aplasta cualquier vestigio del estado de derecho.