“He dejado de preguntarme si los míos, igual que el conjunto de los “egipcianizados”, se habían merecido su suerte y si Nasser tuvo derecho a echarlos así, sin contemplaciones, del país donde habían nacido”. (pág.50)
“En la actualidad estoy convencido de que la actitud correcta en este tema fue la que adoptó otro gran dirigente del continente africano nacido el mismo año que el rais, 1918, pero que apareció en época más tardía en la escena internacional: Nelson Mandela".
Si Nasser hizo huir a los “egipcianzados”, Mandela adoptó una actitud muy diferente. Pues, se preguntó: “le iría mejor a mi país si los afrikáneres se quedasen en vez de irse? Y la respuesta le parecía evidente para la estabilidad de Sudáfrica, para su salud económica, para el buen funcionamiento de sus instituciones, para su imagen en el mundo, valía más conservar a la minoría blanca cualquiera que hubiese sido su comportamiento.” (pág.51)
El comportamiento de Mandela, es excepcional, pues, a lo largo de la historia, las expulsiones de minorías, ha sido más bien la regla. Maalouf, repasa algunos ejemplos, incluida, la expulsión de los musulmanes y judíos (1492). Concluye con una afirmación significativa para los tiempos que corren: “a lo largo de la historia, las expulsiones en masa, parezcan o no justas y legítimas, han solido perjudicar a quienes se quedaron mucho más que a los expulsados”. (pág.53)
"No es por casualidad por lo que la nación más poderosa del planeta, a saber, Estados Unidos, se especializó en dar acogida a sucesivas oleadas de proscritos y desterrados, desde los puritanos ingleses hasta los judíos alemanes, pasando por los supervivientes de las revoluciones rusa, china, cubana o iraní, sin olvidarnos de los protestantes franceses; el segundo nombre del presidente Franklin Delano Roosevelt es el apellido de un antepasado hugonote que se llamaba, en sus orígenes, De Lannoy." (pág.53)
El miedo se ha extendido en Europa i Occidente. Miedo a invasiones que directa o indirectamente, somos responsables. El mundo actual se ha hecho pequeño "aldea global". No hay capacidad suficiente para afrontar los retos del siglo XXI, desde la óptica local -nacional-, es necesario soluciones a escala supranacional, pero las lógicas de la Guerra Fría siguen estando allí. La ONU y su famoso Consejo de Seguridad, con derecho a veto, no es más que el recordatorio de lo anacrónico que supone que sólo los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, sigan ejerciendo un papel tutelar a escala global, Rusia incluida, olvidando a países como China, India, Brasil, etc.
Amin Maalouf reivindica el papel que pueden jugar la población "alógena" (migración). Utiliza una metáfora para subrayar la función que pueden tener esas minorías: polinizadores (pág.53).
El colonialismo genero una dinámica muy negativa en los países que fueron sometidos. Sin embargo, "la historia de las últimas décadas nos enseña que, a no mucho tardar, tras la lucha por la liberación, llega la hora de la lucha por el desarrollo y la modernización. En esa nueva fase, la presencia de una población cualificada con acceso inmediato a las sociedades industrializadas es una baza insustituible". (pág.54)
A diferencia de lo que sucede actualmente, Nelson Mandela, fue más allá del resentimiento y la hostilidad para dar cabida a todos, creando sinergias que posibilitaban una mayor integración de todos en la nueva Sudáfrica que quería para su país. Sin embargo, estamos lejos de tener esa clase de políticos en nuestros días, obsesionados por el cortoplacismo y quedar bien ante los suyos y no ante toda la ciudadanía.