Hay fechas que por su resonancia, adquieren
connotaciones negativas. La Hispanidad es una de ellas. Porque ese fecha está
instalada en el inconsciente colectivo de una España que se fue, pero que no
termina de marchar. El franquismo utilizaba este día para conmemorar su
victoria. Había desfiles militares y toda la parafernalia correspondiente. Con
el advenimiento de la democracia debería haberse buscado una fecha como el 6 de
diciembre con se celebraba la Constitución. Se han mantenido las dos porque el
peso de la tradición pesa demasiado en nuestro país.
Cataluña y España tienen un conflicto político.
La sociedad no. Pero precisamente porque el conflicto es político deberían existir
cauces para solucionarlo. La percepción de la sociedad catalana, al menos una
parte importante de ella, tiene la impresión que no recibimos lo que realmente
generamos, que nuestras escuelas, hospitales, y demás servicios sociales, se
deben con el agua al cuello debido a la deficiente financiación que el Estado
otorga a la Generalitat.
Es tiempo de crisis, pero, la ciudadanía
catalana tiene la impresión y la convicción, que este modelo de solidaridad no
puede pasar primero por Extremadura, y el resto de Comunidades, sino que antes tienen
prioridad los ciudadanos de Cataluña. Lo peor es que las Comunidades que más
reciben se permiten, sus políticos, hacer declaraciones que confirman a la
ciudadanía que no podemos ser los paganos de turno, mientras que nosotros
estamos cada vez peor, por culpa de la financiación catastrófica.
En Cataluña también se ha gestionado mal. Pero
se tiene la impresión que el Estado central ha racaneado hasta lo indecible lo
que Cataluña necesita, dado el volumen de riqueza que se genera. El tema de las
balanzas fiscales es un ejemplo de falta de transparencia. La demagogia de todos,
hace que el estado del bienestar se vea comprometido. Esa falta de sintonía entre
los gobiernos central y autonómico, ha llegado de la mano de quien no se
esperaba, CiU, a un punto de no retorno.
Hoy una parte de la ciudadanía catalana, se
manifestará en Plaza Cataluña. Reivindicará la necesidad de la unidad
(catalana) con España. También ellos sufren, como todos, los recortes que la
crisis. Tanto el gobierno central como el autonómico han dicho que primero hay
que salvar a los bancos. En lo económico ambos gobiernos son de derechas.
También la izquierda (PSOE).
Tensiones en el Parlament de Cataluña. En cada
instancia política parece surgir dos bandos. Los unos y los otros. Desde el
comisariado mediático de la derecha y extrema derecha, hoy se estará mirando
con lupa (deformada) lo que pueda suceder en Cataluña. No sé si contarán lo que
han ido, los que se han quedado en casa, esa mayoría silenciosa que tanto gusta
al gobierno central. Cataluña, y por extensión España, sus ciudadanos son de
natural pacíficos. No puede haber otra explicación ante la pasividad que la
ciudadanía sobrelleva los recortes salariales, el número de parados que inundan
nuestra geografía, los desahucios que afectan a amplias capas sociales, que
aguanta con incredulidad a unos gobernantes, que anteponen las necesidades de
las entidades financieras y los lobbies económico al bienestar de la ciudadanía
que dicen defender.