“El simple sentir del tiempo es ya infernal. El número lo reduce, lo racionaliza. Cuando estamos presos del sentir del tiempo, contar es una actividad aplacatoria, una especie de rito. El horror del tiempo se aplaca primeramente por la monotonía. (…)
(…) La monotonía, el primero de los caminos abiertos a través del tiempo, al que corresponde la monodia [Canto a una sola voz, RAE] del canto primitivo griego y de la liturgia (…)* “(pág.108-9)
Nota:
María Zambrano, El hombre y lo divino, LB, Alianza Editorial, Madrid, 2020