Irene Vallejo, El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo. Biblioteca de Ensayo 105 (serie Mayor) Siruela, Madrid, 2019.
¿Qué decir de un libro aclamado por todos? Un libro que habla de los libros. Un ejercicio de metalenguaje, como son todos los lenguajes. Una narración amena, entretenida, llena de informaciones valiosas, de reflexiones llenas de sentido común, críticas.
Un despliegue de conocimiento no para deslumbrar, que también, sino sobre todo, para que el lector, sienta lo que siente la escritora, cuando hablamos de los libros.
En el capítulo I en la sección 86, la autora habla del acoso que sufrió en la escuela. Un apartado lleno de contención, que pudo superar gracias a los libros. Dice: “ descubrí que podía almacenar fantasías acogedoras y guardarlas en mi habitación interior para buscar refugio cuando allá fuera arreciase el granizo. Esa revelación cambió mi vida”. (pág.244)
Un recorrido histórico sobre la historia y prehistoria de los libros. Desde las tablillas mesopotámicas, la revolución que supuso la aparición de los papiros (Egipto), la invención del alfabeto en Grecia. Toda una etapa histórica donde no existió la escritura. El lenguaje oral era el mundo natural de las culturas antiguas. El lenguaje y la memoria que recitaba las historias que se contaban los habitantes de las polis en Grecia. Homero (VIII a.C) es el punto de arranque donde cristaliza la tradición oral con la escritura.
Tendemos a pensar toda la historia desde nuestra perspectiva, pero está no es un buen método para hacernos una idea de lo que significó el fenómeno Homero. Un mundo remoto, que la perspicacia y la audacia de los arqueólogos ha intentado reconstruir el pasado. M.IFinley, historiador británico del mundo antiguo, dice: “nos pone en guardia acerca de la facilidad inconsciente que nos permite saltar siglos de distancia como si de un ayer cercano se tratara”. El peligro del anacronismo se hace inminente. Este peligro se ve potenciado visualmente por las películas al estilo de hollywood que quieren recrear el pasado. Nuestra autora, trata de evitar esa tendencia.
Imposible hacer una síntesis de todas las cuestiones que aparecen en los diferentes apartados. En la primera parte se habla de Grecia –es un anacronismo- pues, no existía como tal, sino del Hélade, lleno de ciudades-estados, donde todos estaban en guerra con todos. Como esas ciudades, especialmente, Atenas alumbró una nueva manera de encarar lo que nos rodeaba. La escritura tuvo un papel fundamental, pero sobre todo, la irrupción de los rollos de papiro donde se escribían. Platón, planteó el problema de la escritura frente a la tradición oral, es su famoso mito de Theuth (Fedro): “El rey Thamus –rey de Egipto- le preguntó entonces qué utilidad tenía escribir, y Theuth –dios de Egipto, inventor de los dados, el juego de damas, los números, la geometría, la astronomía y las letras-, le replicó: -Este conocimiento, ¡oh rey!, hará más sabios a los egipcios; es el elixir de la memoria y de la sabiduría. Entonces Thamus le dijo: -¡Oh Theuth!, por ser el padre de la escritura le atribuyes ventajas que no tiene. Es olvido lo que producirán las letras en quienes las aprendan, al descuidar la memoria, ya que, fiándose de los libros, llegarán al recuerdo desde fuera. Será, por tanto, la apariencia de la sabiduría, no su verdad, lo que la escritura dará a los hombres; y, cuando haya hecho de ellos entendidos en todo sin verdadera instrucción, su compañía será difícil de soportar, por qué se creerán sabios en lugar de serlo” (pág.124)
El mito del Fedro, sigue siendo evocador y da que pensar. No basta leer, además es necesario entender y hacerlo nuestro. De lo contrario, nos convertiremos en pedantes vacíos, que como en el mito, buscamos la apariencia de la sabiduría. Pero, además, la escritura puede disolver lo que se vivió. Si la memoria de los que vivieron un hecho, desaparece, solo quedará lo que se ha escrito, pero lo escrito, puede ser alterado, modificado, tergiversado y falseado. Es lo que sucede en la novela de Orwell, 1984. Reescribir el pasado para hacerlo coherente con el presente.
La escritura se va desarrollando gracias a la aparición de poetas, historiadores, dramaturgos, comediógrafos. La pasión por la escritura se hace cada vez más fuerte. En Atenas y en otras partes del Hélade, aparecen lugares de enseñanza donde se aprende a leer y escribir, más allá de la Academia o el Liceo. En este proceso aparecen las bibliotecas. Si hablamos de bibliotecas debemos hablar de la Biblioteca por antonomasia, la Biblioteca de Alejandría, asociada al Museum, debido a la labor de los Ptolomeos.
La Biblioteca de Alejandría, también sucumbió a la destrucción. Sea por obra de la naturaleza, o por la mano del hombre, las bibliotecas son tesoros muy frágiles, porque en su interior alberga cuerpos que tienen el inconveniente de ser ignífugos.
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