WOKE
Mañana será un gran día para Joe Biden y Kamala Harris. Un nuevo inquilino de la Casa Blanca accede a su ala oeste. El anterior inquilino se va dejando un auténtico pandemónium. Trump lega unos EUA en situación delicada. El asalto al Capitolio el 6 de enero supuso un hito histórico en los EEUU. Se va con una cólera digna de mejor causa. Sus simpatizantes, como de una secta se tratara, se sienten huérfanos de liderazgo. Una persona de la tercera edad -eufemismo donde los haya- es sustituido por otro aún más mayor (78 años). Es cierto, que la edad está en el cerebro, en sus ganas de vivir y no en la partida de nacimiento. Se ha demostrado con Trump que la edad no te convierte en sabio. No se espera que sea Biden un sabio. Tiene por delante un enorme reto: controlar la pandemia que se ha llevado cerca de 400.000 conciudadanos, una economía que necesita reactivación, ha prometido inyectar 1,8 billones de dólares, reactivar la política exterior que en la etapa anterior, rompió lazos con instituciones internacionales, y sobre todo, recomponer una sociedad dividida y polarizada, donde pobreza y racismo son dos motores para refrenar cualquier iniciativa. No hay que olvidar que los republicanos, harán lo imposible para obstaculizar cualquier medida que la nueva Administración ponga en marcha. Paul Krugman enfatiza esta idea: " Regla 4: No cuenten que los republicanos ayuden a gobernar". Como súbditos que somos, rogaríamos que el nuevo Presidente sea sólo un poco mejor que el anterior.
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