dijous, 7 de gener del 2021

Las lamentaciones de Cayetana

 En la revista Claves de razón práctica, nº 273 noviembre/diciembre 2020, aparece un artículo de Cayetana Álvarez de Toledo, titulado, La democracia partida (pág.22-27). Llama la atención que la revista acoja a una huérfana de la política española, Savater, habrá querido homenajearla a su manera.



¿Qué dice el artículo? Los tópicos clásicos, nada que otros autores no hayan dicho, ni estudiado. Baste recordar el texto del malogrado Javier Tusell, y su libro La revolución posdemocrática (1997), para saber lo que sucede dentro las estructuras de los partidos políticos. Lo que sucede, o al menos, así lo entiendo, el texto es una forma de descargo contra sus antiguos compañeros de viaje. Su peripecia personal es elevada a categoría de lo que no debería suceder, pues, su hilo conductor es la reivindicación del individuo neoliberal, que es sin más el individuo. 

Pasa revista a las otras formaciones políticas, destilando mala uva, así, por ejemplo, cuando dice: “(…) del enorme arraigo que tiene aquí cualquier expresión colectivista, llámese nacionalismo, socialismo o feminismo” (pág. 24). Este otro, “(…) Véase Podemos, con su cúpula conyugal y su subordinación orgánica y fáctica a un socialista con ínfulas imperiales”. (pág.25). Así se matan dos pájaros de un solo tiro. 

Luego, añoranzas, no se sabe de qué, pues, tenía muy pocos años cuando empezó la Transición. Así denuncia que “(…) donde antes había partidos fuertes hoy hay partidocracia. Y donde antes había grupos parlamen-tarios vigorosos hoy hay grupocracia” (pág.25). Cayetana Álvarez no se ha dado cuenta que la sociedad cambia, no necesariamente a mejor, pero cambia, tanto si nos gusta cómo sino.  Utilizando la voz de un tercero dice lo siguiente sobre el funcionamiento del Congreso: “El Congreso se ha convertido en una institución de 350 miembros en la que el protagonismo lo tienen treinta. Bastaría con reunir semanalmente a la Junta de Portavoces y que sus miembros ejerzáis las funciones del resto mediante el atajo del voto ponderado.” (pág.26). ¡Pero eso lo sabe todo el mundo!

¡Pobre Cayetana, lo que habrá tenido que sufrir en su grupo parlamentario del PP, del que ella misma era su portavoz! Añoranza de un pasado idealizado, ¿no recuerda que en el PSOE quien se movía de la foto estaba listo? ¿Acaso, en el PP alguien decía algo diferente del líder?

Una última andanada de la liberalísima Cayetana. Focaliza dos problemas, a saber: “La corrosiva campaña lanzada por el separatismo y la izquierda reaccionaria contra el sistema constitucional del 78 exige una urgente reagrupación del espacio español de la razón”.(pág.27). Descubro un nuevo sujeto político de la mano de Cayetana Álvarez, “espacio español de la razón”. ¿Qué querrá decir? Me gusta el oxímoron “izquierda reaccionaria”. Al parecer, fuera de ese espacio -el suyo-, sólo existe el furor y la irracionalidad. Ella, pide diálogo, entre ese espacio, a saber, Vox, Cs’, PSOE y PP, todos ellos, son fervientes partidarios de la Constitución. Sólo en este espacio es posible el entendimiento. Fuera de ella, no existe ningún espacio. Así que mientras afirma un vacío: “Juntos los distintos, libres e iguales” (pág.27), por otro, sólo existe un espacio que no puede ni ponerse en cuestión, so pena de ser literalmente  un extraterrestre en tierras hispanas. 

Término, ¿es honesto el texto? La respuesta es que no lo es. No da una solución al problema de los partidos políticos. Si los representantes fuesen al estilo anglosajón, por distritos, con listas abiertas, con conocimiento del candidato/a. ¿Qué sentido tiene que Cayetana Álvarez, fuese candidata por Barcelona, si no vive en la ciudad ni tiene conocimiento de lo que sucede en ella, más allá de los tópicos interesados que se dicen desde 500 km de distancia? Su neoliberalismo tiene un componente interesado. Su nostalgia de un pasado idealizado, no es más que su queja de un presente que no le gusta. Pero ese presente es el que vive mucha gente que no es tan neoliberal como ella. 


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