Día 4 Lago Inle
Descubre un mar de posibilidades
Me he despertado a las 5h y no me he vuelto a dormir. Al parecer de madrugada ha caído un buen diluvio. He seguido en cama hasta las 6.15h., he salido a la terraza para tomar algunas fotografías, la perspectiva que tengo no es la ideal. Desayuno a las 7h, bufé con el clásico dulce y salado. Era muy completo. Como siempre elijo fruta y tostadas, vale, también algo dulce, acompañado de café con leche.
Después hemos cogido las canoas-con-motor a las 8.30h. La perspectiva del hotel, de día, comparado con la noche es espectacular. El día empezaba con el signo de la exhaustividad. Nos ha tocado la canoa-con-motor numero 6, la misma del día anterior. Hemos vuelto a desandar el canal que conduce al complejo hotelero Pristine Lotus Spa Resort. En la canoa-con-motor- número 6 hemos vuelto a sentir la sensación de velocidad, pero también constatar el ruido infernal. Unos motores escandalosos producto de la tecnología china de bajo coste (low cost), se adueñan de un paisaje idílico y acuático, lleno de plantas que flotan en el agua, un espejo donde se refleja el cielo y sus caprichosas formaciones de nubes.
Hemos visto a pescadores –hoy era festivo- tratando de hacer equilibrio con sus pequeñas canoa-con-motor. Recordemos que la incorporación de los motores es reciente y coincide con la apertura del país al exterior y el auge del turismo. Antes de todo esto, en el lago sólo impera la belleza y el silencio. La plasticidad de las imágenes de los pescadores haciendo equilibrio, empiezo a pensar que es otro de los reclamos de las agencias de viajes que los contratan para darnos gusto y satisfacer nuestra necesidad tópicos.
El primer objetivo ha sido a una tienda de “fabricación” de oro y plata. He vuelto a sentir la sensación de “puesta en escena” con presuntos artesanos adolescentes que trabajaban piezas muy pequeñas sin necesidad de ayuda óptica. Daba la impresión de un “teatro” sólo para turistas. Cuando pasábamos, los “artesanos” dejaban instantáneamente de realizar lo que hacían. Nos han llevado a la tienda correspondiente para comprar. No hemos comprado nada. La visita era absolutamente prescindible. Sin embargo, este modelo de visitas ha sido una constante en el viaje.
El segundo objetivo a cubrir era un mercadillo de baratijas en el lago. Un estrechísimo corredor de tierra apuntalado con sacos de tierra, hacían las veces de paseo, donde vendedores/as de todo orden exponían sus mercancías. Me recordaba vagamente, a los top manta, exponen sus productos, pero no creo que sean suyos dichos productos, sino que se limitan a venderlos. He comprado un “salacot” que ocupaba demasiado espacio, imposible meterlo dentro de la maleta. ¡Debería haberlo comprado al final del viaje!. Otra baratija que hemos adquirido es la figura del pescador del lago, en madera tosca. Es muy kitsch, pero aún no está hecho de plástico. Seguro que con el tiempo lo fabricarán así. Unos doscientos metros del camino entre el lago se llegaba a terreno firme, donde había muchísimos puesto de comida y vendedores de más productos para turistas, también para locales, era un mercado más antiguo con una estructura más sólida. En esa zona había tierra firme donde circulan vehículos. El conjunto era agobiante. Una vendedora trataba de hacer negocio desplegando un inglés perfecto, la parada no era un chiringuito. A lo largo del viaje hemos comprendido que los vendedores se adaptan a la lengua del turista.
Después del bullicio y actividad mercantil, tocaba el lado espiritual. Nos hemos dirigido por los canales hacia la Pagoda Hpaung Daw.
“Hpaung Daw U Pagoda (birmano: [pʰàʊɴ dɔ̀ ʔú pʰəjá]), también deletreado Hpaung Daw Oo o Phaung Daw Oo) es un notable sitio budista en Myanmar (anteriormente Birmania), ubicado en el lago Inle en el estado de Shan.
Alrededor de la Pagoda, y en el sótano, hay tiendas que venden productos tradicionales de Shan y Birmania. La pagoda alberga cinco pequeñas imágenes doradas de Buda, que se han cubierto con pan de oro hasta el punto de que no se pueden ver sus formas originales. La aplicación de pan de oro a tal exceso es relativamente reciente. Fotografías antiguas colgadas en las paredes del monasterio muestran algunas de las imágenes en una forma más prístina. Se informa que en ocasiones se ha eliminado algo de oro para reducir su masa. Aunque el monasterio está abierto a todos para la veneración, solo a los hombres se les permite colocar pan de oro en las imágenes. Otra parte del ritual para los peregrinos es colocar una pequeña túnica o un pequeño objeto alrededor de las imágenes, y llevar la túnica de regreso a sus casas y colocarla en su propio altar como muestra de respeto por el Buda y sus enseñanzas.
Se cree que las imágenes de Buda fueron traídas al lago Inlay por el rey Alaungsithu (1090-1167."
El lugar estaba abarrotado de gente. Era festivo, por tanto los files se congregaban en la Pagoda. Esa festividad tiene que ver con una especie de Segunda Pascua. Hemos ingresado en la Pagoda, descalzándonos los zapatos sandalia o chancletas, que es el objeto que más adornan lo pies de los birmanos. Llevar los pies desnudos es un acto imprescindible de respeto. Los fieles, fueran niños/as, jóvenes o adultos o ancianos, expresaban su devoción al Buda*. Los budas –en la actualidad sus formas han desaparecido, debido a que los fieles añaden pan de oro-. En su origen había 5 Budas, el naufragio de uno de ellos debido a las procesiones por el Lago Inle es la causa de la existencia de estos cuatro Budas. Ambiente festivo, devotos introduciendo “óbolos” –dinero en las urnas que están dispuestas a tal efecto-. Colorido y desacralización iban acompañados de devoción por parte de la gente que llenaba el recinto. Padres con sus hijos pequeños introducían dinero en las cajas para recibir ofrendas. Acciones para hacer mérito, al final la distancia entre el budismo y el cristianismo, con todas sus diferencias, no es tan abismal como podríamos creer.
“La diferencia básica entre una Estupa y una Pagoda, es que la estupa es una edificación construida para contener reliquias mientras que la pagoda es una edificación, para señalar un lugar sagrado y suele estar situada cerca de un templo. Como todo monumento religioso, tanto las estupas como las pagodas se clasifican en distintos tipos en función de su forma o de la razón por la que fueron construidas.”
(https://www.theasiancontinent.com/estupa-o-pagoda/)
(https://www.theasiancontinent.com/estupa-o-pagoda/)
“Una estupa se compone esencialmente de cinco componentes:
• Una base cuadrada.
• Una bóveda hemisférica.
• Una punta cónica.
• Una luna creciente.
• Un disco circular.
Cada uno de estos componentes se identifica con uno de los cinco elementos cósmicos:
• tierra
• agua
• fuego
• aire
• éter (o espacio).”
Salir de la Pagoda, limpiarnos las plantas de los pies, ponernos el calzado. Coger nuestra canoa-con-motor. Nuestro guía Naing, nos ha explicado que hace sólo quince años no había lanchas motor, no había ruido ni contaminación acústica. Ahora se hace difícil imaginarlo. Excepto por la noche, claro.
Después nos hemos ido a comer en un restaurante familiar. La reconversión de las familias del Lago Inle, al turismo, se hace muy rápidamente. La dificultad del idioma, impide hablar con las personas que están allí presentes. La “casa-restaurante” tenía dos plantas, las de arriba eran privadas. Nos permitieron subir, nos había casi muebles, ninguna silla, como centro un altar a Buda era lo más destacado.
La comida “típica” fueron platos de verduras, arroz, carne y sopa, todo en cantidades discretas. No fue memorable la comida. Estuve mejor el día anterior. Nuestros guías de las canoas-con-motor, comieron en el suelo en cuclillas como todas estas personas. Resulta casi imposible adoptar esta postura que para ellos se ha hecho connatural a su vida. Una nota característica es que no hemos visto obesidad. Eso implica que la comida preparada o precocinada aún no ha llegado.
Hemos vuelto al canal, la cantidad de canales es enorme, desde luego hay que haber atravesado estos para no perder la orientación. Nos hemos dirigido a un conjunto de pagadas, muchas de ellas abandonadas. Nos hemos dirigido a Nyaung Ohak. Desde allí hasta el conjuntode Shwe Inn Dein Pagoda, no sin antes tener que ser acompañados de vendedoras muy jóvenes con niños, envueltas en trajes multicolores. Querían vender sus mercancías. El lugar parece remoto, pero el turismo logra el milagro de acercar lo lejano al pie de la canoa-con-motor.
En el recorrido, lleno de puestos callejeros, es una de las actividades comerciales que más hemos visto a lo largo del viaje. Cientos de personas se dedican a ello.
Finalmente, hemos llegado a la zona donde se encuentras las pagodas, que los creyentes con posibilidades económicas sufragaban para obtener “merecimiento”. Hay todo tipo de pagodas, algunas muy bellas. El conjunto es notable. Lamentablemente nuestro programa ha impedido seguir explorando el terreno.
Después de contemplar el "bosque de pagodas", volver a los canales para ir a contemplar un espectáculo lamentable. Nos han llevado por canales, junto a un templo vacío, a contemplar a dos pobres señoras mayores que tenían el “cuello-jirafa”. Las padaung ('mujeres de cuello de jirafa') pertenecen al grupo étnico Kayan, en el estado Shan. Se han convertido en una atracción turística, a pesar de que el gobierno militar trató de eliminar dicha costumbre. Se las veía allí sentadas con sus collares comprensores llenas de no sabría qué decir. Nuestro guía trataba de hacernos pasar esta tradición de la mejor manera posible, pero sus explicaciones no resultaban convincentes. Se aducía que los tigres atacan a las mujeres en el cuello. Sin embargo, los tigres no discriminan si es hombre o mujer, y los hombres no lo llevan. Que existan ancestrales costumbres no significa que tengan que perpetuarse eternamente. El turismo, como efecto boomerang, ha reactivado la exhibición. Justo al lado de esas dos señoras mayores, una adolescente, llevaba los aros en el cuello. Así que parece que habrá continuidad debida a los turistas ávidos de experiencias nativas. Nuestro guía Naing nos explico que a partir de la niñez, se les coloca a las niñas aros hasta los dieciocho años. Ahora resultará que los paladines de la igualdad, los occidentales, seamos quienes mantengan esa costumbre bárbara, por nuestro afán de descubrir lo ancestral. Algunas compañeras de viaje no quisieron asistir al espectáculo. ¡No paramos de generar contradicciones y confusiones!
Hemos vuelto al canal, la cantidad de canales es enorme, desde luego hay que haber atravesado estos para no perder la orientación. Nos hemos dirigido a un conjunto de pagadas, muchas de ellas abandonadas. Nos hemos dirigido a Nyaung Ohak. Desde allí hasta el conjuntode Shwe Inn Dein Pagoda, no sin antes tener que ser acompañados de vendedoras muy jóvenes con niños, envueltas en trajes multicolores. Querían vender sus mercancías. El lugar parece remoto, pero el turismo logra el milagro de acercar lo lejano al pie de la canoa-con-motor.
En el recorrido, lleno de puestos callejeros, es una de las actividades comerciales que más hemos visto a lo largo del viaje. Cientos de personas se dedican a ello.
Finalmente, hemos llegado a la zona donde se encuentras las pagodas, que los creyentes con posibilidades económicas sufragaban para obtener “merecimiento”. Hay todo tipo de pagodas, algunas muy bellas. El conjunto es notable. Lamentablemente nuestro programa ha impedido seguir explorando el terreno.
Abandonando el escenario macabro, que era una trampa para comprar en la tienda “artesanal”, resulta que no era la única donde se exhibían a las mujeres de cuelo de jirafa. Con ese mal sabor en la conciencia, nos trasladamos a otro lugar completamente diferente.
Salir de la tienda de los horrores, subirnos a las canoas-con-motor y deslizarnos entre canales, en busca de paz espiritual. El tiempo se ha ido girando hasta que ha empezado a caer una fina lluvia que nuestro paraguas incluido en la canoa-con-motor llevaba nos ha protegido. El monasterio es el Nga Hpe Kyaung. Una de sus características es que los monjes cuidan de los gatos abandonados. La lluvia había aflojado, pero todo estaba mojado y resbaladizo. Nos hemos descalzado con mucho tiento,y hemos ascendido las cuatro escalares y hemos entrado en el recinto con suelo de madera y una exposición de Budas nos esperaban. El monasterio acoge 5 o 6 monjes. Muchos devotos hacían ofrendas, otro oraban. Las fotografías de rigor y salir para nuestro último objetivo del día que era contemplar los huertos flotantes.
Anochecía, y la luz de ese momento permitía hacer fotografías espectaculares, al menos en teoría. Junto a los huertos flotantes, nos permitía comprender el ingenio de los seres humanos que son capaces de sacar su ingenio e inteligencia para poder sobrevivir en medio de un paisaje idílico. Sobre las 17.15h la canoa-con-motor surcaba nuevamente las aguas del Lago Inle a toda velocidad, hacía una fuerte brisa y la humedad se pegaba a la piel. Una gran cantidad de canoas-con-motor se desplegaba por el Lago para refugiarse de la noche. Algunas llevaban pequeñas luces para orientarse en medio de la oscuridad. La pericia de los conductores de las canoas-con-motor permitía ser optimistas para alcanzar nuestro hotel. Finalmente, hemos alcanzado el embarcadero, hemos recibido instrucciones para el día siguiente, horarios de recogida de las maletas, subir al autocar. Las rutinas de los turistas.
A las 19.30h había la cena. La cena fue un mejor que el día anterior. No había sorpresas en el menú. Después de cenar al bungalow. Había que preparar las maletas para el día siguiente. Estábamos realmente cansados, a pesar que no nos habíamos movido. A las 22.30h después de escribir algunas líneas sobre el día, me vencía el sueño. En el prospecto de la agencia de viajes, el día siguiente había una excursión a pie, ahora esa actividad se denomina trekking, cosas de los nuevos tiempos.
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