dimecres, 28 de març del 2018

El conflicto catalán según Enrique Gomáriz Moraga (I)


Quisiera  comentar el artículo de Enrique Gomáriz Moraga, aparecido en la revista Claves de razón práctica nº257, de  marzo/abril 2018, titulado "La crisis catalana como déficit de ciudadanía democrática (pág.58-67)

El texto se presenta como un estudio desapasionado, pues, el articulista, "reside en América latina", y trata de comprender lo que está sucediendo en el conflicto España vs Cataluña. El resultado no es neutro.

El objeto del análisis se centra en el papel de la "cultura política o el comportamiento de la ciudadanía". Da  por supuesto que existe un desgarro en la convivencia catalana. Esa convivencia según nuestro articulista se fundamentaba en la Constitución.

Los partidos políticos que aspiran a la independencia o "secesionistas" como él los califica habrían impugnado  ese consenso que se fundaba en la Constitución. Así, por ejemplo, se trocearía la soberanía del pueblo español, en beneficio de la ciudadanía catalana.

Gomáriz se pregunta por qué " la ciudadanía del resto de España no ha expresado y defendido directamente su derecho a decidir conjuntamente sobre los asuntos claves del sistema democrático, incluyendo el conjunto del territorio  español".

¿Quién defiende la democracia, si la ciudadanía no parece hacerlo? Como el mismo dice "emerge la duda acerca de la calidad de la ciudadanía, tanto en Cataluña como en el resto de España".



Gomáriz utiliza una distinción para medir esa calidad de la ciudadanía al  establecer tres  tipos (tipología) de ciudadanía. La ciudadanía formal aquellos que "no se asumen como sujetos de derechos, que no siguen ni les interesa la política". La ciudadanía activa "aquella que participa regularmente en la cosa pública, con frecuencia como minorías activas". En tercer lugar, aparece la ciudadanía sustantiva -parece que al articulista es la clase de ciudadanía ideal-, aquella "que se siente sujeto de derechos, entiende y respeta las reglas del juego democrático, pero no participa activamente en política, a menos que exista una situación grave que lo exija".

Con relación a la primera, el articulista se queja que una parte importante de la sociedad española actúa como ciudadanía formal.

Establece antecedentes para explicar esta cuestión -la baja calidad democrática de la ciudadanía-, en la órbita del problema de Cataluña: lo que él llama "la concesión al soberanismo en torno a la reforma del Estatuto de autonomía de 2006 y la crisis social que provocó la profunda depresión económica iniciada en 2008 y que puso en cuestión parcialmente el contrato social consignado en la transición treinta años antes".



El autor olvida que la reforma fue ampliamente consensuada por las fuerzas políticas del Congreso, ratificado por un referéndum, del pueblo de Cataluña. Al PP le sirvo su ataque para desacreditar al PSOE y de paso ampliar su imagen de guardián de las esencias patrias.  La crisis que tenía causa externa, el PP de manera frívola e irresponsable, la califico de crisis de "Zapatero". Esta crisis económica sin precedentes hizo aflorar un movimiento de protesta como el 11-M y Podemos, mientras que las formaciones clásicas, seguían ancladas en mantener el statu quo . Quienes impugnaban el modelo se les califico de "populistas".

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